Taxis piratas camuflados de guías del enoturismo en La Rioja: «No jugamos con las mismas reglas»
Varios taxistas denuncian que hay en La Rioja «más de 37 vehículos», según sus cálculos, realizando transporte de viajeros sin las obligatorias licencias
El Ayuntamiento de Logroño prepara la primera ordenanza reguladora de taxis
Un grupo de turistas espera en la puerta de su hotel un coche que les recoge y les lleva a una bodega para una visita, después les traslada a otra para una cata y, finalmente, les lleva a un restaurante para comer. Un día completo para descubrir La Rioja a través del enoturismo con la comodidad de que un coche te recoge y te lleva hasta la puerta de los lugares de visita, te espera e incluso te explica algunos datos. Sin embargo, hay un pero importante: ese coche no tiene la matrícula azul obligatoria para transporte de pasajeros.
La matrícula azul identifica los vehículos que tienen permiso para el transporte de personas, es decir, la llevan los vehículos con licencia VT (Vehículo de transporte de viajeros), la que tienen los taxis, y las licencias VTC (Vehículos de Transporte con Conductor), los que operan en compañías como Uber o Cabify. Es decir, en La Rioja hay personas haciendo servicios de taxi con coches particulares y sin los permisos reglamentarios.
“No jugamos con las mismas reglas”, denuncian los taxistas, que llevan años viendo como estos servicios se multiplican hasta los, según calculan, “más de 37 vehículos que actualmente realizan este servicio sin licencia. Las exigencias son mucho mayores para un taxi. Los taxistas no pueden comprar un vehículo con más de dos años de antigüedad para su uso con la tarjeta VT, es decir, como taxi. En los últimos años, taxistas con mucha antigüedad han visto duplicarse sus pólizas hasta los 3.000, mientras los nuevos que se incorporan pagan 5.000 euros con pólizas a terceros. En cualquier caso, muy alejados de una prima de seguro para coche particular, que puede ser de 700 euros a todo riesgo.
Además, los taxis cuentan con mayores exigencias para la Inspección Técnica de Vehículos. Tiene que pasar una ITV antes de matricular o hacer el cambio como taxi. Después, la deben pasar anualmente y a partir del quinto año, cada seis meses. Un coche particular, sin embargo, pasa su primera ITV al quinto año. Por otra parte, la obligatoria tarjeta de transporte se debe renovar cada cuatro años en el caso de los taxis y, en el de los VTC, cada dos. A la vez que renuevan, tienen que presentar una serie de documentos que acrediten que están al día con Hacienda, con la Seguridad Social, justificante del seguro…
Las obligaciones no son las mismas y tampoco lo son los precios. “Estos taxis piratas tienen incluso páginas web o perfiles en redes sociales, algunos de ellos hasta se anuncian como chóferes privados y, hasta hace poco tiempo, publicaban sus desorbitadas tarifas”, señala un afectado. Las tarifas de taxi son oficiales y están reguladas por los ayuntamientos o las comunidades autónomas. Estos “chóferes privados” estipulan libremente el precio e incluso hay casos en los que publican precios de viajes a diferentes ciudades del país y del extranjero sin necesidad de camuflarlo como un paquete de viaje.
Según llevan años observando los taxistas, estos servicios empezaron como “transporte complementario”, algo que sí está permitido y se refiere al que realiza una empresa cuya actividad principal no es el transporte, sino que es de uso interno para trasladar a los clientes a la actividad. Por ejemplo, en el caso del enoturismo, los servicios que trasladan a los turistas a una viña para enseñarle las labores agrícolas o los que los llevan hasta el lugar donde guardan unas bicicletas con las que realizarán una ruta. Sin embargo, en algunos casos, transformaron su actividad para dar solo el servicio de transporte, lo que ya no está dentro de la legalidad. “Hay casos en los que incluso les están ofreciendo de comer, probablemente sin ningún tipo de registro sanitario”, advierte los afectados, resaltando que también pueden estar haciendo competencia desleal al sector de la hostelería.
Por su parte, los taxistas lamentan que no se estén realizando suficiente controles y sanciones a pesar de que se anuncien públicamente. “Se han metido en nuestra bolsa de trabajo y no pasa nada”. Calculan que puede haber más de 37 vehículos realizando servicio de transporte de forma ilegal. “Y no solo no se les sancionan, sino que en algunos casos reciben ayudas públicas y premios”, resaltan. En Álava ya se han interpuesto siete sanciones por este motivo, por lo que reclaman más “contundencia” al Gobierno de La Rioja.
Desde el ejecutivo regional, han informado de que la Dirección General de Infraestructuras ha tramitado este año un expediente sancionador por operar sin licencia de taxi o VTC, lo que conlleva una multa de 4.000 euros. De forma escueta, explica que Infraestructuras solicita a las policías locales que hagan campañas de inspección y cuando llega una denuncia, se tramita el correspondiente expediente sancionador.
Mientras tanto, los taxistas siguen reclamando medidas ante una actividad que ven cómo se multiplica sin freno y sin garantías. “¿Qué pasa si hay un accidente?”, se preguntan sobre la falta de los necesarios seguros de responsabilidad civil. También viven cómo muchos turistas, que sí les contratan a ellos, les piden una visita guiada por el pueblo al que les llevan o los paisajes que recorren y ellos les tienen que aclarar que ese no es su trabajo y que hay profesionales especializados en ello. Sin embargo, lamentan que otras personas, con un coche y un carné de conducir, si puedan hacer su trabajo.