Una campaña promovida por la ultraderecha elevó el voto nulo en las elecciones irlandesas a casi el 13%
El movimiento ‘Spoil the vote’, aparentemente apartidista y de base, ha sido promovido por figuras prominentes de la ultraderecha y reaccionarias después de que la ultracatólica María Steen no lograse alcanzar los requisitos necesarios para su nominación como candidata presidencial
La victoria de Connolly en las presidenciales da esperanzas al centroizquierda en Irlanda
La victoria de la izquierdista Catherine Connolly en las elecciones presidenciales de Irlanda, una jefatura de Estado principalmente representativa, ha demostrado que existe una alternativa al bipartidismo de centroderecha que gobierna el país desde hace casi una década. Sin embargo, el crecimiento de la ultraderecha está latente en la sociedad irlandesa y, en esta ocasión, se ha manifestado de una forma poco habitual: mediante el voto nulo.
En las elecciones del pasado 24 de octubre, que tuvieron casi un 55% de abstención, votaron un total de 1.656.436 irlandeses. Pero el número de votos válidos cayó hasta 1.442.698. Es decir, hubo un total de 213.738 personas que optaron, o al menos la mayoría de ellos si descontamos equívocos, por “invalidar” intencionadamente su voto. Es el número más alto de votos nulos en una elección moderna en Irlanda y representa el 12,9% del voto del pasado viernes.
Si bien la victoria de la coalición de partidos de izquierdas que apoyaba a la presidenta electa Catherine Connolly en ningún momento ha estado en duda —logró más de 910.000 votos en un país con 3,6 millones de votantes registrados y fue la que recibió un mayor porcentaje de voto desde Erskine Childers (1973-1974)—, lo cierto es que el voto nulo se ha colocado como la ‘tercera fuerza’ de estas últimas elecciones. De hecho, en hasta tres circunscripciones electorales, todas ellas de las afueras de Dublín, el voto nulo sería la segunda fuerza superando a la candidata del partido conservador Fine Gael, Heather Humphreys.
El día de reflexión, algunos expertos como el profesor Michael Gallagher del Trinity College de Dublín ya señalaban el esperado incremento en el número de votos nulos e incluso alertaban ante la posibilidad de que el recuento del voto se retrasase hasta el domingo. “Cada voto necesita no solo ser acordado como inválido sino que además tiene que ser asignado a una de las cuatro categorías de votos nulos”, explicaba en su cuenta de X (antes Twitter).
Una vez cerradas las urnas e iniciado el recuento, comenzaron a aparecer las primeras papeletas electorales marcadas, a lápiz, a boli o a subrayador, ya fuera con mensajes políticos o simplemente con una ‘X’ en cada candidatura o con algún tipo de inscripción. Por supuesto, hubo quienes dejaron volar su imaginación y aparecieron bigotes o cuernos en las fotografías de los candidatos u otros dibujos menos edificantes, con motivos sexuales u otros símbolos, como señalaba el concejal de Donegal Gary Doherty en sus redes sociales.
Al igual que sucede en la papeleta de la imagen, algunos de los mensajes escritos en los votos de miles de irlandeses revelan proclamas o simbología de extrema derecha, mensajes xenófobos o ultranacionalistas, o en algunos votos de zonas de Dublín hacen referencia a un caso de un presunto abuso sexual a una menor por parte de un solicitante de asilo a las afueras de la capital irlandesa.
Lo cierto es que la participación en estas elecciones presidenciales ha aumentado con respecto a las últimas celebradas en 2018, con un 45,83% de votantes que acudieron a las urnas el pasado viernes frente al 43,87% de entonces. Uno de los motivos detrás de este incremento de la participación, además de la capacidad de la candidatura de los partidos progresistas para movilizar el voto joven, ha sido precisamente la existencia de varias campañas que han promovido una participación activa a modo de protesta en el voto.
La presidenta electa de Irlanda, Catherine Connolly, choca los cinco a una niña en Naas, en el condado de Kildare, el 14 de octubre durante la campaña electoral.
De Maria Steen a ‘Spoil the vote‘
La campaña ‘Spoil the vote’ [invalida el voto], liderada en redes por el consultor tecnológico —según se define a sí mismo en su web—, Aidan Joyce, arrancó en el momento en que Maria Steen no logró los apoyos necesarios para presentar su candidatura a las elecciones presidenciales. Si algo ha caracterizado a esta campaña es una intención de canalizar el enfado por la candidatura fallida de esta activista y política ultracatólica hacia una acción política contra los partidos tradicionales y para tratar de deslegitimar la elección presidencial.
Para poder presentar una candidatura a las elecciones irlandesas, cada precandidato debe recibir el apoyo de al menos 20 diputados del Parlamento de Irlanda, el Oireachtas. También se puede lograr la candidatura si se es nominado por al menos cuatro de las 31 autoridades locales de Irlanda.
En el caso de Maria Steen, abogada —aunque nunca ejerció—, arquitecta y miembro del Instituto Iona, una organización ultraconservadora sin ánimo de lucro, no logró asegurar estos apoyos y se quedó a las puertas de poder presentarse como candidata a la presidencia. Logró el apoyo de 18 diputados y se quedó a apenas dos apoyos parlamentarios de alcanzar este requisito mínimo al cierre del periodo establecido, el 24 de septiembre.
La política ultraconservadora irlandesa Maria Steen junto a su marido el pasado 24 de septiembre.
Steen, que ha protagonizado distintas campañas de tinte conservador, es una conocida activista contra el derecho al aborto desde los años noventa y fue portavoz en medios de comunicación del movimiento conservador a principios de siglo o durante la consulta para aprobar el derecho al aborto de 2018. También participó activamente en la campaña contra la aprobación del matrimonio igualitario durante el referéndum de 2015. Esto le supuso recibir acusaciones de homofobia incluso en la televisión pública, en una polémica conocida como el ‘Pantigate’, que terminó con una indemnización de 85.000 euros al Instituto Iona que representaba.
Sin Steen en las papeletas, el votante católico ultraconservador irlandés se quedó sin opciones de cara a las presidenciales, lo que dejó el terreno abonado para la campaña a favor del voto nulo que se desarrolló en las cuatro semanas posteriores.
El propio Aidan Joyce, que transformó su cuenta personal de Twitter (ahora X) en la del ‘cuartel general’ de ‘Spoil the vote’, explicitaba abiertamente sus intenciones el 26 de septiembre: “Votaré a la Número 1 – Maria Steen en la Elección Presidencial irlandesa”.
A partir de ahí, se daba por iniciada la campaña en favor del voto nulo, que ha estado caracterizada por ataques a los diputados y senadores que no apoyaron la candidatura de Maria Steen, ataques a las dos principales candidatas presidenciales, especialmente a Catherine Connolly, caracterizándolas como proislamistas, y sobre todo dando visibilidad a los mensajes de un grupo de políticos, activistas y empresarios ultraconservadores en favor de este boicot activo a las elecciones.
Políticos de partidos minoritarios, antivacunas y racistas
Entre los padrinos de esta campaña política, con amplia difusión en redes sociales o grupos privados de Whatsapp, hay figuras relevantes de la política antiestablishment irlandesa o del mundo conspiranoico y antimigratorio como Elaine Mullally, fundadora del partido Irlanda Independiente y que apoyó la candidatura de Maria Steen, o Nick Delehanty, que también intentó lanzar una candidatura presidencial y que ha logrado una amplia base de seguidores en redes sociales donde lanza habitualmente mensajes contra la inmigración o los refugiados.
Otros de los personajes que han difundido ampliamente esta campaña han sido Eddie Hobbs, antiguo presentador económico de la televisión pública irlandesa RTÉ que fundó el Partido Renua y que, desde la pandemia de COVID-19 presenta un podcast dedicado a cuestionar a los medios tradicionales, la corrupción política y supuestos ataques a la libertad de expresión; Paul Treyvaud, conocido chef y hostelero que ha presentado diversos programas de televisión de cocina y viajes y que se situó como una voz prominente en la oposición a las medidas restrictivas aplicadas durante la pandemia; el ingeniero bioquímico Ivor Cummings, conocido por su activismo antivacunas y sus mensajes ‘antiglobalistas’, o el creador de contenido Michael McCarthy, con casi 150.000 seguidores en Twitter y defensor del etnonacionalismo o de mensajes ‘antiglobalización’ o contra los inmigrantes.
También ha apoyado esta campaña otra cara conocida tanto de la política irlandesa como de la gran empresa. El empresario tecnológico Declan Ganley, que lanzó en 2008 el partido Libertas en el marco de la oposición al Tratado de Lisboa de la Unión Europea, ha sido un apoyo constante a la campaña por el voto nulo. Desde 2022 es el director ejecutivo de Rivada Networks, una empresa de telecomunicaciones vía satélite, que ha recibido financiación del magnate Peter Thiel y ha logrado suculentos contratos con el Departamento de Defensa estadounidense, y que trata de rivalizar con Starlink, la empresa de internet vía satélite de Elon Musk.