Elecciones legislativas argentinas en España: el rotundo triunfo de la ausencia

Elecciones legislativas argentinas en España: el rotundo triunfo de la ausencia

El único ganador este domingo en las mesas de votación en Madrid, Barcelona o Vigo será el reflejo de una diáspora poderosa en número y en la vida social del país, pero silenciosa, o silenciada por la inacción de nuestro gobierno en las urnas

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Este 26 de octubre, cuando las argentinas y los argentinos voten para elegir la mitad de su cámara de diputados y un tercio de su senado, una parte de la atención caerá, una vez más, en la diáspora.  

Argentina siempre fue, y continúa siendo, un país de inmigrantes. Pero en los últimos 20 años, casi de manera imperceptible, también se ha convertido en un país de emigrantes.

Ningún país ejemplifica este cambio más que España. Lo vemos en la selección argentina de fútbol, donde ya hay algún jugador con acento español, y lo vemos en el Congreso español, donde desde hace al menos 10 años se escuchan de vez en cuando diputados que hablan con acento argentino. Lo vemos, sobre todo, en las estadísticas oficiales: en 2024 había 415.987 argentinos residentes en España, un récord histórico. Si se toma en cuenta además la cifra estimada de residentes irregulares, el total rondaría el medio millón, lo cual quiere decir que la España argentina es, en número de habitantes, más grande que al menos seis provincias argentinas. 

Nuestra comunidad no es homogénea, pero sí notablemente joven, con el 38,1% en el rango de 20 a 39 años, y especialmente concentrada en Cataluña, la Comunidad Valenciana, Andalucía y la Comunidad de Madrid, que en conjunto reúnen aproximadamente el 70% de los argentinos en España.

A pesar del gran número, el resultado será una vez más la misma derrota: la no-participación. Desde MARES (Migrantes de Argentina Residentes en España) queremos visibilizar esta realidad, contrastando la fuerza de nuestra diáspora con su casi nula incidencia en los comicios.

No obstante la imponente cifra de residentes, cuando miramos los datos de la Cámara Nacional Electoral de Argentina, la realidad electoral no invita a la esperanza. Para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2023, el número de argentinos habilitados para votar en España (quienes hayan realizado el cambio de domicilio en su DNI) era de apenas 114.892 electores, o sea menos del 28% de los argentinos residentes en el país.

El resto, casi tres cuartas partes de la comunidad, o bien no ha completado el trámite de cambio de domicilio o, al poseer doble nacionalidad o llegar a Europa como ciudadano comunitario, se encuentra con una realidad diseñada para evitar la participación y el vínculo jurídico y ciudadano con nuestro país, lo cual lleva a la mayoría a la indiferencia electoral.

La cifra de argentinos habilitados a votar y que efectivamente lo hace es aún más desoladora: apenas el 12%. Se estima que no votarán más de 13.000 o 14.000 personas en toda España. 

El resultado electoral argentino en España del 26 de octubre no reflejará la voluntad de la mayoría de los argentinos y argentinas que vivimos acá. Lo que realmente se hará evidente es el abismo entre la gran masa de la diáspora y su voluntad o posibilidad de incidir políticamente en nuestro país de origen.

Para muchos, la decisión de migrar fue una toma de distancia de la realidad política argentina, habitualmente vista como crítica y desgastante. Pero, para muchos otros, el complejo proceso burocrático de cambiar el domicilio en el DNI (solo puede hacerse por la mañana, días laborables y en cuatro puntos concretos de la península) actúa como una barrera insalvable.

Pero hay una barrera aún más cruel: fijar domicilio formal en España es condenarse a que cada renovación de pasaporte argentino cueste €165 en lugar de los $70.000 pesos (menos de 50 euros) que cuesta el mismo trámite en Argentina. Este ejemplo expresa lo que significa cualquier otro trámite para un argentino que fije domicilio en España.

 Las autoridades consulares parecen decirnos: ser argentino fuera de Argentina es solo cosa de ricos. Se estima que hay más de 1.800.000 argentinos residiendo de manera permanente en el exterior. Argentina, históricamente un país de inmigrantes, se ha transformado también, en un país de emigrantes y no hay indolencia o cerrazón de los gobiernos argentinos que pueda ocultar este hecho por más tiempo.

Desde MARES lamentamos esta desconexión, pero más aún que sea la decisión política de los gobiernos argentinos lo que la perpetúe. 

En lo electoral, la comunidad argentina en España no elige, sino que mayoritariamente se abstiene. Por ello, el único ganador en las mesas de votación en Madrid, Barcelona o Vigo será el reflejo de una diáspora poderosa en número y en la vida social del país, pero silenciosa, o silenciada por la inacción de nuestro gobierno en las urnas. 

En España, el 26 de octubre será, para la comunidad argentina en España, el rotundo triunfo de la ausencia.