Necesitamos política jabata

Necesitamos política jabata

El gravísimo caso de desinformación a enfermas con cáncer de mama por parte de la Junta de Andalucía de Moreno Bonilla (PP) alumbra la importancia de políticos de la oposición que están llevando al Parlamento y ante la justicia las voces de las afectadas

Moreno acusa a la izquierda de azuzar la violencia contra los médicos por atacarle con la crisis de los cribados de cáncer

Qué triste que Andalucía, con más de 8,5 millones de habitantes, más que 13 de los 27 países de la UE, tierra que reclama y merece una atención a sus necesidades y logros que a nivel estatal se le escamotea, salte a la palestra nacional por el lamentable escándalo de la desinformación a las enfermas con cáncer de mama por la Junta de Andalucía que preside el hasta hace nada ejemplo de talante y sonrisa del PP, Juan Manuel Moreno Bonilla.

Un hombre que ha pasado, más rápido de lo que Superman volvía a su esencia de torpe Clark Kent, de ser el ideal Juanma al agrio Bonilla que abronca a las víctimas por buscar la verdad para evitar más mastectomías y muertes de madres, hermanas, hijas, amigas, vecinas… e incluso que acusa en falso a la izquierda de promover la violencia contra los médicos cuando la crítica va contra la desastrosa gestión del Servicio Andaluz de Salud (SAS) durante sus ya siete años de gobierno.

La destrucción de la sanidad pública por el gobierno andaluz del PP es gravísima y va más allá del cáncer, con 7 de cada 10 enfermos esperando la cita con su médico de cabecera más de una semana o pacientes de posible glaucoma que requiere revisión semestral sufriendo dos años de espera. Todo lo cual refuerza la importancia de la concentración, mañana día 26, a las 12 horas, frente a la presidencia de la Junta, en el Palacio de San Telmo, Sevilla, con el lema Nuestra vida no puede esperar.

Las extirpaciones o muertes de afectadas por cáncer son irreparables, también la desconfianza sembrada en la sanidad pública para impulsar a la privada. Y es gravísimo el descrédito político que se causa y engorda al fascismo

La reacción de la Junta de Bonilla, tras saltar el escándalo, es una cadena de despropósitos:

Primero la entonces consejera, Rocío Hernández, luego obligada a dimitir, dijo que se trataba sólo de 3 o 4 casos.
Luego la Junta admitía 2.000 justos, ni más ni menos, sin decir de dónde sale esa cifra, pero limitando el problema al hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Este viernes la cifra ya ha subido hasta las 2.317 afectadas.
Después, se nombra nuevo consejero a Antonio Sanz, sin experiencia en gestión sanitaria, y él anuncia inversiones millonarias y 700 contrataciones pese a no saberse la raíz de los fallos y a reconocer que será difícil contratar a 65 radiólogos.
Esta semana, para colmo, la Asociación de Mujeres con Cáncer de Mama, Amama, destapa y denuncia a Fiscalía que algunos informes de enfermas han desaparecido o han sido manipulados en la aplicación ClicSalud y en la plataforma Diraya y el consejero Sanz las acusa de “levantar infundios”, de “crear una alarma social bestial” ¡para al final del día atribuir los cambios en las historias a un fallo informático como el de las entradas de La Oreja de Van Gogh!
Pero la justicia, la Fiscalía, va a investigar a raíz de la denuncia de Amama, del Defensor del Paciente y de dos partidos políticos de la oposición de izquierda: Por Andalucía y Adelante Andalucía.
Y, en el Parlamento, PSOE, Por Andalucía (coalición de IU, Podemos y Más País) y Adelante Andalucía, que han impulsado juntos una comisión de investigación sobre los cribados, se están afanando en representar el interés de las ya afectadas y de la sociedad, perjudicada en conjunto.

Aplaudir la política útil

El mal está hecho y es irreparable para las mujeres que han perdido un pecho, los dos, la vida. También hay un daño gravísimo a la confianza en la Sanidad Pública que llevará a mujeres a la privada si pueden pagarla… Y otra lesión es el descrédito político. Porque este abandono de Bonilla a miles de enfermas, y el de Mazón en la dana que costó 229 vidas, y los 7.291 muertos en las residencias madrileñas por los protocolos de la covid de Ayuso, abonan el mantra de “la política es una mierda” y empujan al voto protesta-suicida al neofascismo de Vox o Alvise. De hecho, como alertaba ayer aquí Héctor Cebolla, “la política” es la mayor preocupación de los españoles, según las respuestas al CIS.

El desastre en la detección del cáncer ha sacado a la luz el modo serio y comprometido de representar a las víctimas y defender la sanidad pública de dos partidos de izquierda, Por Andalucía y Adelante Andalucía, con cinco y dos diputados, junto a un PSOE que necesita a su cabeza de lista, María Jesús Montero, más presente en el terreno

Sin embargo, hay representantes públicos muy útiles y necesarios para la sociedad. Y en el caso que analizamos es de justicia destacar el riguroso y comprometido trabajo que están desempeñando en el Parlamento andaluz y ante los tribunales dos grupos políticos con una muy modesta cantidad de diputados: Por Andalucía, que tiene cinco, y Adelante Andalucía, con dos.


Inma Nieto, portavoz de Por Andalucía, procedente de IU, junto a Alejandra Durán y José Manuel Gómez Jurado, compañeros suyos de Podemos en la coalición.

Los portavoces de uno y otro, Inma Nieto y José Ignacio García, están siendo ejemplo de seriedad y firmeza tanto en la exposición de datos como en la exigencia de cuentas al huidizo Bonilla que intenta evitarlos abandonando el pleno o pierde los nervios acusándoles de culpar a los médicos cuando lo que hacen es protegerlos de posibles coacciones y manipulaciones de su gobierno.


José Ignacio García, portavoz de Adelante Andalucía.

Ojalá, por el bien democrático, Bonilla asumiera el desastre de su apuesta privatizadora y rectificara, en vez de seguir en su insensata huida hacia delante. Pero, a día de hoy, invito y animo a ver extractos en redes sociales de las comparecencias de Nieto y García para reconciliarnos con lo mejor de la política, encarnada en personas y grupos modestos, junto a la oposición más mayoritaria, con 30 diputados, del PSOE que quizá espera y necesita que su secretaria general en Andalucía y próxima candidata a presidir la Junta, María Jesús Montero, ejerza un liderazgo más presente.  

Panorama incierto y amenaza facha

Dicho lo anterior, revertir la política anti sanidad pública del PP en la Junta requiere que las izquierdas ganen las próximas elecciones autonómicas que como muy tarde serán en junio.

Pero, por ahora, al PSOE le falta ese extra de empuje. Adelante Andalucía (con los diputados José Ignacio García y Miren Begoñe Iza de la Torre) se cierra en banda a un pacto con Por Andalucía. Y esta, cuyo grupo parlamentario está formado por Inma Nieto (IU), Esperanza Gómez (Más País) y los tres miembros de Podemos Juan Antonio Delgado, Alejandra Durán y José Manuel Gómez Jurado está en riesgo de disolución por la negativa estatal de Podemos a reeditar la coalición y por la perspectiva de dejar la primera línea tanto de Gómez Jurado como de Inmaculada Nieto, pese al trabajo acreditado, al tiempo que solo IU ha elegido ya a Ernesto Alba como candidato único a sus primarias.

Y mientras Vox, con sus actuales 14 diputados y el anuncio de crecimiento de los sondeos que lo señalan como segunda fuerza tras el PP en Huelva y Almería, está poniéndose de perfil en el escándalo sanitario y, en cambio, sembrando conflictos con el ultra afín Vito Quiles y sus seguidores fachas yendo a provocar a las universidades de Málaga, Granada y Pablo de Olavide de Sevilla (entre otras repartidas por el país), sin que las autoridades de orden público les exijan los trámites que se nos pide a todos para manifestarnos y dejándoles crear tumultos sin tener que afrontar consecuencias por sus actos.