Diez claves sobre las cuotas de los autónomos

Diez claves sobre las cuotas de los autónomos

La reforma de los autónomos, que fue clave para que España recibiera los fondos europeos, es decisiva para la estabilidad a largo plazo del sistema de pensiones. Y ese sistema, que se basa en la solidaridad, debe responder al nivel de renta

Estas son las nuevas cuotas de los autónomos que propone la Seguridad Social en 2026: congelar las más bajas y subir un 2,5% las más altas

1. A diferencia de los asalariados, los autónomos son los únicos trabajadores que pueden elegir su cotización. Hasta hace tres años, esa cuota mínima era igual para todos los autónomos, sin importar sus ingresos. La mayoría cotizaba así. Esto provocó dos efectos indeseados: que los autónomos se jubilen con pensiones más bajas –un 40% menos de media–. Y que, incluso así, su régimen especial sea una de las principales causas del déficit de la Seguridad Social. 

2. Este déficit se debe a dos motivos. Primero, porque hay autónomos que cotizan por la mínima y se benefician de la solidaridad del sistema –que garantiza una pensión mínima para todos, también para quienes no cotizaron lo suficiente–. Segundo, porque hay autónomos de rentas altas que ajustan de forma estratégica su cuota según los años que les queden para jubilarse, para asegurarse la pensión más rentable con el menor coste posible.

3. La consecuencia de ese déficit es que los trabajadores asalariados, en conjunto, están financiando parte de la pensión de los autónomos –aunque haya casos individuales en los que no sea así–. Y dentro de ese mundo, no todos son precarios: la gran mayoría de los empresarios cotizan como autónomos.

Hoy la desigualdad es enorme: un autónomo que gane más de 6.000 euros netos al mes –descontados todos sus gastos e impuestos– puede cotizar lo mismo que un asalariado que cobre poco más de 1.500 euros mensuales. Y no son pocos: 226.000 autónomos declaran ganar más de 6.000 euros netos al mes.

4. Este déficit del modelo de autónomos es más que conocido desde hace años. Por eso, en 2020, la Comisión del Pacto de Toledo incluyó entre sus recomendaciones sobre la sostenibilidad de las pensiones que los autónomos cotizaran según sus ingresos y que, poco a poco, sus cuotas y sus prestaciones se igualaran a las de los asalariados. No solo las obligaciones: también los derechos, que se han ido ampliando para los autónomos. Salvo la protección por desempleo –que en los autónomos funciona de otra manera–, los derechos que se generan son casi iguales.

5. En 2022, el ministro José Luis Escrivá logró un importante pacto con la patronal, los sindicatos y todas las asociaciones de autónomos para reformar el sistema en esa dirección. Ese acuerdo se convirtió después en un decreto ley, el 13/2022. Allí se establece que los autónomos coticen según sus ingresos netos en enero de 2032. Es decir: que sus cuotas vayan subiendo poco a poco, según distintos tramos de ingresos, hasta alcanzar las cotizaciones que ya aportan los asalariados con la misma renta. Hoy está muy lejos de ser así.

Son cuotas elevadas porque lo que se consigue a cambio también es caro. Con estas cotizaciones, se financia después un sueldo vitalicio desde la jubilación. Las pensiones contributivas van de 12.241 hasta 45.746 euros anuales. Según los cálculos del Banco de España, cada pensionista recibe de media 1,7 veces el dinero que aportó. 

6. Esa reforma pasó por el Congreso poco después, donde logró un apoyo abrumador. El decreto obtuvo una mayoría más amplia de la necesaria para reformar la Constitución: 260 votos a favor, 64 en contra y 25 abstenciones. 

El PP también votó a favor. En ese momento, ya era líder del partido Alberto Núñez Feijóo. 

7. La reforma de 2022 estableció unas cuotas mínimas según distintos niveles de renta. También fijó un calendario de subidas para los tres primeros años, hasta 2025. Pero dejó pendiente el calendario completo de subidas necesarias para alcanzar el objetivo previsto en 2032.

Los pasos para alcanzarlo debían pactarse después con los representantes del sector. Es algo que la actual ministra, Elma Saiz, no ha negociado bien. Primero presentó una subida muy elevada –obviamente una propuesta inicial– que rápidamente se filtró y generó una gran oposición social. Este lunes ha dado un volantazo: una segunda propuesta que congela las cuotas de los autónomos que menos ingresan, pero que solo sube el 2,5% para los tramos más altos, menos incluso que la inflación. En la práctica, es tanto como parar en seco la reforma que se aprobó en 2022. A este ritmo, es imposible que se alcance el objetivo previsto para 2032.

8. La reforma de los autónomos no solo es decisiva para la estabilidad a largo plazo del sistema de pensiones. También fue clave para que España pudiera recibir los fondos europeos. Entre los hitos exigidos por Bruselas a cambio de ese dinero figuraba la reforma del sistema de pensiones para lograr su sostenibilidad. Si no suben las cuotas, los cálculos a largo plazo ya no cuadran. Es probable que Bruselas exija nuevas medidas si España no cumple con lo que prometió.

9. Cada año, la Autoridad Fiscal Independiente (AIREF) revisa la sostenibilidad de las pensiones. En su último informe, también analizó el impacto económico de la reforma de las cuotas de los autónomos. Según sus cálculos, hasta 2050 esta reforma aportaría de media unos ingresos adicionales de 0,2 puntos del PIB al año para la Seguridad Social –aunque el Gobierno discrepaba de esa cifra y sostenía que el impacto era aún mayor: el 0,6% del PIB a partir de 2046–. Al congelarse esta medida, ese dinero tendrá que salir de otro sitio: o recortando el gasto o aumentando la aportación del Estado a través de impuestos.

10. El problema de fondo se explica mejor entendiendo cómo funciona el sistema de pensiones. Como expliqué en mi carta del pasado sábado, es un seguro social obligatorio, contributivo y solidario. Obligatorio, porque así se evitan los abusos y se protege a todos por igual. Contributivo, porque lo que recibes depende de lo que aportas, de modo que sea un sistema para toda la sociedad y no un modelo de caridad. Y solidario, para garantizar una pensión mínima que no deje a nadie atrás. 

Pero esa solidaridad debe responder al nivel de renta, no al régimen de cotización. ¿Por qué un trabajador precario debe ser solidario con un autónomo que gane tres veces más?