«No damos abasto y se hace tapón»: la crisis de Andalucía destapa la falta de radiólogos en España

«No damos abasto y se hace tapón»: la crisis de Andalucía destapa la falta de radiólogos en España

España tiene un 15% menos de profesionales que la media europea mientras la demanda de pruebas como ecografías o TAC crece sin freno por el aumento de cribados, la cronificación de enfermedades y el envejecimiento de los pacientes

La crisis de los cribados de cáncer deja asomar las grietas de la sanidad andaluza y extiende la sospecha a otros pacientes

Sumido en la peor crisis desde de su historia, el Gobierno de Juanma Moreno anunció hace una semana que contrataría a 65 radiólogos para dar respuesta en mes y medio a todas las mujeres con mamografías sospechosas que habían quedado en un limbo. Un plan que, dos días después, se reveló inviable: no había especialistas suficientes.

La crisis de los cribados en Andalucía ha destapado una realidad que los radiólogos llevaban años advirtiendo sin mucha atención. Las pruebas de imagen –no solo mamografías, sino ecografías, TAC o resonancias– han crecido tanto en los últimos años que las plantillas no dan de sí.

Dos meses antes de que estallara el escándalo andaluz, los especialistas en La Rioja advirtieron que había “radiografías y resonancias sin informar” desde hacía meses. En Vigo, los médicos del Hospital Álvaro Cunqueiro acaban de iniciar la segunda semana de huelga. Piden tres radiólogos presentes en las guardias para asumir el trabajo que reclaman las urgencias –un 80% más en los últimos cinco años– y no poner en riesgo a los pacientes. El Servicio Gallego de Salud asegura que, si dotan con más especialistas a este centro, el resto del área provincial no podrían funcionar.

Como hay tantísimo volumen de pruebas pedidas por todo tipo de especialistas no damos a basto. Podemos tener máquinas que hagan 50 estudios en una mañana pero eso luego alguien tiene que leerlo, interpretarlo e informarlo

Mónica Alloza, radióloga

“Como hay tantísimo volumen de pruebas pedidas por todo tipo de especialistas no damos a basto. Podemos tener máquinas que hagan 50 estudios en una mañana pero eso luego alguien tiene que leerlo, interpretarlo e informarlo. No podemos trabajar al mismo ritmo y se nos acumula”, admite la radióloga Mónica Alloza, que trabaja en el Hospital de Torrejón (Madrid), donde la plantilla a tiempo completo es de siete especialistas “cuando serían necesarios, por el tamaño, entre 10 y 15”.

“Se está supliendo con contratos parciales de personas externas a través de empresas o autónomos y una parte del trabajo se puede hacer online, aunque eso tiene limitaciones porque el trabajo en equipo se pierde y también la calidad. Pasa en muchos sitios. Las plantillas no están cubiertas ni en hospitales grandes”, añade la radióloga especialista en pediatría con más de 20 años de experiencia.

Es decir, no es solo que haya enormes listas de espera para que el paciente sea citado a la prueba, sino que el tiempo hasta tener un resultado también se demora. No es lo mismo analizar un TAC de cerebro que un estudio oncológico que requiere mirar el tórax, el abdomen y la pelvis, además de compararlo con la imagen de hace seis meses. “Este déficit produce un tapón que da como resultado lo que ha pasado en Andalucía”, resuelve Alloza.

El Ministerio de Sanidad no publica las listas de espera para pruebas radiológicas, pese a que sí actualiza cada seis meses las demoras en cada comunidad autónoma para operarse o consultar a un especialista. Los datos son publicados por las autonomías pero es imposible homogeneizar la información que ofrecen. Además, cuatro de ellas –Andalucía, Valencia, Balears, Aragón y Navarra– no lo hacen.

Lo que ha pasado en Andalucía se está dando en alguna medida en toda España sin que lo estemos detectando. Solo con que tengamos estas largas listas de espera, hay cuestiones que no se tratan en los plazos adecuados

Rafael Ojeda
Presidente del Sindicato Médico Andaluz

La Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM) advierte de que no es un problema nuevo. Cada vez hay más población objetivo para los cribados de cáncer, se han cronificado gracias a los tratamientos enfermedades como el cáncer que requieren revisiones habituales y la población envejece. Todos estos factores están detrás del aumento desproporcionado de la demanda, según su presidente José Carmelo Albillos. “Las necesidades han crecido muy por encima de lo que lo han hecho los especialistas y este déficit tiene implicaciones porque la presión asistencia nos desborda. No solo en los cribados, sino en la actividad diaria”, lamenta.

España tiene menos radiólogos que la media europea: poco más de 100 frente a los 127 por cada millón de habitantes en el continente, según un informe europeo publicado en enero, y un 35% de ellos tiene más de 51 años. Para Alloza, “no se ha reaccionado a tiempo” pese a que se veía venir el aumento de la demanda y la avalancha de jubilaciones: “Se ha producido una falta de previsión por parte de la Comisión Nacional de la Especialidad para sacar el número suficiente de plazas MIR en los últimos 20 años”.

Las necesidades han crecido muy por encima de lo que lo han hecho los especialistas y este déficit tiene implicaciones porque la presión asistencia nos desborda. No solo en los cribados, sino en la actividad diaria

José Albillos
Presidente de la Sociedad Española de Radiología Médica

Aunque otros países tienen situaciones más límite por las jubilaciones, el problema en España no solo tiene que ver con el relevo generacional sino con las condiciones de trabajo. “La gente está muy presionada, sobre todo por las guardias, que cada vez requieren de más pruebas de imagen más complejas y variadas. El estrés es enorme y muchos de ellos terminan dirigiéndose a la medicina privada donde estos asuntos son menos críticos”, subraya Albillos.

Para el Sindicato Médico Andaluz, lo que ha pasado en Andalucía no es “un problema puntual sino un modelo que ha colapsado como un castillo de naipes”. “Lo que ha pasado con estas mujeres se está dando en alguna medida en toda España sin que lo estemos detectando. Ya solo con que tengamos estas largas listas de espera, hay cuestiones de salud que no se tratan en los plazos adecuados”, zanja. Ojeda asegura que “la brecha entre lo que se ofrece y lo que se puede hacer en la sanidad pública es tan grande que en los cribados es imposible gestionar la petición de pruebas complementarias cuando se ve algo raro”.