La historia de amor que surgió entre sustos y terminó dando lugar al mejor parque temático de terror de Europa

La historia de amor que surgió entre sustos y terminó dando lugar al mejor parque temático de terror de Europa

Joaquín Oristrell cuenta en este documental la historia de Cristina Raya y David Moreno, el matrimonio de jóvenes catalanes de clase obrera detrás de ‘Horrorland’

‘Sátántangó’, el tango satánico del Nobel de Literatura que se convirtió en una obra maestra del cine

En la página web de Horrorland puede leerse tras el nombre de la empresa la siguiente frase: “El mejor Scream Park de Europa”. Un scream Park, o parque del terror en castellano, es un parque temático del susto, una atracción para corazones fuertes, adictos al miedo y a la cultura del cine de terror, donde la persona que paga una entrada va pasando por una serie de túneles y pasillos en los que se le somete a la presencia de zombis, cthulhus, émulos de Jason Voorhees o actores vestidos de Freddy Krueger, entre otras celebridades del género. Las emociones fuertes vienen garantizadas con la entrada.

Horrorland no es ni el primer ni el único scream park de España, ha habido otros legendarios como el Hotel Freddy Krüeger –hoy Espai 666–, dentro del parque de atracciones del Tibidabo, en Barcelona. Se trata de circuitos inmersivos elaborados con decorados muy trabajados y en los que actores disfrazados aterrorizan al público que transita. Precisamente la historia que cuenta el documental Horror and Love — que puede verse en el Festival de Sitges—, con guion y dirección del veterano Joaquín Oristrell, comienza en el Hotel Freddy Krüeger. Al menos la vertiente “love” del título, porque los dos protagonistas se conocieron haciendo de actores en esta atracción.

Según cuentan en el documental, David Moreno ya trabajaba allí cuando Cristina Raya visitó el Hotel Freddy Krüeger y él la asustó. Después, cuando ella también ingresó en la plantilla, se reconocieron por aquel susto y el magnetismo fue instantáneo. Comenzó así la gran historia de amor, monstruos y parques del terror que refleja Horror and Love, que explica el periplo de esta pareja de emprendedores catalanes, auténticos locos del terror, hasta crear el mejor parque del género de Europa: Horrorland.

Moreno del Metal se cota la coleta

“David y Cristina eran dos chavales cuando los conocí; esto fue mucho antes de que crearan Horrorland”, explica Oristrell en conversación telefónica al respecto del origen de la idea sobre el documental. “Hace unos quince años hice una TV movie sobre La Trinca [el grupo musical cómico catalán] y al casting de actores para los papeles principales se presentó David, que en aquel tiempo, tras estudiar en el Institut del Teatre, llevaba una coleta larguísima y se hacía llamar ‘Moreno del Metal’, nombre con el que ya tenía una suerte de espectáculo de música heavy”, agrega y suelta: “David ya tenía esa creatividad desatada que ha desarrollado después”.

Cuenta Oristrell que le ofreció uno de los papeles a David para la película y posteriormente para el musical que se llevó a cabo, a cambio de que se cortase la coleta. “Fue un gran dilema para él, porque se sentía muy identificado con ‘Moreno del Metal’, pero al final accedió y, entre lágrimas y acompañado de Cristina, que ya era su novia, fue al barbero y se la cortó”, desvela el guionista y director barcelonés.

“Después”, prosigue Oristrell, “les fui siguiendo los pasos a distancia, y me enteré de que montaban una suerte de happenings de horror en diferentes parques y museos, entre otros uno en el Museu de Cera de Barcelona, siempre ellos dos juntos, metidos en sus proyectos”. Finalmente, Raya y Moreno terminan por montar una primera versión de Horrorland en Cercs, un pueblo de montaña en el Prepirineo. “Me pasaron entradas y yo se las di a mis hijos, que volvieron muy contentos e ilusionados”, explica el director.

Pero no fue hasta 2023, cuando se inaugura el Horrorland dentro del parque de Illa Fantasía, en Vilassar de Dalt, al norte de Barcelona, que Oristrell se anima a aceptar la invitación de Moreno y Raya. “Al final fui y cuando lo vi me dije: ‘Hostia, esto es algo muy peculiar’; a partir de ahí decidí hacer el documental por gusto, una frikada de esas que me permito de vez en cuando y que me financio yo mismo”, desvela.

De viaje a la feria del terror de Sant Louis

Asegura que lo primero que hizo fue acompañar a la pareja, “con la cámara al hombro”, a una de las grandes ferias de artículos de terror en Saint Louis, EEUU. Con este momento se inicia el documental, con Raya y Moreno despertándose en su habitación de hotel por la mañana, dispuestos a acudir al evento. Se trata de un momento de desconcierto para el espectador, ya que no sabemos todavía qué hacen exactamente en un sitio como este.

Pero poco a poco Horror and Love va desvelando la historia tanto de Horrorland como del amor entre los dos protagonistas, absolutos creyentes el uno en el otro, y sobre todo en su sueño de crear un scream park de referencia en España, sin saber entonces que llegaría a ser el mejor de Europa seis años seguidos –el último galardón lo recibieron el pasado mayo–, según la asociación de parques de terror ScareCon, que se reúne anualmente en Birmingham, Inglaterra, para otorgar los Scare Awards.


Una escena del documental ‘Love and Horror’, de Joaquin Oristrell

“Además de en Horrorland, me he querido fijar en la relación entre ellos dos, el equipo perfecto que forman y que les permite manejar presupuestos millonarios para cada uno de sus proyectos y rentabilizarlos”, dice Oristrell. El montaje de un espectáculo así no es barato si se tiene en cuenta que hay que seleccionar y entrenar actores con la máxima exigencia, diseñar recorridos, montar decorados a veces complejos, comprar diferentes máquinas y otros productos de alto coste…

“David es la cabeza creativa, el generador de proyectos un poco desde su condición de niño perenne, y Cristina le pone los pies en el suelo y a la vez ejecuta muchas de las ideas de él”, apunta el director, que destaca de Cristina Raya “una gran personalidad y una implicación en el proyecto que la lleva, además de codirigirlo, a estar a pie de montaje con el taladro y la sierra, cortando planchas de pladur como un trabajador más”.

Soñadores de clase obrera

Un detalle importante del documental es que tanto Cristina como David no esconden su condición obrera y de hijos de migrantes en la Catalunya de los ochenta, ambos personas que han pasado numerosas privaciones y vicisitudes en su infancia y juventud. Lo cuentan ante la pantala con orgullo y tal vez para explicar el origen de ese carácter extremadamente soñador y empecinado en proyectos que a priori parecen una extravagancia y que les llevó a la ruina en la pandemia, de la que ya se están recuperando.

“No quieren hijos [en el documental dicen ambos que lo son sus distintos proyectos] y tienen por oficina su coche [un Mercedes de gama alta] desde el que dirigen la empresa [en la que trabajan familiares de ambos] sin más estructura”, apostilla Oristrell, que les ha estado siguiendo durante cerca de un año para describir en la pantalla cómo se monta un espectáculo para un scream park.

“Este no es su único proyecto [David genera continuamente espectáculos de heavy para recorrer teatros de pueblos y ciudades pequeñas]”, aclara Oristrell, que explica que en el caso de Horrorland, que solo abre 17 días al año, aunque manejan un presupuesto grande, lo financian con la preventa: “Prácticamente tienen todas las entradas vendidas una vez anuncian un nuevo espectáculo; con ese dinero lo montan y luego, con la venta de comida, bebida y merchandising, obtienen otra parte del beneficio”.