El dardo en la RAE: una institución privada con subvención pública y en tensión con el Cervantes

El dardo en la RAE: una institución privada con subvención pública y en tensión con el Cervantes

Las declaraciones de Luis García Montero han desencadenado una polémica abierta entre las dos instituciones lingüísticas. El Cervantes es una red pública de promoción del español –también en países de habla no hispana–. La RAE de Santiago Muñoz Machado combina fondos de empresas del Ibex con millones en ayudas públicas y busca mantener la autoridad en el mundo hispanohablante

Pérez-Reverte acusa al Ministerio de Exteriores de querer “colonizar” la RAE y llama “mediocre” a García Montero

El X Congreso Internacional de la Lengua Española, celebrado este año en Perú, comenzó evidenciando las discrepancias de modelo y forma de los directores de las dos instituciones más importantes de la lengua en España. De un lado, el Instituto Cervantes, una red pública de promoción del español en 54 países del mundo. Del otro, la Real Academia Española (RAE), una institución privada financiada por importantes empresas que recibe y gestiona una millonaria subvención todos los años de los Presupuestos Generales del Estado: 7,4 millones en los últimos ejercicios.

La polémica se inició cuando el director del Cervantes, el filólogo y escritor Luis García Montero, criticó en una charla que la RAE no esté en manos de un filólogo, sino de un catedrático en Derecho Administrativo, Santiago Muñoz Machado, “experto en llevar negocios desde su despacho para empresas multimillonarias”, espetó. Efectivamente, Muñoz Machado aparece como administrador de una decena de empresas de consultoría y de negocios inmobiliarios en el registro mercantil. También fue conocido por ser vicepresidente de Telecinco en la época de Berlusconi, cuando fue investigado y acusado por un fraude millonario en el reparto de acciones, por el que se le pidieron 150 millones de fianza y del que luego fue absuelto junto al resto de acusados.

Tras las palabras de Montero, la RAE se revolvió y emitió un comunicado ante lo que consideró una “agresión” a su director. Las tensiones, lejos de bajar en Perú, han ido a más, cuentan fuentes del Instituto Cervantes, que organiza el evento con la colaboración de la RAE: “Han hecho mesas en las que no había una sola mujer, querían meter de ponente a la diputada del PP Cayetana Álvarez de Toledo sin ser una experta en lengua, pretendían que el ministro de Cultura español no tuviera la palabra, Muñoz Machado ha presionado a la delegación peruana para que pongan una placa que diga que Vargas Llosa fue académico de la RAE”, relatan. El director de la Real Academia ha declinado hacer declaraciones a la petición de elDiario.es, pero fuentes académicas conocedoras de la situación perimetran la polémica en “un desentendimiento profundo entre ambos directores”, aunque también afean a García Montero sus “inoportunas” declaraciones en público.

Los dos instituciones son distintas, aunque podrían ser complementarias. El Instituto Cervantes, dependiente del Ministerio de Exteriores, tiene un presupuesto anual de 167 millones con el que abastece una red de sedes, cursos y eventos en todo el mundo, en países de habla hispana y no hispana. Como dinero público que es, sus cuentas y gastos están auditados, expone sus líneas estratégicas con transparencia y licita contratos. Su actual director, con rango de secretario de Estado, tiene una visión del español poco vertical respecto a Latinoamérica. De hecho suele puntualizar en público que los españoles son el 9% de los 600 millones de hablantes de este idioma en el planeta.


El jurista Santiago Muñoz Machado, director de la RAE

Muñoz Machado tiene una visión de la RAE de cuidado del idioma y alma máter del resto de academias, como declaró a elDiario.es en 2020, cuando señaló que los textos de la RAE “marcan la normativa, la pauta que siguen millones de hispanohablantes. Somos la entidad reguladora de la lengua, junto a las academias integradas en la asociación Asale”. La RAE se financia por tres vías: patrocinios y donaciones de empresas que articula a través de su fundación privada, la venta de diccionarios y volúmenes (que cayó en picado tras el paso del papel al mundo online) y la subvención anual del Estado. Esta ayuda pública, cuyos gastos deben también justificarse, se desplomó durante el Gobierno de Rajoy hasta los 1,6 millones de euros, lo que puso en riesgo su funcionamiento en los años más duros de los recortes públicos.

Con el gobierno del PSOE la subvención se recuperó. Los últimos presupuestos son de más de 7 millones. Para que capeara la peor crisis económica que recuerda la RAE, el consejo de ministros aprobó también en 2019 por real decreto una subvención directa de 16 millones, bajo el ministerio de Ciencia de Pedro Duque pero auspiciada por Carmen Calvo, que había encargado un año antes un informe sobre lenguaje inclusivo en la Constitución con el objetivo de abrir el debate sobre su modificación. En 2020, en el mandato ya de Muñoz Machado, la RAE emitió el veredicto: La Constitución “es gramaticalmente impecable”.


El ministro de Cultura de España, Ernest Urtasun (c), en el X Congreso Internacional de la Lengua Española junto a Luis García Montero, director del Instituto Cervantes (d)

La parte privada de búsqueda y gestión de fondos se articula a través de la Fundación Pro Rae. El presidente es el gobernador del Banco de España y el presidente de honor es el Rey. De hecho, la monarquía está vinculada desde el inicio a esta fundación. El primer órgano rector estaba formado por Mario Conde y Emilio Botín y apadrinó el acto el Rey Juan Carlos, que agradeció a las comunidades autónomas su “sensibilidad nacional”, después de que dieran 10 millones de pesetas cada una para la constitución de esta fundación. Entre los vocales, los grandes nombres del Ibex 35: Ana Patricia Botín, los presidentes de Endesa, El Corte Inglés, el grupo Planeta o la Caixa y también presidentes de comunidades autónomas. Según el resumen de las últimas cuentas colgadas (de 2022), la fundación de la RAE ingresó 2,4 millones y declaró pérdidas de medio millón al final del ejercicio, aunque la auditoría destaca que tiene 9,9 millones en inversiones financieras.


Los Reyes y el presidente de la institución, Santiago Muñoz (2i) posan para fotografía de familia

En el rifirrafe entre la RAE y el Cervantes ha entrado de lleno uno de sus 46 académicos, Arturo Pérez-Reverte, que ha sugerido que García Montero está al servicio del ministro Albares. Y que este intenta mandar en la institución privada imponiendo un nuevo candidato a director, aunque sin explicar cómo podría forzar esa elección en una institución privada. En diciembre de 2026 toca elegir nuevo líder y hay quien apunta a la voluntad del expresidente de Prisa Juan Luis Cebrián de presentarse, un hecho sin confirmación por el momento. Si Muñoz Machado quiere presentarse a una tercera reelección lo va a tener más difícil que en las otras dos anteriores ya que, según los estatutos, la mayoría se eleva hasta el requisito de las dos terceras partes de los votos. Fuentes no oficiales de la institución consultadas por elDiario.es muestran su asombro con estas teorías de candidatos –apuntadas también por el director del Cervantes– y sobre el presunto control gubernamental que sugería Pérez-Reverte, cuyo representante no ha contestado a la petición de entrevista de elDiario.es.

Los académicos, aunque son las caras más conocidas y mediáticas de la centenaria institución, no siempre son los que hacen el trabajo principal, del que se encargan sus empleados. Los escritores, filólogos y caras más populares de la RAE se reúnen los jueves por la tarde en sesión de una hora en el Pleno para “resolver todos los asuntos lingüísticos o literarios, gubernativos, económicos y de cualquier otro orden”, según explica su reglamento. No tienen salario, pero cobran dietas. Son mayoritariamente hombres, siendo 1979 el año en el que entró la primera mujer académica, Carmen Conde. La última, que supone la número 12, ha sido Cristina Sánchez López, elegida en marzo de 2025 para ocupar la silla “p”.

Desde ambas instituciones destacan que no es el momento de hacer más declaraciones y en la necesidad de rebajar los ánimos, al menos mientras el congreso de la lengua en Perú estuviera en marcha, ya que el asunto ha ensombrecido las ponencias y los debates del evento. Sin embargo, la veintena de academias de la lengua española que componen la asociación ASALE decidió emitir un comunicado en la clausura del congreso respaldando el “firme liderazgo intelectual y cultural” de Santiago Muñoz Machado aunque sin aludir expresamente al Instituto Cervantes o a su director.