El peregrinaje de los primeros desalojados: «Un año después no tenemos casa ni ayudas, y aún pagamos hipoteca»
Las primeras cinco familias desalojadas por el derribo de sus viviendas como consecuencia de la dana afrontan un futuro incierto un año después, sin recursos económicos para reconstruir sus casas ni para comprar otras nuevas, y viviendo de prestado con familiares y amigos
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La localidad de Catarroja se convirtió en una de las primeras en afrontar el derribo de un bloque de viviendas con daños estructurales provocados por la dana que dejó 229 fallecidos en la provincia de Valencia.
En concreto, el pasado 10 de febrero arrancaron las demoliciones de cinco de los adosados de un conjunto de 40 casas ubicadas en la calle del Tribunal de las Aguas, a escasos 100 metros del barranco de Poyo.
Una año más tarde, las cinco familias afrontan un futuro incierto, sin recursos económicos para reconstruir sus casas ni para optar a la compra otras nuevas, y viviendo de prestado con familiares o amigos.
Tan solo han cobrado del Consorcio de Seguros. Los 60.000 euros de ayudas del Gobierno “por destrucción total de la vivienda habitual” siguen “en tramitación” y las alternativas que les ha ofrecido la Generalitat nos les han convencido al estar en otras localidades demasiado alejadas de Catarroja, lo que supone empezar de cero y un nuevo golpe emocional. Además, algunos de ellos siguen pagando la hipoteca de la vivienda que perdieron.
¿Cómo se afronta el día a día con semejante panorama cuando en muchos casos hay niños de por medio que necesitan de una cierta estabilidad emocional? Juan Ángel, su mujer y sus dos hijos son una de las cinco familias afectadas.
Según cuenta, primero les acogieron unos amigos, luego otros les dejaron su casa y, por último, ha sido uno de sus jefes de la empresa para la que trabaja quien le ha dejado una vivienda que deberá dejar en noviembre, por lo que les acogerá su cuñado.
Según Ángel, “va a hacer un año que lo que era el hogar de mi familia con mi mujer y dos niñas de 7 y 12 años, se vino abajo; las máquinas se encargaron de reducirlo a escombros y una parte de nuestra vida, que costó mucho esfuerzo y trabajo, de repente desapareció”. Y un año después, “lejos aún de volver a lo que fue nuestra casa, volvernos a movernos, volvemos a cambiar de residencia, y no precisamente hacia la que deberíamos volver”.
Ahora, una vez más, “toca volver a mover dos niñas pequeñas e intentar volver a explicar la situación, hacer que no les afecte, inventarte una historia, un cuento en el que los protagonistas viven aventuras; hacerles entender que cada movimiento nos acerca más a nuestra casa, cuando realmente, cada movimiento nos dice que debemos seguir buscándonos la vida, que estamos aún lejos de la normalidad, aunque debamos aparentarla, para que ellas no lo noten”.
Juan Ángel explica que llevan un año intentando encontrar una solución para volver a levantar su hogar tal y como estaba, pero los números no dan y menos con la coyuntura del mercado inmobiliario actual: “El Consorcio nos pagó 130.000 euros por la pérdida de la vivienda, y otros 26.000 euros, pero nos quedan 85.000 euros por pagar de hipoteca nuestra vivienda. A los precios actuales no nos podemos permitir una casa nueva en condiciones digna por la zona, así que la opción más viable es reconstruir sobre la parcela de la casa que perdimos. Ya hemos pagado 60.000 euros del proyecto y pero no nos podemos permitir endeudarnos más para levantar la casa”.
Este damnificado lamenta que “aquellos que tienen el poder y las competencias para poder haber buscado soluciones inmediatas, deberían haberlas buscado, a corto y medio plazo, con la intención de paliar el problema que tendríamos a largo plazo; nos quedamos sin hogar y nadie se preocupó por buscar un sitio donde poder vivir sin que esto trastocara más aún el problema que teníamos; nadie se ha parado a pensar en aquellos que perdimos la casa por completo, y un año después siguen saliendo ayudas y se sigue sin destinar ninguna para paliar el daño que nos ocupa”.
A pesar de las adversidades, Juan Ángel espera poder reconstruir su hogar, volver a sonreír sin que el dolor le abrume: “Quiero creer que la dana no solo nos trajo destrucción, sino también una oportunidad para unirnos, para apoyarnos, para ser más fuertes. Pero hoy, en este día, solo puedo sentir el dolor, la rabia y la impotencia. Un año después, la herida sigue abierta”.
Las ayudas del Gobierno y de la Generalitat
El Gobierno habilitó tras la dana una serie de ayudas para la reparación y reconstrucción de viviendas, enseres domésticos y elementos comunes de comunidades de vecinos, que gestiona el Ministerio del Interior. Entre ellas, hay una línea de aportaciones por “destrucción total de la vivienda habitual que puede alcanzar los 60.480 euros.
Fuentes del departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska han explicado a elDiario.es que aunque este miércoles está previsto que se actualicen las cifras, hasta la semana pasada se han abonado 137,4 millones de euros en concepto de anticipos o de ayudas por daños en viviendas y enseres de primera necesidad a más de 30.000 solicitantes. Sobre los retrasos en algunos casos como el denunciado por Juan Ángel explican que este tipo de ayuda es subsidiaria y que depende en parte de la cuantía que haya abonado el Consorcio ya que en cierto modo trata de compensar aquellos casos en los que no se cubra el 100% de los daños. Al mismo han explicado que han recibido un alud de solicitudes por analizar, que hay que estudiar cada caso uno por uno y que quedan unos 1.500 expedientes por estudiar.
Por su parte, la Generalitat Valenciana habilitó una línea de ayudas para el pago de alquileres a aquellas personas que se vieran obligadas a cambiar temporalmente de vivienda como consecuencia de la dana y también en algunos casos han ofrecido viviendas de realojo, dentro de las posibilidades de un parque público ya de por sí escaso.
Fuentes de la conselleria que dirige la vicepresidenta Susana Camarero han informado a esta redacción que se han ofrecido 260 viviendas que han aceptado 139 familias, con el resultado de 314 personas realojadas
Además, han explicado que en las viviendas de La Torre, cuando se inició la adjudicación ordinaria de viviendas en septiembre, había 61 viviendas ocupadas por familias afectadas, de las que 21 unidades de convivencia ya llevaban seis meses alojadas en estas viviendas. De ellas, a siete se les ha prorrogado el contrato porque van a retornar a sus viviendas de origen, y a los 14 restantes se les ha hecho contrato de alquiler definitivo.
En cuanto a las ayudas de alquiler, más de 1.200 familias, el 100% de las que lo han solicitado y cumplían los requisitos, han recibido la prestación: hasta 1.200 al mes, además de pago inicial para reserva, fianza. Las ayudas que inicialmente eran por un periodo de un año, recientemente se han prorrogado otro año más si fuera necesario.
Por otra parte, el Plan vive Dana cuenta con un presupuesto de 91,6 millones de euros para el período 2024-2027, destinado a reparar, reconstruir y prevenir daños futuros. Este plan incluye la construcción de 200 viviendas públicas industrializadas (ya se han licitado en Albal y Torrent) con una inversión de 25 millones de euros. También se han habilitado ayudas de hasta 20.000 euros para la adquisición de viviendas de protección pública, con un presupuesto de 10 millones de euros hasta 2027.