Cómo hacer el cambio de armario, según una organizadora profesional: «Hay que vaciarlo por completo y verlo todo junto»

Cómo hacer el cambio de armario, según una organizadora profesional: «Hay que vaciarlo por completo y verlo todo junto»

Antes de llenar el armario con las prendas más gruesas es importante vaciarlo por completo y limpiarlo. “Es un buen momento para revisar lo que tenemos y dividir la ropa en dos montones: lo que queremos conservar y lo que hemos decidido retirar”

Ocho trucos originales para organizar nuestra ropa hasta en el armario más pequeño

A medida que va llegando el frío nuestra ropa y accesorios también deben adaptarse al clima y no solo a las tendencias de cada temporada. Ha llegado el momento de despedirnos de nuestras sandalias, bañadores, pantalones cortos y vestidos de verano y dar la bienvenida a nuestra ropa de abrigo, sudaderas, chaquetas o vaqueros.

Esta época del año convierte el cambio de armario en un plus ya que cuando hacemos la transición de verano a otoño, aunque la cantidad de ropa puede y suele ser la misma, lo cierto es que ocupa más espacio. ¿Cómo podemos organizar nuestros armarios y hacer sitio para la ropa de invierno? Tamara Calvo, organizadora profesional, nos da algunos consejos para hacerlo. 

Por qué hacer el cambio de armario

Revisar nuestro armario nos permite echar un vistazo a nuestra ropa y accesorios y hacer un balance de lo que podríamos necesitar para la próxima temporada. Es una buena oportunidad también para probar nuevas combinaciones de colores y evitar usar siempre lo mismo o para deshacernos de aquella pieza de ropa que hace años que no nos ponemos. 

Hacer este cambio significa tener siempre lo necesario para afrontar las necesidades climáticas de cada estación del año. Y, además, si lo hacemos bien y guardamos la ropa de forma adecuada, nos ayudará también a prevenir el desgaste innecesario porque la ropa bien cuidada dura más, lo que a la larga nos ayudará a ahorrar dinero.

Pasos para el cambio de armario

Hacer el cambio de armario siempre puede dar un poco de pereza. Al pedirle a Calvo que nos explique cómo podemos hacer que este proceso sea lo más llevadero posible, afirma que hay una serie de pasos que pueden ayudarnos a simplificarlo:

Elegir el día perfecto

Antes que nada, es imprescindible reunir todo lo necesario, como cajas de almacenaje, perchas, fundas de ropa y etiquetas. Es importante que, en este punto, nos aseguremos un espacio libre, como una cama o una mesa vacía. Además, como apunta Calvo, “antes de empezar, piensa cuándo vas a poder hacerlo sin interrupciones ni distracciones”. Para la experta, lo más recomendable es elegir una mañana, “que es cuando más energía tenemos, poner nuestra lista de reproducción favorita y a por ello”.

Vaciar el armario 

Una cosa que nos ayudará mucho a la hora de simplificar esta tarea es sacar toda la ropa del armario. “Vaciarlo por completo es la única forma de ver realmente lo que tenemos”, porque muchas veces “no somos conscientes del excesivo número de pares de zapatos que acumulamos, lo mismo con pantalones, complementos… y verlo todo junto, en modo montaña, es un punto de reflexión para la mayoría de las personas”, indica Calvo.

Por tanto, es un buen momento para “revisar lo que tenemos y dividir la ropa en dos montones: por un lado, lo que queremos conservar y, por otro, lo que hemos decidido retirar”, apunta Calvo. 

Limpiar a fondo el armario

Con el armario ya vacío podemos aprovechar para aspirarlo y quitarle el polvo, asegurándonos de que lo dejamos en buen estado antes de llenarlo con la ropa de la nueva temporada. Debemos tener en cuenta, como advierte Calvo, que “aunque tengamos armario con puertas, el interior siempre coge mucho polvo y ácaros. Podemos pasar un paño húmedo con un poco de jabón neutro por las superficies y después secarlo bien”. 

Clasificar la ropa por categorías

Este es un buen momento para agrupar la ropa que nos quedamos por tipo de prenda (camisas, pantalones, chaquetas, vestidos…) y para “apartar lo que vayamos a guardar para la próxima temporada”, afirma Calvo.

Organizar y asignar un lugar a cada cosa

La organización en este punto es clave, así que aprovecharemos para colocar las prendas que más usamos y de uso diario a mano. Las podemos clasificar por tipo y, dentro de cada tipo, por colores o preferencia para que así sea más fácil encontrarlas. “Si estamos colocando la categoría de camisas y van perchadas, a la izquierda irían las de color blanco y en la parte derecha las de color negro, es decir, de más claro a más oscuro”, recomienda Calvo. Además de tenerlo todo más ordenado, conseguiremos “un armario con armonía visual”. 

Es muy importante fijar la atención en cómo guardamos la ropa porque ocupa más espacio que la de verano, por eso debemos elegir con cuidado cuál doblar, y cómo, así como qué prendas colgaremos y cuáles pondremos en los cajones. La clave es que la manera en que la organizamos nos permita ver, de un solo vistazo, todo lo que tenemos y, “por supuesto, que las prendas se arruguen lo menos posible”, matiza Calvo.

Entonces, ¿cómo podemos guardar la ropa, ahora que es más gruesa, para que ocupe menos espacio? Para la experta en orden, la clave está en seguir este esquema: en las perchas pondremos vestidos, trajes, pantalones de pinza, faldas, camisas y abrigos o chaquetas; doblados en baldas colocaremos jerséis gruesos, sudaderas con gorro y zapatos; los cajones son una buena opción para la ropa interior, de deporte, bufandas y complementos; el resto de prendas se pueden adaptar y variar según la distribución del armario.  

“Para las prendas que ocupan mucho y no se arrugan en exceso, como pijamas, jerséis, sudaderas o ropa de deporte, lo mejor es usar la técnica de doblado vertical, ya sea en un cajón o dentro de una cesta en una balda. Doblarlo todo de esta forma reduce el espacio”, matiza Calvo.

Mantenimiento y etiquetado

Aunque solemos prestar atención a la ropa ‘nueva’, la que llega con el cambio de tiempo, no solemos prestar mucha atención a la que despedimos hasta la próxima temporada. ¿Cómo debemos guardarla? Según Calvo, antes de guardarla debemos asegurarnos que está limpia y no tenga manchas porque, de lo contrario, “cuando volvamos a sacarla la mancha se habrá fijado y será más difícil de eliminar”.

Por tanto, si bien es aconsejable lavarla antes de guardar, “también podemos lavarla de nuevo antes de meterla en el armario”. Una u otra opción dependerá de las “costumbres de cada persona aunque, en mi opinión, esto se puede evitar si la conservamos en un lugar seco y bien guardada”.

A la hora de guardarla no todo vale: no vale doblarla y meterla en otro armario, sin más. Es recomendable “usar cajas de tela con alguna pequeña apertura para que esté ventilada. Yo siempre aconsejo, de forma preventiva, meter en la caja bolsitas antihumedad o paquetes de gel de sílice junto con pastillas antipolillas”.

Para Calvo, además, “lo ideal es colocar las cajas en los altillos del armario, pero si no es posible, las podemos guardar en el canapé, debajo de la cama o en el trastero”. Otro pequeño gesto que nos ayudará a identificar la ropa es poner una etiqueta en las cajas, de manera que podamos saber qué hay dentro sin necesidad de tener que abrirlas.

El calzado, mejor separado

Ya tenemos toda la ropa organizada, pero nos quedan los zapatos, que ocupan una buena parte de nuestro armario. Calvo aconseja “guardarlo por separado y no con la ropa, aunque esto no siempre es posible”. En este caso, hay algunas opciones que pueden sernos de gran utilidad, como “las típicas bolsitas de tela que nos dan al comprar ropa, en las que podemos guardar el calzado dentro, evitando roces o malformaciones”.

Si somos afortunados y tenemos el espacio que nos permita cambiar el calzado de invierno y el de verano cada temporada, “las cajas con compartimentos son geniales para conservarlos correctamente y no se deforme ni se ensucie”, apunta Calvo.