
“Mi tío y mi abuelo están en esta zanja”: cuatro semanas por delante para exhumar la fosa de Ejea, la más grande de Aragón
Aunque los trabajos pueden durar dos años, y se espera encontrar más de 160 cuerpos, la primera fase tendrá una duración de un mes. Ha comenzado este viernes y las familias han estado presentes para vivir este momento en primera persona
Ejea da otro paso para exhumar de la fosa común del cementerio a los represaliados de la Guerra Civil y el franquismo
Angelines y José Miguel están al borde la zanja. Desde arriba siguen, con mirada atenta, los movimientos de tierra que una excavadora y algunos de los arqueólogos del equipo hacen dentro de la misma. Vienen desde Pedrola y buscan a su abuelo, Lucas González Hecho, y a su tío, Antonio González Martínez. “Tenían 57 y 21 años. Eran jornaleros”, recuerda José Miguel, mientras la arqueóloga Cristina Sánchez les explica que “ambos aparecen en el registro de salida de la Cárcel de Ejea del día 16 de agosto de 1936”, un dato que desconocían porque: “Siempre nos dijeron que los habían fusilado el 14 de agosto y que se los habían llevado de casa”, apunta Angelines.
En la familia de José Miguel y Angelines “se hablaba de este tema, nos contaron todo lo que pasó, hemos vivido con esta historia”, aseguran ambos, tanto que la madre de Angelines llamó a su hijo Antonio Luca, “los nombres de su padre y de su hermano”, revela esta vecina de Pedrola. Los primos hermanos no dudaron en comenzar la búsqueda sus seres queridos cuando se presentó la oportunidad. Una familia de Pedrola sabía que alguno de sus familiares estaba enterrado en Ejea, en la fosa, y se pusieron en contacto con la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica Batallón Cinco Villas. A partir de ese momento hicieron una lista de posibles familias de víctimas y recogieron muestras de ADN: “Es el pueblo con más muestras recogidas, lo han hecho de una manera muy organizada”, apunta Cristina Sánchez. Se estima que puede haber 25 vecinos de esa localidad entre los restos que ahora se buscan entre tierra, raíces, piedras y cal.
A José Miguel y Angelines se une al borde de la zanja Mariano. Este vecino de Pinsoro, pueblo de colonización de Ejea, lleva cerca de 15 años participando en tareas de exhumación. Encontró a su abuela y a su tío-abuelo en la fosa de Luesia. Después a su tía-abuela Rosario en el monte de Santo Domingo, en el término municipal de Lobera d´Onsella “estaba donde mi padre nos había dicho que le habían disparado delante de él y de mi padre, que tenía 19 años entonces. Su hermana tenía 23”, recuerda. “Es una historia complicada, el 2 de agosto fusilaron a mi abuela, el resto de la familia huyó al monte, y aquella noche del 20 de agosto del 36 encontraron a mi abuelo, a sus dos hijas y a mi padre escondidos en una cueva. Tuvo que ser un chivatazo porque para llegar allí había que saberlo”, relata Mariano. Rosario murió en el acto, Lourdes, de 17 años, fue alcanzada en una pierna, la encontraron y remataron. “Cuando todo acabó, mi abuelo, volvió a buscar los cuerpos de sus hijas. El de Lourdes no lo encontró. A Rosario la cubrió con piedras”. En las prospecciones que se llevaron a cabo en la zona de la sierra de Santo Domingo, encontraron las losas de piedra, y restos de la joven. “Me llevé aquellas piedras, ahora están en mi casa, con sus fotografías. Son nuestro altar”, confiesa Mariano. Hoy confía en encontrar los restos de su tío Pío que: “Era concejal cuando lo mataron”, y confiesa que “algún día, volveré al monte, para seguir buscando a Lourdes”.
Lourdes y Rosario, y su padre, en las fotos y las losas que conserva la familia Malón
Dos años por delante para trabajar en la fosa más grande de Aragón
Hasta la fecha, la de Ejea de los Caballeros, se considera la fosa de enterramiento común que más cuerpos puede contener de las que se han abierto en la comunidad, y una de las más importantes a nivel nacional. “Es a la que más recursos y tiempo está previsto que se destinen, de las que hemos estado en estos años”, comenta Alberto Espés, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica Batallón Cinco Villas. Una fosa que ya fue abierta a finales de los años 60 para exhumar algunos cuerpos “entre ellos, el de un vecino de Caparroso, pidieron permiso al Ayuntamiento y existen fotografías de aquello”, apunta Espés.
“Hoy es un día especial”, coinciden en afirmar Kaikos, de la Asociación y el equipo arqueológico, ya que supone un hito en un proceso que comenzó aproximadamente hace cuatro años, coincidiendo con el final de la pandemia COVID, y que ha pasado por diferentes fases; la más importante de ellas se dio hace ahora un año, cuando los sondeos realizados en las zonas señaladas demostraron que la fosa podía contener hasta 160 cuerpos.
Desde el viernes, 17 de octubre, hasta el 15 de noviembre, un equipo integrado por ocho arqueólogos y una antropóloga, trabajarán en la fosa de Ejea de martes a sábado, en horario de 8:00 a 17:00 horas, parando una hora para comer. “La previsión es excavar unos 15 metros de longitud”, apunta el arqueólogo Javier Ruiz. Aunque la zona de enterramiento se extiende más allá del área delimitada en un principio: de hecho hay indicios de que cinco personas fueron enterradas en una zanja al otro lado de la entrada al cementerio, “tres de ellas están en sus nichos, quedan dos cuerpos, uno de ellos es un familiar de Lobera d´Onsella y tenemos muestras para hacer las pruebas de ADN”, confirma Ruíz, que adelanta que habrá que esperar para “poder trabajar en ese otro tramo”.
Dentro de la zanja abierta los trabajos continúan a pala. Ignacio es el maquinista de la brigada del Ayuntamiento de Ejea que está colaborando en la exhumación. Pasa un par de años de los 40, pero esta no es la primera vez que hace movimientos de tierra en fosas comunes en la zona, y la situación le sigue impresionando “se sabía que esto había pasado, pero cuando lo ves eres más consciente. Creo que era necesario que llegara el día en que se hiciera justicia para estas personas”, comenta.
Angelinos, Mariano y José Miguel
Cada vez que aparece un resto humano se coloca sobre la zona una madera. Entre el color marrón intenso de la tierra húmeda destella el blanco de la cal: “Cuando la cal aparece significa que debajo habrá cuerpos porque esta es una de las fosas en las que a los cuerpos se les echaba cal por encima, es algo que no hicieron en todas”, explica el arqueólogo. La parte positiva de la dureza que hay detrás de esta forma de enterrar es que “ha favorecido la conservación de los cuerpos” porque la cal actúa como desinfectante y, aunque no frena la descomposición sí retrasa el proceso.
Los recursos llegan, con fechas de justificación apretadas
Tras un año de espera, los recursos económicos han llegado. El Ayuntamiento de Ejea de los Caballeros y la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica Batallón Cinco Villas han firmado un convenio de colaboración para articular el proceso. “Del Ministerio han llegado 36.000 euros y el resto hasta 80.000 lo aporta el Ayuntamiento de Ejea con fondos propios”, explica la concejal para la Memoria Histórica del consistorio ejeano, Juana Tere Guilleme. Considera que así se da “respuesta a una demanda de las familias de las víctimas” enterradas en el cementerio de Ejea, en una zona delimitada y dignificada, que ahora se abre para dar sepultura a las personas que hay en ella.
Por su parte, la Diputación Provincial de Zaragoza ha comprometido para estos trabajos otro montante de 100.000 euros, “que lo más previsible es que una cantidad similar se vuelva a destinar también en 2026” para este fin, añade Guilleme, que añade que, también está previsto que la Comarca de Cinco Villas haga una aportación económica que se destinará a los trabajos de exhumación.
Por el momento, lo que más preocupa y ocupa al equipo técnico y a la Asociación y los voluntarios que la integran, es realizar el máximo trabajo posible en el terreno, ya que los plazos de la administración les pisan los talones: “el día 15 de noviembre tenemos que justificar la partida procedente del Ministerio, es poco tiempo”, lamenta Javier Ruíz. Las instalaciones están listas para comenzar un trabajo en cadena que permita aprovechar al máximo el tiempo y los recursos técnicos y humanos disponibles: “Cuando se hallen restos pasarán a limpieza en una sala específica y serán recogidos debidamente para su análisis en Pamplona”, explican.
Trabajos de exhumación en la fosa de Ejea
Hasta ahora se han presentado medio centenar de muestras de ADN de familiares, aunque se espera que en los próximos días la cifra aumente, por ello se ha habilitado una zona en la que la asociación Batallón Cinco Villas ofrece a todas aquellas personas que crean que algún familiar está en las fosas de Ejea, puedan cumplimenten una solicitud y aportar muestra, para realizar las pruebas de identificación pertinentes llegado el momento.