La experimentación animal y el peligro para la salud pública

La experimentación animal y el peligro para la salud pública

El negocio de la experimentación animal suele ser asociado a sus incontables atrocidades y a la inutilidad o irreproducibilidad de un gran número de sus resultados. Una parte mucho menos conocida es el enorme riesgo para la salud pública que implica este cruel negocio.

El caso de los macacos de cola larga

Anualmente se “usan” más de 200.000 primates no humanos en los laboratorios de todo el mundo, una aterradora cifra que sigue aumentando. La gran mayoría son macacos de cola larga (Macaca fascicularis), unos pequeños e inteligentísimos primates que hace solo unos años eran abundantes en la naturaleza, pero que, actualmente, se encuentran en peligro de extinción, tanto por la masiva deforestación de sus hábitats como por su constante captura y tráfico ilegal para abastecer al negocio de la experimentación animal. Otra vez, muy recientemente, la IUCN ha ratificado la inclusión de los macacos de cola larga como especie en peligro de extinción. En casos como el de Camboya, la población de macacos de cola larga se ha reducido en un 97,5 % en los últimos trece años.


Pequeños macacos de cola larga en una de las granjas de República de Mauricio.

En los últimos años, y gracias a la financiación europea y estadounidense, la República de Mauricio y varios países del Sudeste Asiático han convertido el sufrimiento de estos animales en un lucrativo negocio. Allí existen enormes “granjas de macacos de cola larga” que son suministrados a los centros de experimentación animal de todo el mundo.


Macacos de cola larga en una de las granjas de Vietnam.

Las negligencias de las autoridades y las catastróficas consecuencias para la salud pública

Los macacos de cola larga pueden ser portadores de graves enfermedades transmisibles a humanos: ébola, tuberculosis, herpes b, melioidosis, sarampión… Aún así, las granjas de los países de origen siguen capturándolos en su hábitat y hacinándolos en condiciones deplorables e insalubres, hasta que los envían a su masacre en laboratorios.

Durante estos transportes, que pueden llegar a durar días, los macacos son encerrados en diminutas cajas de madera y enviados alrededor del mundo en la bodega de un avión (normalmente de las aerolíneas SkyTaxi o SmartLynx), haciendo escalas en varios aeropuertos y siendo manejados por operarios sin ningún tipo de protección.


Macacos de cola larga en “cajas de transporte”, siendo enviados a Camarney (Tarragona).

Estas paupérrimas condiciones y las negligencias cometidas por las autoridades han provocado peligrosas situaciones para la salud pública:

En enero de 2022, un camión cargado con 100 macacos de cola larga procedentes de Mauricio volcó en una autopista estadounidense. Varios macacos consiguieron escapar y uno de ellos escupió a una mujer, que acabó presentando síntomas como conjuntivitis y tos. Finalmente, los macacos que habían escapado fueron asesinados a disparos, y los demás fueron enviados a un laboratorio, donde ya habrán sido torturados y masacrados.


“Cajas de transporte” con cientos de macacos esparcidos por la carretera.

Entre 2022 y 2023, cientos de macacos que habían dado negativo en varios test de tuberculosis fueron transportados desde Vietnam al centro de distribución de animales para experimentación R.C. Hartelust, en Países Bajos. Tras pasar la cuarentena y volver a dar negativo en todos los test, los macacos fueron “separados en lotes” y transportados por carretera a varios países de la Unión Europea. En España, 114 macacos fueron enviados a Anapath Research (Barcelona); 18, al Centro Integral de Neurociencias (Madrid); y 8, a Vivotecnia (Madrid). Tras haber “usado” y matado a los macacos, varios de los centros descubrieron que muchos de ellos estaban infectados con tuberculosis. En Anapath Research, además de confirmar el brote y asesinar a los 114 macacos, también descubrieron que uno de los trabajadores se había infectado de tuberculosis, exponiendo a la población local a un enorme peligro. Solo unos meses después, otros 540 macacos también infectados con tuberculosis fueron enviados desde Vietnam a laboratorios en Estados Unidos.


Macaco de cola larga siendo “usado” en los laboratorios de Vivotecnia Research, en Madrid.

El año 2024, un centro de experimentación animal madrileño fue estafado al intentar comprar 14 macacos en Indonesia por 542.000 euros. Además de lo turbio y aberrante de la noticia, en Indonesia los macacos de cola larga siguen siendo cazados brutalmente, y se ha demostrado que son portadores de enfermedades como rabia, malaria o herpes b; esta última, una infección que prácticamente no tiene síntomas en los macacos, pero que en los humanos tiene una elevada mortalidad y provoca parálisis y daños neurológicos.

En agosto de 2024 el colectivo Abolición Vivisección tuvo que alertar a las autoridades canadienses de que un avión de la aerolínea SkyTaxi estaba volando hacia allí cargado con cientos de macacos de cola larga procedentes de Camboya. Este era el tercer transporte que hacía SkyTaxi sin que las autoridades de transporte canadienses tuvieran conocimiento sobre ello. A pesar de que denegaron el aterrizaje, el avión de SkyTaxi llegó finalmente de manera ilegal a Montreal con 680 macacos de cola larga destinados a laboratorios de Charles River. Ahora, se ha confirmado que al menos uno de los macacos de ese transporte “llegó muerto” por causas aún desconocidas.

En Filipinas se han detectado varios brotes de ébola en las granjas de macacos, algunos de ellos después de haber sido enviados por medio planeta hasta laboratorios estadounidenses. Aún así, continúan construyendo nuevas granjas con mayor capacidad para seguir exportando macacos a los laboratorios de todo el mundo.

Recientemente, la organización People for the Ethical Treatment of Animals (PETA) ha publicado un extenso informe que documenta los casos de tuberculosis en macacos de cola larga en laboratorios de Estados Unidos, todos ellos detectados tras haber hecho escala en algún país europeo. Según la OMS, la tuberculosis es la enfermedad infecciosa más mortal del mundo, afectando a unos 11 millones de personas anualmente y causando más de un millón de muertes. A pesar de este grave riesgo, la experimentación animal sigue contribuyendo a la propagación de esta enfermedad letal. Sólo entre 2021 y 2024, las autoridades estadounidenses registraron 85 brotes de tuberculosis en macacos importados desde Mauricio, Vietnam, Camboya y Filipinas, destinados a laboratorios. De ellos, el 20 % de los casos no fue detectado hasta después de la “cuarentena”.

El mayor centro de distribución y experimentación de primates en Europa, Camarney SL: una catástrofe anunciada y documentada

Camarney SL (en Camarles, Tarragona) es el mayor centro de distribución de primates en Europa y, actualmente, pertenece a Charles River Laboratories, la mayor empresa de experimentación animal del mundo. Hasta la fecha, Camarney ya es responsable de la tortura y masacre de más de 40.000 macacos de cola larga, todos ellos procedentes de la República de Mauricio y de Vietnam.

En ambos países se ha documentado cómo siguen cazando macacos de cola larga para abastecer a las granjas, y las muchas enfermedades de las que son portadores. A pesar de ello, tanto la Generalitat de Catalunya como el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación-MAPA y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico-MITECO, siguen permitiendo que Camarney importe miles de macacos cada año para, después, matarlos en experimentos. Un cruel, devastador y peligroso negocio:

Esta triste imagen muestra a un trabajador de Camarney, sin ningún tipo de medida de seguridad, haciéndose un selfie con uno de los pobres macacos de Camarney. Además de ser insoportablemente cruel, esta foto también supone una gravísima irresponsabilidad, que podría haber provocado una pandemia.


Un trabajador de la granja Camarney, sin medida de seguridad alguna, haciéndose un «selfie».

En enero de este año, 199 macacos fueron transportados desde la isla de Mauricio hasta París para después ser enviados por carretera a Camarney. Al aterrizar en el aeropuerto Charles de Gaulle, se dieron cuenta de que dos de los macacos estaban muertos y, aunque no sabían la causa de las muertes, ni si eran portadores de enfermedades transmisibles a humanos, los metieron en furgonetas junto a los otros 197 macacos y los transportaron hasta Camarney SL durante 24 horas más. A pesar de la gravedad de la situación, la Generalitat de Catalunya no supervisó ni verificó las necropsias hechas por Camarney, que despacharon las muertes como ataques al corazón por causa desconocida.


Este macaco murió cuando era transportado desde Camarney, en Tarragona, al aeropuerto de Bruselas, desde donde iba a ser enviado, junto a otros 222 macacos, a laboratorios de Estados Unidos.

El 7 de noviembre de 2023, un avión cargado con 380 macacos de cola larga procedentes de Mauricio aterrizó en el aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat. Pese al enorme riesgo de propagación e infección de enfermedades, fueron manejados por operarios sin ninguna protección, y 96 de ellos permanecieron durante otros dos días en un almacén de carga hasta que fueron transportados a laboratorios en Reino Unido. Los demás fueron enviados a Camarney SL.


Operarios del aeropuerto de Barcelona-El Prat manejando, sin ninguna medida de seguridad, las cajas donde permanecen hacinados cientos de macacos procedentes de Mauricio.


96 macacos de cola larga fueron abandonados durante dos días en estas condiciones en el aeropuerto de Barcelona-El Prat, apilados junto a otras mercancías.

En 2024, Labcorp, uno de los laboratorios alemanes que importa frecuentemente macacos de Camarney, publicó varios artículos sobre cómo un nuevo tipo de hepatitis A descubierto en macacos estaba invalidando los resultados de los experimentos. Según hemos podido confirmar por varias fuentes fiables, este nuevo tipo de hepatitis A, transmisible a humanos, procede de Camarney.

Aunque la ley exige una inspección anual a todos los centros que usan y distribuyen primates para experimentación, la Generalitat de Catalunya no realizó ninguna inspección a Camarney en 2022 (tampoco en 2006, 2007, 2012 ni 2015). Ese mismo año, Camarney asesinó a 143 macacos con enteritis, una grave diarrea que puede ser síntoma de otras peligrosas enfermedades para humanos. A pesar de ello la Generalitat de Catalunya no investigó la causa.


Un macaco con graves heridas siendo tratado, de forma insalubre e inadecuada, en la granja de Camarney, Tarragona.


Un macaco, en deplorables condiciones y con media cola amputada, en la granja de Camarney, en Tarragona.

Las jaulas donde se encierra a los macacos en Camarney están situadas al aire libre y solo están separadas de la fauna y la población local por una valla de alambre oxidado y deteriorado, lo que permite que liebres, pájaros, ratones e incluso gatos estén frecuentemente en contacto con los macacos y puedan propagar cualquier enfermedad de la que son portadores. Por si todo esto no fuera suficiente, en el área donde se sitúa Camarney hay una altísima población del animal más letal para el ser humano, el mosquito, haciendo que para los habitantes de la zona una simple picadura pueda convertirse en fatal.


Un gato rebuscando en la basura de la granja de Camarney, en Tarragona.


Un macaco enjaulado en Camarney, bebiendo de una manguera llena de suciedad.

Desde los lobbies y empresas de experimentación animal seguirán intentando hacer creer que sus atrocidades son la única forma de encontrar curas a enfermedades o desarrollar medicamentos; pero, mientras tanto, cada día, siguen poniéndonos en peligro con su cruel negocio. Tanto por la inutilidad de un inmeso porcentaje de sus resultados, como por el peligro para la salud pública al que nos exponen de continuo.