
Miles de personas vuelven a manifestarse en Grecia durante otra jornada de huelga contra la jornada laboral de 13 horas
Un paro de 24 horas paraliza el transporte público de Atenas en rechazo a una reforma que la oposición tacha de «medieval»
Grecia, en huelga general contra la ampliación de la jornada laboral a 13 horas diarias: “No lo soportamos más”
Miles de personas han salido este martes a las calles de Atenas y otras ciudades griegas en el marco de una huelga de 24 horas del sector público que ha paralizado el país. Es la segunda gran movilización en las últimas dos semanas contra un proyecto de ley que pretende extender la jornada laboral hasta un máximo de 13 horas diarias, calificado por la oposición de medieval.
La huelga, convocada por el principal sindicato del sector público de Grecia, la Confederación de los Sindicatos de Empleados Públicos (ADEDY), ha dejado este martes a todo el país sin itinerarios de trenes interurbanos, mientras que también están suspendidos los viajes de barcos de pasajeros, ya que al paro se han sumado los sindicatos de marineros.
Atenas amaneció hoy sin servicios de metro ni trenes de cercanías, aunque los trabajadores del metro decidieron realizar itinerarios durante algunas horas de la mañana y el mediodía para facilitar el traslado de personas por las manifestaciones.
Unas 10.000 personas, según la Policía y ADEDY, se congregaron hoy frente al Parlamento heleno, situado en el corazón de la capital, donde empezó este martes el debate parlamentario del proyecto de ley previo a su votación y aprobación mañana, miércoles.
“Retiren el proyecto de las 13 horas – Las condiciones laborales no retrocederán 150 años” y “No a las 13 horas de esclavitud”, se podía leer en algunas de las pancartas que enarbolan los manifestantes.
“Esta ley es solo una parte de una política concreta que destruye los derechos colectivos laborales”, dijo a EFE durante la protesta ateniense Spiros Vettas, docente de educación secundaria.
“Tenemos un aumento de violencia y criminalidad en las escuelas que ahora esperamos que se incremente aún más porque los padres no van a poder literalmente ver a sus hijos con esta ley”, añadió.
La ampliación de la jornada no afecta solo a los trabajadores del sector privado sino también, indirectamente, a una serie de funcionarios, según el docente.
“Si los padres de los alumnos trabajan 13 horas, alguien tendrá que cuidar a los niños, por lo que puede haber consecuencias en un futuro también en nuestro horario”, apuntó Vettas.
Aunque la reforma presentada por el Gobierno del primer ministro griego, el conservador Kyriakos Mitsotakis, se refiere a los horarios de los trabajadores del sector privado, el principal sindicato de este sector en el país, la Confederación General de Trabajadores Griegos (GSEE), no se sumó a la huelga convocada por ADEDY.
“Es incomprensible que GSEE no haya convocado también un paro sobre un asunto que afecta principalmente al sector privado”, declaró a EFE Yorgos Petrópulos, miembro del Comité Ejecutivo de ADEDY.
“Nosotros salimos hoy a la calle porque nos mostramos solidarios, ya que tenemos amigos y familiares que trabajan en el sector privado, pero la no convocatoria de un paro por GSEE no ayudó a que la protesta sea masiva”, añadió el líder sindical.
El proyecto de ley, que se espera que sea aprobado este miércoles gracias a la mayoría absoluta que ostenta en el Parlamento el gobernante partido de Mitsotakis, la conservadora Nueva Democracia, permite que un empleador solicite trabajar hasta 13 horas por día a cambio de una bonificación del 40% por hora extra trabajada.
El Gobierno de Mitsotakis defiende que, pese a esta ampliación, se mantenga el límite máximo de 48 horas semanales y 150 horas extra anuales. En ese sentido, la ministra de Trabajo griega, Niki Kerameos, ha señalado que las 13 horas diarias podrían aplicarse legalmente en un máximo de 37 días al año.
El Ejecutivo califica el proyecto de ley como una “modernización” y “adaptación a las necesidades laborales y empresariales actuales”, mientras que los sindicatos y la oposición de izquierdas acusan al Gobierno de hacer retroceder al país a una “época medieval”.