
La soledad y la exigencia que marca el día a día de las bomberas: “Sientes que tienes que demostrar más”
A la falta de referentes y de adaptación del proceso de formación se suman la incomodidad en ciertos espacios y una evaluación que se centra en el aspecto físico: «Creo que hay determinadas situaciones en las que no solo se necesita fuerza»
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Aunque ya no está en activo, Lucía recuerda con cierto pesimismo sus inicios como opositora al cuerpo de bomberos. “Cuando empecé a llamar a las academias para informarme todas me decían que ese año había pocas plazas y que iba a ser complicado entrar, y aún más para una mujer”, explica la mujer, de 33 años, que prefiere no dar su nombre real.
Tras un grado en Ciencias Políticas y dos másteres, Lucía se empezó a interesar más por ser bombera. “Ahora la presencia de mujeres empieza a ser algo más frecuente, por suerte, pero antes no, al menos desde mi experiencia”, detalla. Cuando ella entró a la academia había “dos o tres chicas” con las que compartía cierto desánimo, sobre todo en lo que respecta a la parte de los entrenamientos.
“Creo que ser mujer implicaba un aprendizaje en solitario. Esto puede llevar a que con el tiempo, si no ves avances y además no te sientes parte del grupo, acabes sin tener la motivación suficiente para seguir intentándolo. Y eso no significa que no seas capaz de sacar una plaza”, añade.
Uxue Loizu tiene 29 años y es bombera desde 2022 en la brigada de Tudela (Navarra). Ella destaca también la soledad que sintió durante las etapas de formación. “Me he sentido muy sola en todo el proceso, justo en mi unidad no había entrado una mujer desde hace más de 20 años y eso, sumado a la falta de referentes, hace que te sientas un poco desmotivada”, relata la joven original de Pamplona.
Adaptación de los equipos
Tanto Uxue como Lucía hacen hincapié en la necesidad de adaptar los equipos de trabajo a las mujeres. “Donde estoy somos dos mujeres, aunque cada una está en una brigada diferente. Nos dijeron que iban a hacer trajes de mujer pero no se ha conseguido, a pesar de nuestra insistencia”, detalla Uxue. La solución pasó por contratar una modista que ajustó los trajes. “Pero no es lo mismo, y muchas veces siguen teniendo defectos”, incide.
Lucía achaca también una parte importante de este pesimismo al tipo de pruebas que se exigen durante el examen físico, como el ejercicio de cuerda. “Recuerdo ver a varias chicas dejar la oposición porque no avanzaban”, explica. La joven remarca con insistencia a lo largo de la entrevista “que no se trata de adaptar las pruebas solo para mujeres” sino de que se valore y se examine también otro tipo de pruebas en las que no solo se mida cómo trabaja una persona de forma individual, sino que se combinen diferentes destrezas.
Pedí entrar en un grupo de WhatsApp y me preguntaron si estaba segura, porque por ese grupo se solían compartir contenidos pornográficos. Al final me acabé saliendo
“Una prueba física en la que se combine la rapidez, la fortaleza física, el trabajo en equipo o la capacidad para interpretar situaciones me parece que sería más completa y permitiría demostrar todo nuestro potencial”, resalta. Uxue coincide: “Creo que las pruebas actuales no miden si estás capacitado o no para ser bombera”. “Levantar 40 kilos en menos de x tiempo no responde tampoco a una situación real. Creo que es importante, pero también se tiene que tener en cuenta otro tipo de cuestiones”. La capacidad respiratoria, el hecho de tener claustrofobia o vértigo son para Loizu también aspectos a valorar. “En mi caso, mi botella de aire me dura el doble que a mi compañero. Creo que hay determinadas situaciones en las que no solo se necesita fuerza física”.
Códigos de conducta
Ambas profesionales están de acuerdo en que a pesar de que se ha avanzado bastante, siguen existiendo determinados comportamientos “que te hacen sentir fuera de lugar”. “Cosas simples como que entro en una sala y cambian de tema o hacen alguna broma y me miran a mí como para comprobar mi reacción. Quizás si estás planteándote que me va a sentar mal algo por el simple hecho de ser mujer tienes que hacértelo mirar”, lanza Uxue. Lucía describe también una situación que vivió mientras aún ejercía la profesión. “Pedí entrar en un grupo de WhatsApp y me preguntaron si estaba segura, porque por ese grupo se solían compartir contenidos pornográficos. Al final me acabé saliendo”, recuerda.
El día de las pruebas físicas una persona me recriminó que por qué yo tenía que hacer un tiempo de 1’20» y él 1’10’
Sentir que se necesita demostrar más siendo una mujer bombera es un sentimiento común para las entrevistadas, que recuerdan situaciones incómodas también entre compañeros. “Recuerdo que el día del examen de las pruebas físicas una persona me recriminó que por qué yo tenía que hacer un tiempo de 1’20» y él 1’10». No entiendo la necesidad de hacer este tipo de comentarios, y más si sabes desde el primer día cuál es el reglamento y que se exige a cada uno”, remarca.
Aunque la falta de referentes femeninos y el hecho de que se trate de una profesión muy masculinizada dificultan la incorporación de mujeres a la profesión, ambas tienen una visión positiva de cara al futuro. “Cada vez hay más chicas que se apuntan a la academia y que se interesan por ser bomberas. También entre compañeros se ha normalizado la presencia de mujeres y eso también es bueno destacarlo”, sentencian.