
Las lagartijas están en una situación «alarmante» tras la proliferación de serpientes invasoras en Ibiza
El grupo ecologista GEN-GOB alerta de que esta especie endémica ha visto reducidas sus poblaciones en más de un 70% en el Parc Natural de ses Salines d’Eivissa y que este verano la situación ha sido especialmente mala
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La lagartija de Eivissa y Formentera (Podarcis pityusensis), de la cual existen unas cuarenta subespecies en las Pitiüses —especie endémica de estos dos pequeños territorios del archipiélago balear—, está en una situación muy delicada. Esta especie icónica —único vertebrado autóctono de las dos islas— ha visto reducidas sus poblaciones en más de un 70% en los dos últimos años en diferentes zonas del Parc Natural de ses Salines d’Eivissa, un espacio de especial interés por sus valores ecológicos, paisajísticos, históricos y culturales.
El grupo ecologista GEN-GOB está realizando un muestreo anual en cuatro zonas del parque natural desde el verano de 2023 con el objetivo de trazar una radiografía del estado de las poblaciones de lagartijas que lo habitan. Este análisis puede servir, precisan los ecologistas, para conocer los cambios que se vienen produciendo como consecuencia de la entrada de especies invasoras en la isla. “Las lagartijas están desapareciendo a medida que el territorio va siendo colonizado por las serpientes”, cuenta Agnès Vidal, educadora ambiental. “Este año los datos son alarmantes. Hemos visto serpientes en sa Revista [fuera del parque natural], lo que significa que han penetrado a fondo”, lamenta Vidal.
Sa Revista es un núcleo urbano muy pequeño de casas donde antiguamente vivían los trabajadores de la industria salinera. Es una de las escasas áreas urbanas que hay en las inmediaciones del parque natural, aunque su entorno está delimitado para proteger este espacio tan singular, ejemplo paradigmático de la riqueza del ecosistema mediterráneo.
Los técnicos del grupo ecologista escogieron cuatro zonas en las que se ha documentado la presencia de poblaciones de lagartijas. Según explica Vidal, todos los espacios estudiados, independientemente de su estado de conservación, así como de las actividades humanas que se han desarrollado, presentan condiciones óptimas para la vida de estos pequeños reptiles. Entre los factores que facilitan su desarrollo, destacan las paredes de piedra, refugios, vegetación abundante y presencia de hormigas y otros insectos.
“Cap des Falcó es la zona que, desde el primer año, se ha visto más menguada”, explica la experta. Entre las playas de es Codolar y ses Salines, como otras zonas del parque natural, representa un área de descanso y nidificación para las aves, así como de desarrollo para la lagartija. Las poblaciones de esta especie siempre han sido muy pequeñas, pero este verano la situación ha sido especialmente mala, según el estudio del GEN-GOB.
En el callejón de Can Blai, cuyo camino pasa por el Observatorio de Aves Acuáticas, así como por el Centro de Interpretación de Sant Francesc de s’Estany, las poblaciones de lagartijas se han reducido hasta un 90% en relación a los datos de 2023 y 2024, que fueron muy parecidos. Las paredes de piedra que hay en esta zona, detalla Agnès, son propicias para estos reptiles porque tienen “un lugar perfecto para esconderse”. Sin embargo, si sus depredadores penetran en ellas “las acaban acorralando”. “Es lo que ha terminado sucediendo”, lamenta.
En algunas zonas del Parc Natural de ses Salines d’Eivissa, las poblaciones de lagartijas se han reducido hasta un 90% en relación a los datos de 2023 y 2024
En las otras dos zonas estudiadas, la reducción ha alcanzado el 70% respecto a 2024. En es Codolar, cerca del aeropuerto de la isla, se observó una leve mejoraría el año pasado. Sin embargo, esta recuperación cayó considerablemente este año. El pequeño aumento de sus poblaciones, asegura Vidal, la atribuyeron a que las lagartijas se desplazan conjuntamente a zonas más favorables a su desarrollo cuando se ven amenazadas por los ofidios. “Este año se ha visto muy menguada”.
Una situación similar se describe en la zona que abarca desde la torre des Carregador hasta la Xanga. Esta antigua torre de defensa está situada en el extremo sur de Platja d’en Bossa y da paso a la cala de sa Sal Rossa, también conocida como la Xanga. Esta torre fue construida en el siglo XVI para proteger a los trabajadores salineros de los constantes ataques de los corsarios.
2. Existen hasta 40 subespecies de la lagartija pitiusa en Eivissa y Formentera
Una especie en peligro
Devorada desde hace años por serpientes introducidas artificialmente, la lagartija pitiusa se encuentra recogida en la Lista Roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés), con la clasificación de “en peligro”, así como en el Catálogo Balear de Especies Amenazadas y de Especial Protección, que junto a la lagartija balear (la Podarcis lilfordi se puede encontrar en islotes aislados como sa Dragonera o el archipiélago de Cabrera), está clasificada como “vulnerable”.
Entre las medidas que lleva a cabo la Conselleria de Agricultura, Ganadería y Medio Natural que dirige Joan Simonet (PP) para evitar la extinción de la especie cabe mencionar la creación de siete reservas urbanas, que ha contado con la colaboración de los ayuntamientos y consells insulars, según explican fuentes de la Conselleria. En cada reserva se han colocado treinta refugios artificiales y se han plantado 400 plantas autóctonas de las cuales se alimentan y que atraen insectos que también capturan.
Las mismas fuentes señalan que se capturaron 2.007 y 3.072 serpientes en 2023 y 2024, respectivamente, gracias al número de trampas instaladas por el departamento de Medio Natural. “El aumento de capturas está relacionado con el mayor número de trampas que se han colocado, ya que durante esta última temporada hemos incrementado el esfuerzo, con la instalación de 200 trampas más que en 2023”, afirmó el conseller Simonet. El Govern invertirá casi 2 millones de euros durante los próximos cuatro años para controlar a las especies invasoras, principalmente a los ofidios.
Las serpientes llevan entrando en Balears a través de los olivos, algarrobos y encinas desde el 2003, pero no fue hasta veinte años después cuando el Govern balear limitó su entrada, en la etapa de Miquel Mir (Més per Mallorca) como conseller de Medio Ambiente del Govern. Pese a que la Comunitat Autònoma es la responsable de garantizar la protección medioambiental, ni las competencias en la gestión de puertos y aeropuertos ni las relativas al libre mercado (libre circulación de mercancías) lo son. Esto, según Mir, convertía la resolución del problema en algo “muy complejo” a nivel jurídico.
Las serpientes llevan entrando en Balears a través de los olivos, algarrobos y encinas desde el 2003, pero no fue hasta veinte años después cuando el Govern balear limitó su entrada
“Se le pidió por activa y por pasiva al Ministerio de Transición Ecológica que aprobara una norma que permitiera a las Comunidades Autónomas actuar. He insistido mucho, pero el esfuerzo ha sido en vano. Creo que el Ministerio no ha estado a la altura, ni con Balears ni con Canarias, las dos comunidades que, en este sentido, más problemas tienen”, criticó Mir cuando fue consultado por este diario.
Las serpientes, que ya han conseguido penetrar en el parque natural, están devorando a las lagartijas
Casi cien serpientes capturadas
El control que ejerce la administración balear también se efectúa en los viveros de las islas a través de los agentes de medio ambiente de la Conselleria. Estas instalaciones ya cuentan con trampas para atrapar a las posibles invasoras. Además, el COFIB (Consorcio para la Recuperación de la Fauna de las Illes Balears) ha repartido 500 trampas a los cinco ayuntamientos. La Conselleria cuenta con ocho técnicos —seis en Eivissa y dos en Formentera— para afrontar la campaña de control de la herradura (Hemorrhois hippocrepis) y de la culebra de escalera (Zamenis scalaris), según indicó Anna Torres, directora general de Medio Natural y Gestión Forestal. Este control se suele llevar a cabo entre los meses de marzo y noviembre.
En cuanto a las medidas específicas aplicadas en el Parc Natural de ses Salines, la Conselleria de Medio Natural ha colocado 63 trampas este año que han capturado 92 serpientes de herradura. Su distribución cubre el perímetro del parque, la entrada y la carretera que separa el aeropuerto, que es la zona principal de capturas. Además, también se han instalado en el camino que llega hasta la torre de ses Portes en dirección al islote Escull d’en Terra y desde la torre des Carregador hasta es Cavallet.
Un técnico del Cofib muestra un pequeño ejemplar de culebra de herradura.
“Este año, por primera vez, no se retirarán las trampas durante el invierno”, señala a elDiario.es Tomàs Bosch, jefe del Servicio de Protección de Especies, dependiente de la Dirección General de Medio Natural y Gestión Forestal del Govern. Está previsto que en las próximas semanas el COFIB refuerce el número de trampas en el interior del parque natural hasta alcanzar las 200. “También se mantendrán activas las trampas en los islotes y zonas costeras vecinales”, recalca Bosch.
Este año, por primera vez, no se retirarán las trampas durante el invierno. También se mantendrán activas las trampas en los islotes y zonas costeras vecinales
En este sentido, indica que la Conselleria de Medio Natural, a través de los técnicos del COFIB, del Parc Natural de ses Salines y de las reservas naturales de es Vedrà, es Vedranell e islotes de Ponent, lleva a cabo, desde el año pasado, campañas de prospección en los islotes de las Pitiüses para “detectar la posible presencia de serpientes”, así como las variaciones en las poblaciones de reptiles. “Se instalan trampas en aquellos islotes con indicios de serpientes o que por su proximidad con Eivissa corran mayor riesgo de invasión”, detalla Bosch.
El jefe del Servicio de Protección de Especies del Govern añade que se han prospectado también todos los islotes del Parque Natural de ses Salines, pero que no se han encontrado indicios de invasión de serpientes, excepto en el islote Escull d’en Terra, donde se capturó una serpiente de herradura. Como medida preventiva, se instalaron también trampas en el islote d’en Caragoler, sin que se haya atrapado ningún ofidio por el momento.
La educadora ambiental del GEN-GOB, Agnès Vidal, sostiene que las lagartijas se desplazan cada vez más del norte de la isla (Santa Eulària, Sant Llorenç y Sant Joan) hacia las zonas más cercanas al sur como Sant Francesc de s’Estany, situado junto a los estanques de ses Salines. “Es cierto que el Govern, a través del COFIB, ha puesto muchas trampas en el interior del parque natural”, reconoce. No obstante, dice, “hay que redoblar esfuerzos para protegerla porque no es suficiente”.