Claves de la obra de Belate: adjudicada por 62 millones a Acciona, Osés y Servinabar, la empresa de Alonso y Cerdán

Claves de la obra de Belate: adjudicada por 62 millones a Acciona, Osés y Servinabar, la empresa de Alonso y Cerdán

El Supremo no investiga por el momento la adjudicación a la UTE en la que estaba la empresa de Antxon Alonso y Santos Cerdán. Sin embargo, la comisión de investigación del Parlamento de Navarra ha decidido empezar por ella por ser el contrato más alto que se llevó esta mercantil

El funcionario que denunció la adjudicación de Belate a Servinabar 2000, Acciona y Osés insiste en que estaba teledirigida

El de las obras para el desdoblamiento del túnel de Belate es el mayor contrato que se llevó en Navarra Servinabar 2000, la empresa propiedad de Antxon Alonso y que la UCO de la Guardia Civil sitúa en el epicentro de la presunta trama de corrupción que investiga el Tribunal Supremo después de haber encontrado en el domicilio particular del empresario vasco un documento privado por el que Santos Cerdán adquirió en 2016 el 45% de las participaciones de la compañía. También es la obra de infraestructuras viarias más relevante de Navarra.

Pese a que, por el momento, no está siendo objeto de la investigación de la causa abierta en el Supremo, la oposición ha puesto el foco en este contrato por ser el más oneroso. Tanto es así que se ha decidido que la comisión de investigación sobre la derivada navarra del ‘caso Koldo’ en el Parlamento foral, que ha echado a andar esta semana, haya comenzado por esta obra. Por el legislativo navarro han pasado ya el presidente y el secretario de la mesa de contratación que elevó la propuesta de que fuera a la Unión Temporal de Empresas (UTE) de Acciona, Excavaciones Fermín Osés y Servinabar 2000 a quien se adjudicara la obra, y está previsto que comparezcan el resto de vocales en los próximos días. Recogemos las claves de esta obra.

¿En qué consiste la obra?

La obra del desdoblamiento del túnel de Belate es la obra “más relevante” de la última década en la comunidad foral en palabras de la presidenta, María Chivite, tanto por su coste económico (se adjudicó por 62,8 millones de euros más IVA) como por su relevancia. Se trata de una obra en la carretera N-121-A, la que une Navarra con Francia a través de Irún. Por ella transcurre una gran cantidad de tráfico pesado y es una de las vías con mayor siniestralidad de España.

La obra consiste en el desdoblamiento del túnel de Belate, uno de los dos que atraviesa la carretera y que tiene casi tres kilómetros de longitud, para separar el tráfico que circula en sentido norte (Irún) del que lo hace dirección sur (Pamplona). Responde al cumplimiento de una directiva europea sobre la seguridad en los túneles y a una “amenaza” de cierre de la carretera si no se acometía la obra.


Visita a las obras de los túneles de Belate, con los logotipos de Acciona, Servinabar 2000 y Osés

¿Quién la adjudicó?

La obra fue licitada por el Departamento de Cohesión Territorial del Gobierno de Navarra. Para ello se conformó una mesa de contratación, que a diferencia de otras anteriores contó con más miembros. Estuvo conformada por ocho, de los que cinco eran ingenieros (los que emitieron las puntuaciones) y tres, personal jurídico. El presidente de la mesa fue Jesús Polo Soriano, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos de la Administración Foral. Tenía 73 años en el momento de la licitación y se le permitió seguir como funcionario pese a estar en edad de jubilación merced a tres prórrogas especiales contempladas en la ley navarra.

Según ha relatado en la comisión el presidente de la mesa, Jesús Polo, durante el proceso se generó un muy mal ambiente de trabajo entre la parte técnica (los ingenieros) y la jurídica (los letrados). Polo se llegó a referir a una “guerra abierta” entre ambas partes. ¿El motivo? Las discrepancias que surgieron sobre la forma de valorar técnicamente las ofertas. Mientras los letrados reclamaron “mayor justificación” de las valoraciones, los ingenieros acusaron a los letrados de ser “técnicamente ignorantes” en sus cuestionamientos. Estas tensiones llevaron a que los miembros de la mesa de contratación se reunieran de forma presencial únicamente en tres ocasiones y que la propuesta de adjudicación se terminase decidiendo a través de una sucesión de correos electrónicos.


El presidente de la mesa de contratación de los túneles de Belate, Jesús Polo, durante su comparecencia en la comisión de investigación.

¿A quién se adjudicó?

La obra se adjudicó, no sin controversia, por 62,8 millones de euros más IVA (76 millones en total) a la UTE de Acciona, Excavaciones Fermín Osés y Servinabar 2000 en diciembre de 2023. Según ha contado el secretario de la mesa de contratación, el letrado Lorenzo Serena, quien a la postre denunció la adjudicación ante la Oficina de Buenas Prácticas y Anticorrupción de Navarra (OANA), las tres empresas que se llevaron el contrato formalizaron ante notario la UTE “un mes y medio antes” de que se decidiera la adjudicación, lo que, según su experiencia “no es algo común”. En términos similares se expresó un día antes el presidente de la mesa, Jesús Polo, quien cuestionó la utilidad de conformar una UTE antes de saber si se ha ganado una licitación.

¿Qué aporta Servinabar 2000 a la UTE?

Es la cuestión central de esta obra. ¿Por qué una multinacional como Acciona y una empresa consolidada como Osés requerían de una alianza con una empresa sin apenas estructura y trabajadores para presentarse a un concurso de obra pública en Navarra? Por el momento ni el presidente ni el secretario de la mesa han sabido responder a esa cuestión. Según Lorenzo Serena en la obra solo participaban “dos trabajadores” de Servinabar 2000. Además, apuntó que en la documentación que las empresas están obligadas a presentar en su oferta Acciona adjuntó una solvencia “kilométrica”, mientras que la de Servinabar 2000 era un documento “en blanco”.

“No tiene una explicación lógica desde el punto de vista mercantil ni de contratación pública”, respondió al ser cuestionado sobre lo que podría aportar Servinabar 2000 a Acciona y Excavaciones Osés. Hace unas semanas Acciona y Excavaciones Fermín Osés presentaron ante la Dirección Gerenal de Obras Públicas del Gobierno de Navarra una solicitud de autorización para modificar la UTE y excluir a Servinabar 2000. Esta firma, en origen, ni siquiera se dedicaba a la construcción.

¿Por qué la controversia?

La adjudicación de la obra estuvo envuelta en polémica desde el principio porque tres de los ocho miembros de la mesa de adjudicación, los tres letrados, emitieron sendos votos particulares oponiéndose a la adjudicación. En sus escritos justificaron sus reticencias alegando indicios de “arbitrariedad”. Aseguraron que el informe de valoración de las siete ofertas presentadas no exponía “las razones que justifican las puntuaciones”, ni expresaba “las ventajas de unas ofertas frente a otras”, lo que, según añadieron, podía “generar arbitrariedad e indefensión para los licitadores”. 

También destacaron que el presidente de la mesa, Jesús Polo, conocía las puntuaciones de los otros cuatro técnicos expertos en Obras Públicas antes de emitir su propia valoración, que fue determinante para que la UTE adjudicataria fuera la de Acciona, Servinabar 2000 y Osés, que finalmente se impuso por poco margen a la siguiente oferta. Tanto Polo como Serena han reconocido en la comisión que el factor determinante para resolver la licitación fue la oferta técnica, ya que todas las empresas presentaron una oferta económica muy similar.


El secretario de la mesa de contratación de la obra de Belate, Lorenzo Serena, durante su comparecencia en la comisión de investigación del Parlamento de Navarra.

Esta cuestión ha centrado los interrogatorios de los primeros días de la comisión de investigación. En ella, Jesús Polo ha negado que fuese el último en votar y aseguró que lo hizo el 15 de mayo del 2023, cuando solo habían votado otros dos técnicos. Preguntado por si podía respaldar esa afirmación con algún documento ha explicado que pidió al Gobierno de Navarra la documentación que se encontraba en su ordenador, pero que le informaron de que había sido “formateado” tras su jubilación en 2024. Con todo, ha expuesto que él no votó la oferta de Acciona como la mejor y que su primera opción fue la oferta de Dragados-Obenasa. “Si hubiera querido que saliera Acciona la habría puesto la primera”.

El secretario de la mesa, Lorenzo Serena, se reafirmó en lo expuesto en su voto particular y aseguró que “es público y notorio” que el presidente conocía las puntuaciones del resto de ingenieros antes de emitir la suya y se refirió a un correo electrónico en el que uno de ellos le escribió al presidente informándole de que le “enviaba las puntuaciones”.

Serena, además, destacó que en una de las reuniones presenciales “cinco” de los miembros de la mesa dijeron que “se sabía” de antemano que la obra se la llevaría Acciona. “En ninguna otra mesa en la que he participado me lo habían dicho”, añadió. El presidente de la mesa también reconoció la existencia de estos rumores, pero aseguró que al preguntar a los técnicos quién les había dicho eso, ninguno respondió.

Ante esa sombra de duda, el secretario, Lorenzo Serena, propuso al resto de miembros que, “por respeto a las empresas” y para que no “hubiera dudas de que había sido dado a dedo”, el presidente se saliera de la mesa de contratación y su puesto lo ocupase su suplente, que votaría sin conocer el resto de puntuaciones. A este extremo se negó Jesús Polo porque, según argumentó, supondría “reconocer” que actuó mal cuando “no fue así”.

Tanto Polo como Serena han asegurado que no hubo injerencias políticas en la mesa de contratación y que no recibieron instrucciones de ningún cargo político para adjudicar la obra a una determinada oferta.

“Nula de pleno derecho”

La Oficina Anticorrupción de Navarra ha considerado “nula de pleno derecho” la adjudicación de esta obra por las irregularidades denunciadas por el secretariod de la mesa de contratación, incluido el hecho de que el presidente votase conociendo las puntuaciones del resto de técnicos. Para la OANA esto “constituye una infracción de las normas de formación de la voluntad de los órganos colegiados”. “Cuando dicha infracción es de carácter esencial supone la nulidad de pleno derecho de los acuerdos de la mesa de contratación y, por tanto, de la propuesta de adjudicación”, concluyó.

María Chivite: “No ha habido corrupción”

En una entrevista con este periódico la presidenta de Navarra, María Chivite, ha aseverado que en la obra de Belate no ha habido ningún tipo de injerencia política ni externa a la mesa de contratación, “como así han dicho los comparecientes”. No ha habido injerencia externa en las decisiones que se han tomado en esa mesa de contratación. Y, por lo tanto, creo que eso es claro para poder ratificar que no ha habido corrupción“.

Chivite ha destacado que la propuesta de adjudicación elevada por la mesa se debió a una decisión “estrictamente técnica” de los ingenieros y ha asegurado que ni ella, ni los consjeros de su Gobierno han cometido “ningún delito de corrupción”.