Los ‘huérfanos de la heroína’ se sacuden el estigma desde la gran pantalla
El cine empatiza con la generación diezmada por la droga y el sida en el largometraje de Carla Simón ahora en cartelera y en el documental que se dispone a estrenar Alba Flores. Ambas películas conectan con ‘La estrella azul’, que le valió el Goya a la dirección novel a Javier Macipe: “Tienen ese punto de partida de que la vergüenza se transforma en compasión”
Carla Simón reconstruye su memoria familiar y la de toda una generación en la hermosa y fascinante ‘Romería’
La heroína hizo estragos entre los jóvenes españoles que eran jóvenes en los 80 y primeros 90, por las sobredosis y por cómo el compartir jeringuillas abrió las puertas al sida. Fueron muchas las bajas y muy prematuras, entre ellas las de algunas de las mentes más creativas del momento, de las más valiosas, con mayor potencial transformador, e iban llegando tras unas existencias marcadas en su final por un doble estigma: el del miedo a la delincuencia y el del pavor a un virus entonces desconocido y que ningún medicamento podía frenar.
Sus huérfanos heredaron aquella mancha y hoy, adultos, todavía pugnan por borrarla. Porque en la esfera pública termina perdonándose casi todo, pero no hay compasión para los yonquis, para los adictos, se ha lamentado estos días la actriz Alba Flores, hija de Antonio Flores, al presentar el documental que actualiza el legado del cantante, en el año en que se cumplen 30 de su muerte. Esta película, antes de pasar a la plataforma Movistar Plus+, va a llegar el 28 de noviembre a una cartelera en la que ha tenido mucha aceptación ‘Romería’, estrenada el 5 de septiembre, de Carla Simón, que perdió a sus dos padres por el VIH que se contagiaron al consumir heroína y ahora ha recreado su relación de amor.
Ambos filmes aceptan y reivindican con inteligencia y sensibilidad la memoria de aquella generación diezmada, conectando con la gran sorpresa de los últimos Premios Goya: ‘La estrella azul’, del joven director Javier Macipe, sobre otro músico desaparecido antes de tiempo, Mauricio Aznar.
Alba Flores posa en el Festival Internacional de cine de San Sebastián, donde presentó ‘Flores para Antonio’.
‘Flores para Antonio’ está escrita y dirigida por Isaki Lacuesta y Elena Molina. Alba guía todo el relato del documental, en el que celebra al artista y a la persona mientras va retirando el velo a algunos silencios y medias verdades que han marcado su propia vida. Se sirve de imágenes de archivo, vídeos caseros, fotografías y música. Hablan su madre, Ana Villa, y sus tías Lolita y Rosario Flores, además de compañeros de profesión del personaje protagonista como Joaquín Sabina, Antonio Carmona, Ariel Rot o Sílvia Pérez Cruz. La actriz culmina el homenaje interpretando la canción que acompaña los créditos.
El padre y la madre de Carla Simón murieron con tres años de diferencia, cuando ella era muy niña. Unas cartas escritas por aquella que se habían conservado inspiraron la conmovedora ‘Romería’ a la cineasta, donde evita tanto la tentación de jugar a sus progenitores como la de edulcorar sus biografías. Es un ejercicio de empatía que, según manifestó cuando su estreno en el pasado Festival de Cannes, le gustaría extender al recuerdo de todos esos jóvenes víctimas de la heroína y el sida, combatiendo los tabúes que siguen presentes.
Arte que cura
Tanto Alba Flores como Carla Simón aportaron para que ‘La estrella azul’ se convirtiera en uno de los fenómenos cinematográficos del curso pasado. La actriz fue de las primeras personas en ver la película y unas imágenes con su emocionada reacción fueron utilizadas para promocionarla. Y la directora, además de haber prestado consejo a Javier Macipe, escribió el prólogo del libreto que acompaña su edición Blu-ray.
El acercamiento de Macipe a la figura de Mauricio Aznar (que le valió el Goya de 2025 al mejor director novel y a su protagonista, Pepe Lorente, el premio al actor revelación) no fue impelido por la voluntad autobiográfica de rescatar una memoria familiar, pero sí también muy sentido como fan de este músico, zaragozano al igual que él, primero ‘rocker’ impenitente, muñidor de grandes canciones con Más Birras, y reencarnado a la vuelta de una transformadora estancia en Sudamérica en intérprete de folclore argentino, en cantor de chacareras, y que falleció hace un cuarto de siglo.
La directora Carla Simón (a la derecha) conversando con la directora de fotografía Hélène Louvart durante el rodaje de su película ‘Romería’, en Vigo (Pontevedra).
“Se sabía en su época lo que estaba pasando con esa generación afectada por la heroína, pero en gran medida fue un tabú. Fue mucho más grave de lo que llegó a plasmarse en el cine o en los medios. Era una epidemia bastante silenciosa y a la gente le avergonzaba. La película de Carla Simón trata de eso exactamente. De cómo afectaba a ricos y a pobres por igual y cómo las familias lo intentaban tapar… Hay muchas heridas relacionadas con aquello que el arte tiene esa capacidad catártica de curar. La de Alba Flores todavía no la he podido ver, pero creo que las tres películas tienen ese punto de partida de que la vergüenza se transforma en amor y en compasión”, dice Macipe.
Como Alba y como Carla, el joven realizador no quiso hacer una obra sobre la heroína. “Es una cosa circunstancial. En aquella época hubo mucha gente sensible que la utilizó. Da igual Mauricio Aznar que Antonio Flores, Enrique Urquijo que Antonio Vega o tantos otros. Si hubiera habido otra droga, habría sido otra. Mauricio Aznar intentó buscar un camino de luz que sustituyera las adicciones y yo quise que en ‘La estrella azul’ la adicción estuviera en off. No me gustan las películas que se centran en todo lo truculento que hay alrededor de la heroína, películas de terror. Ese estadio ya lo hemos pasado. Ya hemos visto ‘Trainspotting’”, concluye.