
Eduardo Mendoza, en vísperas de recibir el Princesa de Asturias: “Sin algo que decir no escribiría; lo haría sin ilusión ni ganas”
El escritor catalán asegura que «anda peleando» con los centros de enseñanza y los maestros por estimar que la literatura debería enseñarse «con altura, peso y relevancia en todos los niveles educativos»
Eduardo Mendoza, Premio Princesa de Asturias de las Letras: “Que 50 años después de mi primera novela no esté en el cuarto de los trastos es muy bonito”
Eduardo Mendoza Garriga (Barcelona, 1943) se define como una persona “que no tiene gracia” y ejerce un oficio “muy serio” a pesar de que su fino sentido del humor es una de las principales características que le definen y se refleja en su ingente obra literaria. A sus 82 años, en plena forma física y mental, reconoce que se ha vuelto “más exigente como lector” hasta el extremo de que algunos libros le “irritan muchísimo” por no guardar las formas e incluso anda “peleando” con los centros de enseñanza y los maestros por estimar que no se le da a la literatura el peso que considera que se merece.
“Te dicen que si lees es divertido y enrollado y eso no se dice de las matemáticas. La literatura tendría que enseñarse igual, con altura, peso y relevancia en todos los niveles educativos”, reivindica.
En el tema humorístico ocupo este espacio donde me encuentro como el dueño de la casa aunque actualmente hay bastantes escritores con una propuesta humorística, a los que nunca cito para que el que no ha salido no me espere en la puerta
En el tema humorístico es consciente de que tiene poca competencia e incluso ocupa “este espacio donde me encuentro como el dueño de la casa”, aunque actualmente han irrumpido bastantes escritores con una propuesta humorística, a los que ha optado por no citar porque, según corrobora, “nunca los cito para que el que no ha salido no me espere en la puerta”.
“Me he hecho selfies con todo Oviedo”
El próximo viernes, Eduardo Mendoza recibirá el premio Princesa de Asturias de las Letras 2025, en una solemne ceremonia que tendrá lugar en el Teatro Campoamor de Oviedo. Su amabilidad, paciencia y empatía con sus lectores hace que a cada paso sea sorprendido con uno de ellos con un libro bajo el brazo para que se lo dedique o un teléfono móvil para hacerse una fotografía para el recuerdo.
“Me he hecho selfies con todo Oviedo. Me habían dicho que ya vería qué bien me iban a tratar e iba a tener muy buena acogida, pero la realidad supera lo que imaginaba”, dice mientras al hombre “serio” se le escapa una sonrisa.
El premio Princesa de Asturias es especial y de muy alto nivel porque ha recaído en personalidades importantes. Es muy simpático, a diferencia del premio Nobel que no es simpático. Esta es una fiesta alrededor del libro, de la cultura y de todas las disciplinas que se premian. Por mí, que me lo den todos los años
Un premio “muy simpático”
Reitera que está “muy contento” de su estancia en la capital asturiana porque el premio Princesa de Asturias es “especial y de muy alto nivel porque ha recaído en personalidades importantes” y añade que el galardón también le parece “muy simpático a diferencia del premio Nobel que no es simpático. Esta es una fiesta alrededor del libro, de la cultura y de todas las disciplinas que se premian. Por mí, que me lo den todos los años”, sugiere mientas, en la sala, la directora de la Fundación Princesa de Asturias, Teresa Sanjurjo, sonríe.
Eduardo Mendoza asegura que desde su llegada al Principado se ha visto sorprendido por que los medios de comunicación han indagado en toda su vida, su trayectoria y también en sus antepasados hasta el punto de que él mismo cree que sabía menos de su familia que los periodistas.
El ADN asturiano
“Han sacado a mis antepasados de la tumba. A mis abuelos, que eran asturianos, nunca los conocí. Murieron cuando la familia se había trasladado a Barcelona”, añade para los biógrafos periodísticos.
A pesar de ello, aún conserva muchos recuerdos asturianos, aunque los califica de “intermedios”, por el paso del tiempo, como aquellos platos de comida de los que se iban heredando las recetas, y los pueblos de la región solo los ha conocido “como turista, viajero, visitante y no como un asturiano de sangre”, explica.
No obstante, no descarta que si se le hiciera una muestra de ADN, quizá “algo de asturiano, saldrá”, añade bromeando.
El escritor Eduardo Mendoza participó en Oviedo en un coloquio con integrantes de 150 clubes de lectura de varias comunidades autónomas.
Una vez superado el test de asturianía, el escritor catalán pasó a las preguntas de los periodistas más específicas sobre su obra durante la rueda de prensa celebrada en el Hotel de la Reconquista de la capital asturiana.
El proceso creativo
Interpelado sobre la dosis necesaria entre talento y esfuerzo a la hora de escribir, ha sido rotundo: “Aunque el talento es necesario, sin trabajo no funciona. Tiene que haber una mezcla de los dos. No sé en qué medida, ni en qué proporción”.
No ha tenido reparos en reconocer que en su proceso creativo ha habido un cambio desde sus inicios a la actualidad. “Frente a la fantasía desbordada de los inicios, ahora el oficio y el esfuerzo van ganando terreno”.
La autocensura
“Con una metáfora futbolística, puedo decir que estoy en tiempo de descuento y en penalties. Si viera que ya no tuviera nada más que decir, preferiría no escribir, porque no lo haría sin ilusión ni ganas, pero aún no me ha pasado”, ha aseverado, despejando cualquier rastro de duda.
A la pregunta sobre si siente que cuando escribe se autocensura y autolimita a la hora de decir determinadas cosas esto es lo que ha respondido: “Conscientemente tengo un censor escondido detrás. No me preocupa una posible censura porque no está la agresividad en mi manera de escribir, aunque puedo ofender involuntariamente”.
Herir inconscientemente
Eduardo Mendoza considera que sin querer se puede ofender a alguien, se puede herir y en este sentido sí tiene un poco de cuidado.
“Nunca he tenido contratiempos y no han venido palos. Los lectores son más sabios de lo que algunos piensan y entienden muy bien dónde está el juego”, ha afirmado.
El diagnóstico
Para Eduardo Mendoza, el futuro de la novela es un paciente que tiene un diagnóstico bueno: “El muerto goza de buena salud. Cuando dije que la novela de sofá estaba agotada todo el mundo se me echó encima, pero el tiempo me dio la razón. Ahora hay variedad de géneros y la aparición de voces nuevas, especialmente femeninas”, ratifica.
El escritor Eduardo Mendoza mantuvo un encuentro con representantes de 150 clubes de lectura, en Oviedo.
“Entre el desenfado y el saber”
Mendoza se reunió ayer, lunes, con más de 2.000 personas que forman parte de los 150 clubes de lectura vinculados principalmente a las bibliotecas públicas de Asturias, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Galicia y Navarra, con los que dialogó en una amena conversación sobre sus libros en un acto titulado “Entre el desenfado y el saber”, en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Oviedo.
A lo largo de los últimos meses, los clubes de lectura analizaron diversas obras del galardonado, entre otras, “La verdad sobre el caso Savolta”, “La ciudad de los prodigios”, “Riña de gatos”, “Sin noticias de Gurb”, “El misterio de la cripta embrujada”, “El laberinto de las aceitunas” y “Tres enigmas para la Organización”, ésta su última obra publicada en 2024.
Ser escritor es el mejor oficio del mundo: no tiene horarios, no necesita inversión, y lo único que hace falta es papel y un lápiz. Y que te lean, claro
Una de las cuestiones se refería al momento de su proceso creativo: “Eso habrá que preguntárselo a los que viven conmigo, que son los que lo padecen. Cuando escribo estoy distraído, me olvido de todo. Te dicen: ‘acuérdate de comprar jamón’, y llego a casa sin jamón. Pero estoy contento”.
Opina que ser escritor es “el mejor oficio del mundo” y lo argumenta: “No tiene horarios, no necesita inversión, y lo único que hace falta es papel y un lápiz. Y que te lean, claro”. De ahí que lo considere el oficio mejor, si te leen porque, de lo contrario, está claro que “sino, es el peor”.
El encuentro, en directo
La Fundación Princesa de Asturias retrasmitió este encuentro en directo desde el Palacio de Exposiciones y Congresos de Oviedo, conocido popularmente como “el Calatrava”, por el nombre del arquitecto valenciano que lo diseñó, y que tiene entre otros reconocimientos el Premio Príncipe de Asturias de las Artes de 1999. A continuación, pueden verlo a través de este enlace de Youtube:
El escritor se muestra contrario a todo tipo de censura y opina que en el caso de que un lector se sienta incómodo con un libro, lo mejor que puede hacer es “que lo tire y lea otro. Nadie tiene que decirnos qué debemos leer”, aconsejó.
Yo creo que se puede vivir sin leer. Hay gente que no lee y es estupenda, y hay gente que lee y es idiota. Pero de todas las cosas que se pueden hacer en la vida, leer es de las mejores. Nos entretiene, nos une y nos ayuda a entendernos. Leer no es imprescindible, pero es un ejercicio maravilloso: obliga a imaginar. Es como un cine con la pantalla en blanco. El lector tiene que inventar la película
Eduardo Mendoza no regateó pregunta alguna, entre otras aquella que le interpelaba sobre las declaraciones de algunas influencers jactándose de no leer un libro.
“Leer obliga a imaginar”
“Yo creo que se puede vivir sin leer. Hay gente que no lee y es estupenda, y hay gente que lee y es idiota. Pero de todas las cosas que se pueden hacer en la vida, leer es de las mejores. Nos entretiene, nos une y nos ayuda a entendernos. Leer no es imprescindible, pero es un ejercicio maravilloso: obliga a imaginar. Es como un cine con la pantalla en blanco. El lector tiene que inventar la película”, fue su recomendación.
También ha sostenido que la literatura de ficción, sobre todo la novela, es “uno de los terrenos menos misóginos que hay”, porque “grandes escritoras ha habido casi siempre”.
El escritor Eduardo Mendoza posa para una foto con una admiradora, en Oviedo.
De foto en foto
Es padre de familia numerosa, ya que a sus dos hijos biológicos, une una larga lista de hijos “literarios” como Carlos Prullàs, Fábregas, Onofre Bouvila, Anthony Whitelands y Arborio Sugrañes, entre cientos de personajes salidos de su imparable imaginación.
Autor de una narrativa aderezada con grandes dosis humorísticas, este descendiente de asturianos -citó a sus abuelos- transmite una imagen cercana y afable. Son dos de las principales características que definen al escritor junto a su bonhomía, elegancia, empatía y simpatía, aparte de su extraordinaria pluma literaria y un sentido del humor innato.
Esta es la buena sensacion que está dejando en estas primeras horas de estancia en el Principado de Asturias, donde no ha perdido su sonrisa y con paciencia ha posado para numerosos selfies con sus lectores.
Eduardo Mendoza saluda a su llegada al hotel de La Reconquista, en Oviedo.
“Proyecto Gurb. El juego alienígena”
La semana pasada, se desarrolló en Oviedo la actividad “Proyecto Gurb. El juego alienígena”, en la que, con un mapa y un cuaderno de bitácora como guías, los participantes siguieron las huellas del alienígena en distintos puntos de la ciudad para descubrir el paradero del compañero del protagonista de la novela de Eduardo Mendoza.
Además, la Fábrica de Armas de La Vega, en Oviedo, acogió sesiones de conciertos y una instalación concebidos para redescubrir la trayectoria literaria del premiado.
El escritor catalán Eduardo Mendoza asegura que en Asturias está «como en casa».
El ‘caso Mendoza’
Eduardo Mendoza mantendrá mañana, miércoles, un encuentro con el público, moderado por el librero Rafa Gutiérrez Testón, en el que se repasará su trayectoria literaria y la trascendencia de su primera novela “La verdad sobre el caso Savolta”.
El encuentro, bajo el título el “Caso Mendoza”, tendrá lugar, a las 19:30 horas, en el Centro Niemeyer, en Avilés.
El escritor Eduardo Mendoza junto a la directora de la Fundación Princesa de Asturias, Teresa Sanjurjo.
Su próxima cita ya será el viernes, donde recibirá el galardón que le acredita como premio Princesa de Asturias de las Letras 2025. En este acto, que tendrá lugar en el Teatro Campoamor de Oviedo, pronunciará un discurso en la ceremonia de entrega.
Los discursos de los premiados
Además del escritor, también intervendrán el filósofo Byung-Chul Han, Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades; la fotógrafa Graciela Iturbide, Premio Princesa de Asturias de las Artes; y el economista y político Mario Draghi, Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional.
Este año se celebra la cuadragésima quinta edición de los galardones en una ceremonia presidida por los reyes Felipe y Letizia y a la que asistirán la princesa Leonor y la infanta Sofía.
Una ceremonia en cinco idiomas
El acto contará con un servicio de interpretación simultánea para todo el teatro que incluirá cinco idiomas: español, inglés, francés, italiano y alemán.
La ceremonia será accesible también para personas con discapacidad auditiva mediante su interpretación en lengua de signos en el Teatro Campoamor y en la emisión a través de la web de la Fundación. Se incorporará también un servicio de bucle magnético en el propio teatro.
La nómina de premiados este año
La relación de premiados en esta edición es la siguiente: Byung-Chul Han, Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades; Eduardo Mendoza, Premio Princesa de Asturias de las Letras; Douglas Massey, Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales; Graciela Iturbide, Premio Princesa de Asturias de las Artes; Serena Williams, Premio Princesa de Asturias de los Deportes; Mary-Claire King, Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica; y Mario Draghi, Premio Princesa de Asturias Cooperación Internacional, ya han confirmado su asistencia a la ceremonia.
En representación del Museo Nacional de Antropología de México, Premio Princesa de Asturias de la Concordia, acudirán a la ceremonia Antonio Saborit, director del Museo, y Madeleine Bremond Santa Cruz, presidenta de su Patronato.