
Las olas de calor disparan la contaminación por ozono ‘malo’ a máximos de la década en España
El verano más caluroso registrado hizo que subieran los niveles de O3, un gas responsable de 23.000 ingresos hospitalarios urgentes al año: casi el 100% de la población respiró concentraciones más allá del umbral trazado por la OMS
El póquer de contaminantes del aire: ¿cuáles son las sustancias tóxicas que respiramos?
La contaminación por ozono troposférico (O3) en España ha marcado este año valores máximos desde hace una década. El calor intenso registrado este verano ha disparado los niveles del ozono malo, según el análisis de los datos oficiales realizado por la organización Ecologistas en Acción.
Olas de calor y contaminación por ozono son un cóctel dañino agitado por la crisis climática. La ecuación es, en aparicencia, sencilla: cuanta más radiación solar, más ozono troposférico se genera al incidir sobre otros gases que ya están en la atmósfera.
Así que este verano, el más caluroso medido en España, los niveles medios han ido más allá del máximo legal –cercano a expirar tras 15 años de vigencia– en toda la Comunidad de Madrid, la mayoría de Extremadura, suroeste de Castilla-La Mancha, zonas del interior de Catalunya, la Región de Murcia y puntos de Andalucía.
Concentración de O3 verano 2025: Media de las estaciones por zonas
Bilbao
A Coruña
Girona
Barcelona
Madrid
Valencia
Alicante
Málaga
Superación del actual objetivo legal
Superación del nuevo objetivo legal
Superación de la guía de la OMS
Sin superación
Sin datos
FUENTE: ECOLOGISTAS EN ACCIÓN
Concentración de O3 verano 2025:
Media de las estaciones por zonas
Bilbao
A Coruña
Girona
Barcelona
Madrid
Valencia
Alicante
Málaga
Superación del actual objetivo legal
Superación del nuevo objetivo legal
Superación de la guía de la OMS
Sin superación
Sin datos
FUENTE: EVALUACIÓN DE LA FOREST DECLARATION 2025.
Si se mira el mapa con el nuevo valor máximo legal aprobado en la Unión Europea que entra en vigor en 2030, debe añadirse al grupo a, prácticamente, toda Andalucía y una amplia zona castellanomanchega al sur de la Comunidad de Madrid. Y si el análisis se realiza tomando como referencia los límites de O3 para proteger la salud de la personas de la OMS, casí el 100% del territorio ha estado por encima.
Respecto a los picos máximos medidos en algún momento en las estaciones, han superado el tope legal en Madrid, la mitad occidental de Castilla-La Mancha, Extremadura, Andalucía, puntos de Catalunya y Mallorca.
“El ozono es el contaminante que presenta en el Estado español una mayor extensión en su afección a la población”, sentencia el informe de los ecologistas. Los números de esa extensión revelan que, de acuerdo al “obsoleto valor objetivo todavía vigente”, son más de ocho millones de personas. Con el criterio ya aprobado, pero todavía a la espera de que sea efectivo, la población que respira demasiado ozono troposférico sube a las 21,4 millones de personas.
En realidad, cuando se trata de protegerse de los efectos nocivos del O3, la Organización Mundial de la Salud traza un umbral máximo de concentración del gas en la atmósfera más severo. Desde esa perspectiva, 47 millones de personas padecieron niveles excesivos el pasado verano.
El ozono troposférico no es un gas que salga directamente de alguna fuente de contaminación concreta. No se trata de un compuesto que emane de chimeneas de fábricas, residuos o tubos de escape. Se produce por las reacciones que genera la radiación solar sobre precursores previos.
El precursor más importante es el dióxido de nitrógeno (NO2), este sí, proveniente en su mayoría del transporte terrestre. Del tráfico. De ahí su relación con el cambio climático y el aumento de las temperaturas, la cantidad de radiación solar que llega y la prolongación de los días días de verano (cinco semanas más que en 1980) asociada.
“Cada vez es más importante como precursor el metano (CH4) que, en España, procede sobre todo de la ganadería industrial”, comenta el coodinador del informe, Miguel Ángel Ceballos, quien añade que “para este año también ha destacado como precursor el monóxido de carbono que ha aumentado mucho debido a la ola de incendios forestales que hemos padecido”.
Este proceso de generación del O3 explica porqué esta contaminación afecta sobre todo en primavera y verano a las áreas suburbanas y rurales influenciadas por la contaminación urbana e industrial. En 2025, dos intensas y prolongadas olas de calor en verano durante la estación más cálida desde, al menos, 1961, han desembocado en esta subida de concentraciones de O3.
Respirar ozono malo deteriora la salud de los humanos. Su potencia oxidativa e inflamatoria tiene consecuencias en patologías cardiacas, respiratorias, neurológicas e, incluso, la salud mental.
Es más, está detrás de unos 23.000 ingresos hospitalarios urgentes al año en España, según el Instituto de Salud Carlos III. Este organismo ha identificado además 3.840 muertes atribuibles a las elevadas temperaturas y a la mayor exposición asociada a contaminantes como el ozono en 2025. Solo el NO2 provoca más ingresos urgentes con 28.000 y, en el caso de los mayores de 65 años, el O3 es el que explica más del 50% de los ingresos que se producen por infecciones del aparato respiratorio superior.
Por eso, el ISCIII ha recomendado que “puesto que el NO2 tiene un origen fundamentalmente antrópico relacionado con el tráfico rodado y además es un importante precursor del O3 , es necesaria la adopción de medidas dirigidas a reducir el tráfico en las ciudades”.
Y en el campo
Para completar el panorama, el ozono troposférico no daña únicamente el organismo de los humanos. “Cuando es absorbido por las plantas, daña las células vegetales lo que les impide tanto crecer como reproducirse”, explica la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEM). “Esto lleva a una disminución de las cosechas, descenso en el crecimiento forestal y reduce la biodiversidad”.
Una investigación del European Topic Center de la AEM ha demostrado el impacto negativo del ozono troposférico en las cosechas al estudiar la caída del trigo y las patatas en 2022.
Para el cereal, los cálculos dieron que la pérdida era de más de tres millones de toneladas con 1.300 millones de euros menos, siendo las zonas más afectadas el norte de Francia y Alemania y Castilla y León. Para las patatas las pérdidas rondaron los 680 millones de euros.
Toda esta dinámica hace que los países con fuerte sector agrícola del sur de Europa donde la radiación solar es más intensa y prolongada (España, Italia y parte de Francia) sean especialmente vulnerables a los daños que esta contaminación provcan en los cultivos y los ecosistemas.
Sin embargo, Ecologistas en Acción explica que, en este momento, debido a la “falta de información [oficial] suficiente, no se evalúa la repercusión del ozono sobre la vegetación y los ecosistemas
“El tráfico es el sector clave y hay que atajarlo”, reflexiona la coordinadora de Ecologistas en Acción, Camen Duce. “Por ejemplo con zonas de bajas emisiones que sean efectivas porque lo que estamos viendo es que muchas son una burla: no van a reducir el tráfico como debería para asegurar esa reducción de los óxidos de nitrógeno planificadas para en el marco del Plan Nacional de Energía Clima que habla de reducirlos un 60%”.