Los socialistas salvan al Gobierno de Lecornu en una moción de censura en Francia con la izquierda dividida

Los socialistas salvan al Gobierno de Lecornu en una moción de censura en Francia con la izquierda dividida

La abstención del Partido Socialista ha sido decisiva para impedir la caída de un nuevo Ejecutivo, que a cambio se comprometió a congelar la reforma de las pensiones de Macron

El primer ministro francés anuncia la suspensión de la reforma de las pensiones de Macron para evitar otra crisis política

Apenas una semana después de haber sido nombrado –de nuevo– por Emmanuel Macron, el primer ministro francés, Sébastien Lecornu se ha enfrentado este jueves a dos mociones de censura presentadas por Francia Insumisa (LFI) y por Agrupación Nacional (RN), el partido de Marine Le Pen. Los socialistas se han desmarcado del resto de la izquierda, incluidos ecologistas y comunistas, y han salvado al primer ministro de Macron.

La moción requería 289 votos para alcanzar la mayoría y la de LFI se ha quedado en 271. Los partidos de izquierda han anunciado que en ningún caso apoyarán la moción de RN, pero la de LFI sí recibió los votos de la extrema derecha, además de los de los diputados ecologistas y comunistas. Era, por tanto, la que más opciones tenía de prosperar. Lecornu fue nombrado primer ministro por Emmanuel Macron, pero dimitió tan solo un día después de presentar su Gobierno. Sin embargo, el presidente volvió a nombrarle de nuevo la semana pasada.

La abstención del Partido Socialista ha sido decisiva para impedir la caída de un nuevo Ejecutivo. Los líderes del PS anunciaron el martes que no censurarían a Lecornu, tras acceder el primer ministro a una suspensión de la reforma de las pensiones. En concreto se suspende el aumento progresivo de la edad mínima de jubilación y del número de trimestres cotizados necesarios para jubilarse. Para salvar su Gobierno, Sébastien Lecornu accedió a congelar esta impopular medida durante un año, “hasta las elecciones presidenciales de 2027”. Entonces corresponderá al sucesor de Emmanuel Macron decidir.

El anuncio, realizado el martes durante la declaración de política general de Lecornu, era la condición indispensable de los socialistas, que celebraron la concesión como una “victoria” que cambiaría la vida de millones de franceses, que podrán pedir la jubilación el año que viene.

El secretario general del partido, Olivier Faure, y el presidente del grupo socialista en la Asamblea, Boris Vallaud, pidieron a sus diputados que respetasen la consigna de voto y que se abstuviesen “casi por unanimidad” para impedir la censura.

Críticas de LFI

Al mismo tiempo, desde que los socialistas anunciaran su decisión, han recibido una oleada de críticas por parte de la extrema derecha y también de LFI. La formación de Jean-Luc Mélenchon, que compite con los socialistas por la hegemonía de la izquierda, les acusa de traicionar a la izquierda. Los insumisos lanzaron una campaña en las redes sociales para atacar duramente la decisión y su coordinador, Manuel Bompard, pidió a los diputados socialistas que desobedecieran la consigna y que votasen la censura.

“La suspensión de la reforma de las pensiones no es más que un engaño”, denunció el martes Aurélie Trouvé, la diputada de LFI encargada de defender la moción de censura de su partido en la Asamblea. “Ustedes, que han sido elegidos para derogar la reforma de las pensiones, ¿se van a dejar engañar por esta falsa limosna?”, añadió.

Desde que el martes Lecornu anunciase la congelación de la reforma de las pensiones, la vía legislativa para concretar la suspensión ha sido objeto de debate y ha alimentado las críticas de LFI. Tras algunas dudas, el primer ministro ha decidido que el Ejecutivo recurrirá a una enmienda al presupuesto de la Seguridad Social, cuyo examen comenzará en noviembre.

Algunos ven en esta vía legislativa un movimiento táctico del primer ministro para presionar a la oposición, al condicionar la aprobación del presupuesto con la suspensión de la reforma de las pensiones. “El Partido Socialista tendrá que votar a favor de la reducción de las pensiones durante cuatro años o de la reducción de las indemnizaciones a las personas con enfermedades crónicas para que este aplazamiento pueda llevarse a cabo. ¿Cómo pueden dejarse engañar así?”, criticó Manuel Bompard.

Sin garantías en futuras censuras

“Si no hay suspensión, no hay Gobierno”, respondió Boris Vallaud, líder de los diputados socialistas en la Asamblea, advirtiendo que el PS podría pronunciarse a favor de la censura en futuras mociones, que previsiblemente se presentarán en el transcurso del debate presupuestario. Porque ahora el Gobierno de Sébastien Lecornu debe liderar los difíciles debates sobre el presupuesto, con la sombra de la censura planeando aún sobre él. El texto se presentó en el Consejo de ministros el martes y a partir de finales de esta semana comenzarán las negociaciones en la Asamblea y el Senado.

Antes de presentar su dimisión la semana pasada –sólo para ser nombrado de nuevo por Macron cinco días después– Lecornu había anunciado que renunciaba a utilizar la disposición constitucional que permite la aprobación de leyes presupuestarias por decreto, evitando la votación parlamentaria. Una herramienta usada por sus predecesores ante la falta de acuerdos parlamentarios.

La decisión de renunciar a ese artículo 49.3 de la Constitución, saludada por los socialistas, debe permitir a la Asamblea tener la última palabra sobre las disposiciones incluidas en los presupuestos para 2026. Aunque algunos dudan que dada la fragmentación en la cámara baja y la mayoría conservadora en el Senado eso pueda traducirse realmente en un presupuesto equilibrado.

Por otro lado, Marine Le Pen ha anunciado que, en lo sucesivo, su partido votará a favor de la moción de censura contra cualquier primer ministro nombrado por Emmanuel Macron y exigirá nuevas elecciones legislativas. “Votaremos sin dudar las mociones de censura contra su Gobierno, porque su presupuesto no es un presupuesto”, ha declarado Marine Le Pen en la Asamblea Nacional durante su intervención para defender la moción de censura presentada por su formación política. Para Le Pen, el proyecto de Lecornu “es un auténtico museo de los horrores que llevan años atrapados en los cajones de Bercy [sede del ministerio de Economía]”.