El BBVA olvidó que Oliu nunca improvisa

El BBVA olvidó que Oliu nunca improvisa

El presidente del Sabadell no se deja llevar por impulsos y logró algo inédito y es que Gobierno, oposición, sindicatos y patronales remasen a favor de los intereses de su entidad

El batacazo de BBVA en la OPA sobre Sabadell cuestiona la estrategia de Carlos Torres

Las biografías de los banqueros, cuando existen, acostumbran a ser autorizadas. Su poder elimina la opción de que se escriban sin su plácet. La del presidente del Sabadell, Josep Oliu, no es una excepción. La autora es Raquel Lander y el título es El banquero estratega (La Esfera de los libros, 2014). En todo caso la presentación es muy acertada porque la misma intuición táctica que guió a Oliu para convertir una entidad menor fundada por el tejido industrial de la zona en uno de los principales bancos de España es la que le ha servido ahora para acertar en la estrategia y lograr zafarse, de nuevo, de la opa del BBVA. 

Quienes le han seguido a lo largo de su trayectoria confirman que el presidente del Sabadell es de los que no se deja llevar por impulsos. El periodista Josep Maria Ureta le definió hace tiempo como alguien que intuye lo que quiere y que no improvisa cómo obtenerlo. No improvisó el traslado de la sede del banco a Alicante durante el procés ni tampoco su regreso a Catalunya cuando ya estaba en marcha la operación capitaneada por Carlos Torres.

Oliu dice que no habla de política pero tampoco improvisó cuando en junio del 2014 propuso crear “una especie de Podemos de derechas”, lo que acabaría siendo el difunto Ciudadanos. Eran los tiempos en los que se quejaba de que PP y PSOE no eran “en absoluto representantes de los intereses empresariales”. Una década después, todo el espectro político, de derecha a izquierda, independentistas incluidos, patronales y sindicatos, han remado a favor de sus intereses. 

El que fuera presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos Alan Greenspan explicaba que los bancos no solo controlan el dinero, sino también las ideas. Y durante estos 17 meses, un tiempo que no solo a sus accionistas se les ha hecho largo, quien ha fijado el marco ha sido el Sabadell, pese a los esfuerzos del BBVA por convencer a agentes sociales catalanes, periodistas y accionistas de los beneficios de su OPA. Por no hablar de las bondadosas campañas de publicidad con las que tanto BBVA como el Sabadell han regado a muchos medios de comunicación.

Nadie sabe quién filtró, el 30 de abril del 2024 y a la cadena británica Sky News, las intenciones del BBVA. Ambas entidades niegan estar detrás de esa información. Lo que sí es conocido es qué pasó después: impactó en la campaña de las elecciones catalanas y consiguió una unanimidad política inédita. Nada ha logrado poner tan de acuerdo a Illa y Puigdemont, ERC y Comuns. Todos rechazaron de plano desde el primer día la OPA. Lo mismo que patronales y sindicatos, en un frente igual de insólito por poco habitual.  

El Gobierno, alineado con Illa, mostró también su rechazo desde el principio, con el tono siempre prudente del ministro Carlos Cuerpo y con la vehemencia más frecuente de la vicepresidenta Yolanda Díaz. Mientras, el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, ha intentado pasar de puntillas, y eso que el tema ha salido cada vez que ha estado en reuniones con empresarios catalanes, esas de las que muchos, tras escucharle, cada vez salen más desconcertados. “Me gusta la competencia bancaria”, afirmó en las jornadas del Cercle d’Economia de este año, en las que el tema era solo el monotema: la OPA. 

Feijóo hizo otra cosa: cargar contra la consulta pública que el Gobierno se sacó de la nada para alegría del Sabadell y todos los que rechazaban la operación del BBVA. El líder del PP la tildó de “frívola” y algo de razón tenía puesto que el único objetivo era que todos los que estaban en contra de la OPA, “ciudadanos, asociaciones y organizaciones”, dijesen que estaban en contra para así reforzar la posición del Gobierno. Y fue lo que pasó aunque en Bruselas no haya gustado que el Ejecutivo español haya puesto tantas trabas para interferir en la operación.

La OPA ha conseguido imágenes inéditas como las del presidente del BBVA y el del Sabadell de gira por algunas televisiones y radios. Torres asegurando tajante que no subirían la oferta (lo hicieron el 22 de septiembre) y Oliu apelando al corazón del tejido empresarial catalán y al de esos pequeños accionistas que además son clientes suyos.

“Presi, presi”, le corearon los empleados que le esperaban este viernes a la entrada de la sede del Sabadell en Sant Cugat. Oliu celebró su triunfo con ellos pero también con el president Illa. Acudió al Palau de la Generalitat tras reconocer que estaba “aliviado” por un resultado que no esperaba que fuese tan “contundente”. 

El Sabadell resiste aunque la pregunta es hasta cuándo. Es probable que el estratega Oliu esté ya pensando en un nuevo plan para intentar blindar un banco que, tras vender su filial británica en agosto, es más pequeño que cuando el BBVA lanzó una OPA que se ha demostrado tan hostil como parecía.