El cable roto del funicular accidentado en Lisboa que dejó 16 muertos no cumplía la normativa

El cable roto del funicular accidentado en Lisboa que dejó 16 muertos no cumplía la normativa

El siniestro del pasado 3 de septiembre se produjo por la rotura de un cable que incumplía los requisitos para el transporte de personas

Portugal, de luto, se cuestiona el descuido en el mantenimiento de los funiculares de Lisboa tras la tragedia con 16 muertos

El accidente del funicular de Gloria en Lisboa, donde 16 personas murieron el pasado 3 de septiembre, se produjo por la rotura de un cable que no cumplía con la normativa para el transporte de personas, ni con los requisitos de la propia empresa de transporte urbano.

Así lo señala el informe preliminar del Gabinete de Prevención e Investigación de Accidentes de Aeronaves y Accidentes Ferroviarios (GPIAAF), organismo gubernamental encargado del caso. 

En el documento no se establecen los motivos exactos de la rotura del cable, que se encontraba por debajo de los raíles entre las dos cabinas del funicular y que se rompió después de 337 días de uso, pero sí que se apuntan una serie irregularidades.

Según el GPIAAF, el cable instalado “no estaba conforme a las especificaciones” de la empresa que lo gestionaba, Companhia Carris de Ferro de Lisboa (CCFL), para el uso en el Ascensor de Gloria, como también se conocía el funicular.

Tampoco estaba certificado para su utilización en instalaciones de transporte de personas.

Otra anormalidad que los técnicos apuntan en el texto es que dicho cable “no era apto” para ser usado con pivotes en sus extremos, como era el caso en el funicular de Gloria y en el de Lavra, otro ascensor turístico de la ciudad.

El GPIAAF indicó que el hecho de que este tipo de cables se empleara “de forma múltiple” en ese medio de transporte, sin cumplir los requisitos y restricciones de utilización, se debe a “varios fallos acumulados en el proceso de adquisición, aceptación y aplicación de la CCFL, cuyos mecanismos organizacionales de control interno no fueron suficientes o adecuados para prevenir o detectar los fallos”.

Pese a estas irregularidades, el organismo investigador recuerda que cables similares al que se rompió y causó el accidente fueron empleados durante 601 días en los funiculares de Gloria y Lavra “sin incidentes”.

“Por ese motivo, no fue posible en este momento afirmar si las disconformidades en el uso del cable son o no son relevantes en el accidente”, avisó el GPIIAF.

Sobre el mantenimiento del funicular, el organismo dijo que en la zona donde se produjo la rotura “no era posible” hacer una inspección visual, como se hacían este tipo de procedimientos, sin tener que desmontar parte de la instalación.

Además, el informe destaca que “hay evidencias” de que las tareas de mantenimiento registradas como cumplidas no siempre se corresponden con labores efectivamente realizadas.

Por otro lado, los técnicos han podido constatar que en el momento del suceso el sistema de emergencia en la cabina que descarriló actuó como debía, cortando la energía eléctrica, lo que debería haber desencadenado un frenado que no ocurrió.

Asimismo, pudieron comprobar que el guardafrenos activó el sistema tanto de forma automática como manual, pero nada de eso fue eficaz para inmovilizar la cabina.

Al menos dieciséis personas murieron, cinco de ellas portuguesas y el resto extranjeras, en el accidente del funicular de Gloria, inaugurado en 1885 y que conectaba la plaza de los Restauradores con el Bairro Alto y uno de los miradores más populares de la ciudad, el de São Pedro de Alcântara.

Tras el accidente el funicular fue desmantelado, mientras que los ascensores turísticos en otras partes de la capital tienen suspendidas sus actividades.