El golpista del 23F Antonio Tejero recibe el alta del hospital valenciano en el que estaba ingresado

El golpista del 23F Antonio Tejero recibe el alta del hospital valenciano en el que estaba ingresado

La familia del guardia civil explica que se encuentra «en situación de estabilidad clínica» y ha recibido el alta hospitalaria después de ingresar en situación de máxima gravedad y que varios medios lo dieran por muerto

Archivo – VÍDEO | Tejero es homenajeado 38 años después del golpe de Estado entre gritos de “arriba España” y “viva Franco”

El coronel golpista Antonio Tejero ha sido dado de alta en el hospital de València en el que permanecía después de haber sido ingresado en estado crítico en las últimas horas. Según informan fuentes cercanas a su familia, el condenado por el golpe del 23 de febrero de 1981 está “en situación de estabilidad clínica” y seguirá su recuperación “en el entorno familiar” después de que ayer incluso diversos medios de comunicación difundieran la noticia de su fallecimiento.

Tejero Molina, de 93 años de edad, había ingresado en las últimas horas en un hospital valenciano, donde según su familia “recibió los Sacramentos y la Bendición Papal”, encontrándose en “fase terminal” según fuentes de su entorno. Hace un día diversos medios de comunicación difundieron que el guardia civil golpista había efectivamente fallecido, algo que su familia desmintió a través de un comunicado en el que anunciaban acciones legales contra el que le hubiera dado por muerto.

Antonio Tejero fue el guardia civil que encabezó y ejecutó el fallido golpe de Estado de 1981, cuando asaltó el pleno del Congreso de los Diputados con disparos al techo y al grito de “¡Quieto todo el mundo!” mientras los parlamentarios se lanzaban al suelo en plena votación de investidura de Leopoldo Calvo-Sotelo mientras más militares, encabezados por Jaime Milans del Bosch, ocupaban València.

Para entonces, Tejero ya había sido condenado por participar en otro conato de golpe de Estado en la conocida como ‘operación Galaxia’, y su papel protagonista en el 23F le costó 30 años de reclusión, aunque quedó en tercer grado en 1993. Sus apariciones públicas recientes siempre han estado vinculadas a ensalzar la dictadura que añoró con instaurar de nuevo en los primeros años de democracia: desde homenajes fascistas a firmar manifiestos pasando por presentarse en la inhumación del cadáver de Franco en Mingorrubio.