Álvaro Pombo, medalla de oro tras el polémico galardón de plata que rechazó en 2004 del Ayuntamiento de Santander

Álvaro Pombo, medalla de oro tras el polémico galardón de plata que rechazó en 2004 del Ayuntamiento de Santander

Las autoridades municipales del PP cambiaron el reglamento de honores para evitar concederle la máxima distinción al actual ganador del Premio Cervantes

Antecedentes – Álvaro Pombo recoge la Medalla de Oro de Cantabria: «La vejez es un buen momento para recibir medallas»

El escritor Álvaro Pombo aceptó este pasado fin de semana la Medalla de Oro que le ha concedido el Gobierno de Cantabria que preside María José Sáenz de Buruaga (PP) más de dos décadas después de rechazar la Medalla de Plata, de segunda categoría, que le otorgó el Ayuntamiento de Santander en 2004 tras una fuerte polémica cuando era alcalde Gonzalo Piñeiro (PP).

Con motivo de la entrada de Pombo en la Real Academia de la Lengua, el grupo municipal socialista del Ayuntamiento de Santander pidió la Medalla de Oro de la ciudad para el escritor. Una decisión que desató una rocambolesca situación. Por razones que no quedaron claras, el Partido Popular no estuvo de acuerdo y se apresuraron a iniciar, de forma paralela, una reforma del Reglamento de Títulos, Honores y Distinciones de Santander que fabricó la coartada perfecta: se aprobó que para tener la Medalla de Oro antes había que haber recibido la de plata.

Una decisión que rebajó el empaque y la categoría del galardón de Pombo que, tras pasar de oro a plata, rechazó la medalla. El Ayuntamiento aprobó a la vez dos medallas de plata: la del escritor y la del Club Deportivo España de Cueto por su 75 aniversario.

“Que la medalla fuera de oro, plata o cojón de mico daba igual; el caso es que los políticos lo hicieron mal”, declaró dos años después en una entrevista. El autor consideró ridículas las explicaciones que le dieron para explicarle por qué merecía la plata pero no todavía el oro. Trataron en vano de convencerle de que no era una distición menor “sino un paso previo” al oro.

En realidad, el propio reglamento -improvisado con premura- contemplaba una salvedad a la norma. Resulta que el requisito previo de la plata era necesario… “salvo excepciones”. Aunque, evidentemente, este polémico caso no constituyó una merecida excepción a juicio del equipo de gobierno del Partido Popular.

El Ayuntamiento encajó como pudo la negativa de Pombo, que envió una carta al alcalde en términos gruesos. El entonces concejal de Cultura, César Torrellas (PP), declaró que le producía “tristeza” y justificó que, en el caso de los escritores, para poder recibir el oro antes hay que recibir antes el Premio Cervantes. La película terminó en el Pleno municipal, que retiró el honor concedido a Pombo.

Más de dos décadas después, la entrega de la Medalla de Oro de Cantabria se ha producido en el contexto de otra encendida polémica y con otro escrito tan cáustico como el que, precisamente en las últimas horas, Álvaro Pombo despachó contra el actual director del Instituto Cervantes, Luis García Montero.

El poeta dijo que “la RAE está en manos de un experto en llevar negocios desde su despacho para empresas multimillonarias”, en alusión al actual director de la Real Academia de la Lengua, Santiago Muñoz Machado, que no es filólogo sino catedrático de Derecho Administrativo.

Unas horas después de recibir en su casa madrileña a la presidenta de Cantabria, María José Saénz de Buruaga, que le llevó la Medalla de Oro de Cantabria a domicilio, el escritor publicó una columna descalificando al director del Instituto Cervantes como “un poeta menor”, “faltón” y burócrata comunista.


Álvaro Pombo recibe la Medalla de Oro de Cantabria de manos de la presidenta Buruaga.

Ahora, Pombo se une a la lista de personalidades y entidades que recibieron esta medalla con anterioridad: Gerardo Diego, Eulalio Ferrer, José Simón Azcona, Juan de Borbón, El Diario Montañés, la Hermandad de Donantes de Sangre, el pueblo mexicano, Manuel Díez de Velasco, el Banco Santander y Alfonso Osorio.

El sábado, en la ceremonia de entrega a domicilio “íntima y entrañable” -calificó el Gobierno cántabro-, fue la presidenta Buruaga quien dio un breve discurso. Pombo se limitó a expresar que estaba “muy agradecido” a la presidenta y a todo Santander por “esta estupenda medalla” que se colgó del cuello. “La vejez es un buen momento para recibir medallas”, concluyó.

Buruaga por su parte, sin hacer alusión al episodio de aquella frustrada primera medalla, dijo que espera que esta Medalla de Oro “sea símbolo del vínculo indestructible entre su escritura y su tierra”. Después del Cervantes ya no hay medalla que se le resista. La Medalla de Oro de Cantabria cura la herida de plata municipal que despreció tras la polémica política.