Vicente Miralles, oftalmólogo, sobre las gafas amarillas de Marcos Llorente: «No están indicadas para tratar ninguna enfermedad»

Vicente Miralles, oftalmólogo, sobre las gafas amarillas de Marcos Llorente: «No están indicadas para tratar ninguna enfermedad»

El médico nos explica los riesgos de prescindir de las lentes de sol y el verdadero papel de los filtros para luz azul tras la controversia provocada por el futbolista español

Leer en papel o en pantalla, ¿de qué manera afecta a tu vista?

Tras posicionarse en contra de la crema solar, defender la dieta paleo o la teoría conspiranoica de los ‘chemtrails’, el futbolista Marcos Llorente ha vuelto a generar una polémica al mostrarse en contra del uso de gafas de sol en exteriores y justificar las lentes amarillas para protegerse de la luz azul de las pantallas. “Yo no llevo nunca gafas de sol ni se deberían llevar. No estás dejando que a los ojos les entren los rayos necesarios”, aseguraba el jugador nacional en una entrevista en COPE. 

Llorente utiliza gafas con lentes amarillas en interiores, para filtrar la luz azul de las pantallas, y rojas cuando se hace de noche, para ayudar a su ritmo circadiano. “Es la biología, no lo digo yo”, ha defendido el centrocampista del Atlético de Madrid, que es también socio fundador de un comercio de gafas, lámparas y bombillas que siguen esta teoría. 

“Aunque es cierto que la luz natural ayuda a sincronizar el ritmo circadiano, y que pasar más tiempo al aire libre puede disminuir la incidencia de miopía en niños, no significa que debamos prescindir de la protección de la radiación ultravioleta”, matiza el oftalmólogo Vicente Miralles. “La utilidad real de las gafas de lentes tintadas depende más de la protección ultravioleta que del color. Lo importante es que las gafas filtren el 100 % de la radiación ultravioleta (UV400), ya que eso reduce daños acumulativos en la córnea, el cristalino y la retina”, explica a elDiario.es el también médico residente del Hospital Universitario Henares, en Coslada (Madrid). 

Además de la comodidad que nos aportan las gafas de sol, es falso que los ojos se fortalezcan con el sol o que necesiten “que les entren los rayos”. “Las gafas de sol homologadas nos protegen de patologías como el pterigium [tejido fibrovascular que invade la córnea] o la pinguécula [protuberancia amarillenta que recubre el ojo]”, apunta Miralles en uno de sus vídeos divulgativos, que advierte también del riesgo de retinopatía solar por mirar fijamente al sol. 

El espectro de la visión y los tintes de las lentes

El oftalmólogo confirma que no hay evidencia científica sobre que el color de las lentes pueda dañar la vista en condiciones normales, ya que solo modifican ligeramente la percepción cromática. 

“Los tintes grises reducen el brillo y el deslumbramiento sin alterar en exceso los colores, por lo que son los más versátiles para uso diario y deporte al aire libre. En cambio, los amarillos o ámbar claro pueden mejorar el contraste en días nublados o con niebla, como ocurre en el ciclismo o el esquí”, señala el experto a este periódico. 

Aunque en ciertos casos clínicos las lentes amarillas pueden resultar útiles, Miralles aclara que “en general, no están indicadas para tratar ninguna enfermedad ocular en la población sana”. “Pueden ser de ayuda, por ejemplo, en pacientes con baja visión por causas como albinismo, maculopatías o nistagmus, ya que pueden mejorar el contraste, reducir el deslumbramiento y aliviar la sensibilidad a la luz”, detalla.

Filtros para la luz azul ¿sirven realmente?

En los últimos años, las gafas con filtro para la luz azul se han convertido en uno de los accesorios más populares entre quienes pasan horas frente a pantallas, pero ¿son realmente útiles? “Se ha hablado mucho sobre la luz azul y su posible impacto en los ojos, pero, tal y como señaló la Sociedad Española de Oftalmología en su comunicado, no tiene que cundir el pánico, la evidencia científica disponible no demuestra que la exposición habitual a pantallas o luces LED cause daño ocular, ni que sea necesario utilizar gafas con filtro específico de forma rutinaria”, afirma el oftalmólogo que aclara que su uso tampoco es, ni mucho menos, perjudicial.

El experto destaca la importancia de unos buenos hábitos visuales para paliar la fatiga visual que provocan las pantallas: “Una medida sencilla y eficaz es la regla del 20-20-20: cada 20 minutos, mirar un objeto a unos 6 metros (20 pies) de distancia durante al menos 20 segundos”. “También conviene parpadear con frecuencia, mantener una distancia de unos 60–70 cm del monitor y situar la pantalla ligeramente por debajo del nivel de los ojos, ajustar el brillo y contraste, usar lágrimas artificiales si hay sequedad y revisar la graduación de las gafas o lentillas”, enumera. 

De todos modos, Miralles puntualiza que el uso de las gafas con filtro para luz azul sí puede ser beneficioso, especialmente en personas con problemas de sueño. “En la vida cotidiana, lo más recomendable es no abusar de las pantallas”, comenta el experto, que aboga por aplicar sentido común y consultar a un especialista en caso de dolencias o síntomas más específicos.