Moreno acusa a la izquierda de azuzar la violencia contra los médicos por atacarle con la crisis de los cribados de cáncer
El presidente de la Junta encaja los ataques en bloque de toda la oposición por el escándalo de los diagnósticos tardíos. La diputada de Por Andalucía le muestra dos radiografías de una mama, una antes de la caída del sistema informático de Salud, y otra después, con modificaciones
Moreno ofrece “una nueva etapa” en la Sanidad andaluza tras siete años en el Gobierno para capear la crisis de cribados
El presidente Juan Manuel Moreno se ha amarrado al mástil del Servicio Andaluz de Salud (SAS) para soportar la tormenta política que ha desatado la crisis de los cribados de cáncer de mama en Andalucía. Un día después del tenso debate monográfico sobre la situación de la sanidad, del que Moreno se ausentó cuando hablaba la oposición, sus rivales se han lanzado contra él con una intensidad inusual en esta legislatura, y el presidente se ha parapetado detrás de los médicos.
Moreno ha contraatacado a las izquierdas acusándolas de estar “poniendo en riesgo” el Plan de detección precoz del cáncer, el propio SAS y a sus profesionales, acusándoles incluso de incitar la violencia física y verbal contra ellos. “Hay sanitarios que ya se quejan de la manipulación que están usando contra el sistema, que están provocando una situación de riesgo: hay radiólogos que hoy han recibido amenazas verbales y algún día vamos a llegar a una reacción violenta”, ha asegurado el dirigente popular, en respuesta a las duras críticas del portavoz de Adelante Andalucía, José Ignacio García.
García ha sido el primero en repetirles todas las preguntas sin respuesta que ayer lanzaron al consejero de Sanidad, Antonio Sanz: qué ha pasado, qué ha provocado la crisis de los cribados, cuántas mujeres hay afectadas, en cuántas provincias, se modificaron, borraron o manipularon las mamografías en los historiales clínicos colgados de los servicios informáticos del SAS durante la caída del sistema de hace dos días.
Sobre esta última denuncia, que la Asociación de Mujeres con Cáncer de Sevilla (Amama) registró el martes ante la Fiscalía, el Ejecutivo andaluz y el presidente han respondido con la mayor contundencia, asegurando que ni es verdad ni es posible técnicamente hacerlo. “Ustedes están acusando a los profesionales sanitarios se prestan a manipular pruebas clínicas por orden de este Gobierno, porque sólo ellos pueden acceder a esos historiales. Es un disparate colosal”, ha gritado Moreno.
Pero en el turno siguiente, la portavoz de Por Andalucía, Inmaculada Nieto, ha mostrado al presidente la imagen de una mamografía señalada con “hallazgos” y otra sin ese círculo azul sobre la mancha. “Ésta es la teta de Anabel antes la caída del sistema informático del SAS y ésta otra es de después, ya sin la lesión marcada en la imagen, que ha desaparecido, y tampoco el nombre del profesional que revisó la mamografía”, ha denunciado Nieto.
La algarabía que se ha montado en el Parlamento ha obligado a la diputada a interrumpir su intervención. La bancada del PP ha elevado el ruido y en el micrófono de Moreno se han colado las palabras indignadas del consejero de Sanidad, Antonio Sanz, sentado a su lado: “¡Está acusando a los profesionales en sede parlamentaria!”. Nieto ha sentenciado su discurso: “El personaje Juanma Moreno no va a volver. Usted ya no es el novio de Andalucía. Miles de mujeres están pidiendo su dimisión”.
El próximo domingo hay una concentración de repulsa convocada por las mujeres víctimas de la crisis de los cribados, a las puertas del Palacio de San Telmo, sede de la Junta. Moreno se ha quejado hoy, a la entrada en el Parlamento, de que Amama ha rehusado hasta cinco veces reunirse con él personalmente y con su consejero de Sanidad, no ha aceptado su invitación a San Telmo, “porque ha preferido manifestarse delante”. Desde el entorno del presidente, donde admiten el desgaste enorme que este asunto les está provocando, han empezado a acusar a Amama de vínculos con el PSOE.
A Moreno se le ha visto desencajado en la sesión de control. Las caras de los 58 diputados del PP y de los miembros del Ejecutivo andaluz también han cambiado el rostro de la legislatura, plácida hasta el estallido del escándalo, hace 26 días. El presidente se olvidó de las habituales formas tranquilas y perdió los nervios tras ver las mamografías que le enseñaba Nieto: “Dejen de machacar la imagen de los 130.000 profesionales sanitarios de Andalucía, están acusando a los médicos en sede parlamentaria de meter la mano en los historiales de los pacientes, están vertiendo toneladas de basura sobre nuestros sanitarios”, dijo.
También Vox atizó al dirigente popular por el asunto de los cribados. Su portavoz, Manuel Gavira, le acusó de haber gestionado la sanidad “como lo hacía el PSOE” y le reprochó que haya empujado a miles de andaluces a “pagar dos veces la atención sanitaria”, en referencia a los dos millones de ciudadanos que tienen un seguro médico privado, un 58% más que hace siete años, cuando llegó el PP al Gobierno. “Usted debería estar avergonzado hoy”, dijo.
Con la portavoz socialista, María Márquez, ha tenido el encontronazo más duro. “Es usted una vergüenza nacional”, le ha espetado la diputada, acusándole de haber mentido en el Parlamento, hace 15 días, cuando dijo que la Junta estaba derivando “cero” mamografías a la sanidad privada. “Cero, cero, cero dijo usted. Mentira, mentira, mentira, hoy ha dicho que un poco sí están privatizando”, le ha recordado.
Moreno ha admitido que el SAS sí tiene contratadas la realización de mamografías con una clínica privada, como publicó este periódico, pero el presidente ha insistido en que ese contrato es para llevar las pruebas en unidades móviles a “las comarcas”, a zonas de difícil cobertura.
El contrato, sin embargo, especifica las zonas donde se ubican esos camiones donde se realizan las mamografías, incluido Sevilla capital -aparcan a las puertas de centros de salud públicos- o en la Costa del Sol. La memoria del expediente, para realizar 300.000 mamografías en la privada en cuatro años por 5,6 millones de euros, reconoce que es por “falta de medios para cumplir los plazos del cribado de cáncer de mama”.
Moreno ha subido el tono, acusando la “actitud irresponsable” de la oposición. “Su único objetivo y obsesión es hacer daño, deteriorar al Gobierno, les da igual triturar el sistema de cribados que salva vidas, si tienen que pisotear el SAS lo van a hacer. A esto se le puede llamar con todas las letras: irresponsabilidad”, ha sentenciado.
El presidente ha insistido en que el diagnóstico de la crisis de los cribados ya está hecho: son 2.000 mujeres con un resultado “sospechoso” o “no concluyente” en su mamografía del que no fueron informadas hasta meses o años después. La Junta asegura que ya las ha llamado a todas -el 90% en el Virgen del Rocío de Sevilla- para citarlas a una segunda prueba de contraste antes del 15 de noviembre. También ha reiterado que han cambiado el protocolo para informar antes a las mujeres de ese diagnóstico “no concluyente”, que en el 98% de los casos es “probablemente benigno”, y ha defendido el sobrecoste sanitario y de plantilla anunciado estas últimas semanas.
El portavoz del PP en el Parlamento, Toni Martín, ha cerrado los turnos de preguntas al presidente con un duro contraataque contra las izquierdas, sobre todo contra el PSOE. “Aparten sus sucias manos del asociacionismo de víctimas del cáncer, que intentan teledirigir y manipular”, ha asegurado.
Moreno ha advertido al PSOE que cuestionar las mamografías derivadas a la privada, a través de unidades móviles, o los protocolos del cribado de cáncer implica denunciar los fallos que dejó tras de sí su jefa de filas y candidata en las andaluzas, la vicepresidenta del Gobierno María Jesús Montero. “Montero está escondida, no quiere habalr de esto por miedo a lo que podamos sacar”, ha dicho.
Los socialistas, en cambio, aseguran que han trazado así su estrategia: permanecer en un segundo plano en esta crisis de los cribados de cáncer, y dejar que sean las mujeres afectadas quienes ocupan la primera trinchera de indignación y protesta contra el Gobierno andaluz. “Las mujeres, las que se han tenido que rapar varias veces la cabeza, las que han perdido un pecho o los dos, son ellas las que le están diciendo que se marche”, le ha recordado Márquez en su intervención.
En el cierre de la sesión de control, Moreno ha dedicado sus últimos minutos en dar un repaso a Montero, su némesis en las elecciones de la próxima primavera: “Invito a los ciudadanos a que miren en datos oficiales cómo la señora Montero hizo el mayor recorte de la historia autonómica. La gente me dice que hay que mejorar la sanidad, y muchos profesionales me dicen: mejor que con la señora Montero estamos, por dios que no vuelva. Les trataba con la punta del pie, y los profesionales no tienen amnesia, no se han olvidado”.