Moreno maniobra para reunirse con víctimas del cribado del cáncer antes de que presenten más de 150 demandas

Moreno maniobra para reunirse con víctimas del cribado del cáncer antes de que presenten más de 150 demandas

El abogado de la asociación AMAMA descarta una reclamación colectiva y opta por una estrategia de reclamaciones individuales por los fallos del sistema, que pretende activar «cuanto antes»

El Servicio Andaluz de Salud se prepara para encarar en los próximos meses un reguero de reclamaciones de decenas de mujeres que han sufrido alguna lesión tras los retrasos en la comunicación de los resultados de las pruebas diagnósticas del cáncer de mama. El SAS no comunicó o comunicó tardíamente a al menos 2.317 mujeres que participaron en su programa de cribado que el resultado de su mamografía era “no concluyente”, de modo que no se les facilitó la realización de otra prueba para descartar o confirmar la enfermedad.

La Asociación de Mujeres con Cáncer de Mama (AMAMA), que destapó los fallos y que ha canalizado las protestas desde entonces, renunciará a formular una demanda colectiva, que había valorado en los primeros compases de la crisis, y optará por reclamaciones individuales, según su letrado. Por ahora, baraja interponer entre 150 y 180 reclamaciones.

La decisión de AMAMA de optar por reclamaciones individuales, adelantada por la Cadena Ser y confirmada por este periódico, le permitirá aquilatar con mayor precisión el daño que cada una de ellas ha sufrido y cuantificar las posibles indemnizaciones, según explica Manuel Jiménez, abogado de la asociación. “Cada una tiene una peculiaridad, con una casuística, pero tienen un patrón común: el desastre provocado por no avisar a las mujeres del resultado de una mamografía”, advierte el letrado, que señala que “en la mayoría de casos” existe un daño que podría haberse evitado si las mujeres hubieran recibido su diagnóstico a tiempo.

AMAMA ya está citando a las mujeres para “intercambiar impresiones” y firmar la reclamación, según asegura Jiménez, quien ha recibido el interés de unas 180 por sumarse a esta vía, cree que presentará al menos unas 150 y sigue recibiendo correos. La intención es presentar las primeras reclamaciones “cuanto antes”, si es posible esta semana.

Antes de llevar las reclamaciones a los tribunales las afectadas deben solicitar la reparación en vía administrativa. Para reclamar la responsabilidad patrimonial de cualquier administración, el individuo debe probar que existe un daño y que este está causado por el funcionamiento normal o anormal de la administración, en este caso el SAS. Si tras seis meses la administración no responde o no llegan a un acuerdo se abre la vía para presentar recurso contencioso-administrativo.

Hay algo que preocupa especialmente al Gobierno andaluz: la posibilidad de que estas u otras reclamaciones de víctimas puedan tener trascendencia penal, añadiéndose en plena campaña electoral a las investigaciones que ya ha abierto Fiscalía tras las querellas interpuestas por IU y Adelante Andalucía, y tras la denuncia de AMAMA de que se han alterado informes clínicos en la aplicación ClicSalud+. El 7 de octubre, la presidenta de AMAMA aseguró que disponía de información de que “varias mujeres” habían muerto “por los retrasos” en su diagnóstico.

Una reunión discreta esta semana

La confirmación de que las mujeres optarán por esta vía procesal añade mordiente a la próxima cita entre el Gobierno andaluz y la asociación, prevista para esta semana. Las dos partes llevan con discreción el encuentro, al que tratan de encapsular de la presión mediática y política para dar una oportunidad a que la relación se reconduzca.

Para las afectadas, la reunión puede fijar un marco de reparación que la mayoría del PP en el Parlamento Andaluz rechazó, al menos en el plano económico, al descartar la propuesta del PSOE para crear un “fondo extraordinario” para indemnizarlas por los errores.

Al otro lado de la mesa, para el Gobierno de Moreno el encuentro es esencial en su batalla por dar la vuelta a un relato que le ha arrollado desde sus primeras páginas, cuando perimetró el problema a “tres o cuatro casos”, y hasta sus últimos compases, cuando sus escuderos se han esforzado por minimizar el éxito de la manifestación de este domingo en Sevilla. Ahora, Moreno ha dado orden de recalibrar la estrategia, y el mismo domingo desautorizó públicamente al portavoz del PP en el Parlamento, Toni Martín, al decir que “siempre es un éxito” cuando las personas se manifiestan pacíficamente. Horas antes, Martín había tildado de “fracaso absoluto” la concentración de mujeres ante San Telmo.

El temor de Moreno ya no es tanto que la crisis llegue viva a elecciones (algo ya casi inevitable por el alcance de los fallos, la doble investigación de la Fiscalía y la cercanía de los comicios, en junio a más tardar), sino que alguna protesta reviente la foto de actos que hace apenas un mes estaban destinados a glosar su plácido mandato, como la presentación de su libro (que sale a la venta este miércoles) o el Congreso Regional del PP en Sevilla, el fin de semana del 7 de noviembre. El último CENTRA, elaborado a partir de respuestas previas a esta crisis, ya dejaba en el aire la reedición de la mayoría absoluta de Moreno.

Frente a la confrontación en la que se instaló su consejero Sanz la semana pasada, el Presidente trata ahora de templar los ánimos con AMAMA, que representa a la mayoría de las afectadas. En privado, el Gobierno reconoce el error que tuvo Sanz, al menos en las formas, al confrontar con ellas acusándolas de “lanzar infundios” cuando la asociación presentó una denuncia ante la Fiscalía por la presunta alteración de historiales clínicos.  

Al choque con AMAMA

AMAMA y el ejecutivo de Moreno han tenido una relación tempestuosa desde que la asociación destapó la crisis. Primero, la consejera cesada Rocío Hernández las acusó de ver el vaso “medio vacío” y les afeó haber hecho públicos los fallos.

Después, Antonio Sanz –su sustituto al frente de la Consejería de Salud– las acusó de generar una “alarma social bestial” por denunciar ante la Fiscalía que se habían manipulado historiales clínicos en la aplicación ClicSalud+. Días después, la portavoz de Por Andalucía mostró varias mamografías de la “teta de Anabel”, que demostraban que, en medio de esta crisis, habían desaparecido las marcas realizadas por dos radiólogas diferentes que rodeaban el hallazgo de un posible tumor en el pecho. También había desaparecido la firma de las facultativas.

Mientras, dirigentes populares andaluces sin responsabilidades de Gobierno alimentaron el choque la semana pasada. Beatriz Jurado, vicepresidenta de Sanidad del PP andaluz, cuestionó en X los motivos de la manifestación del domingo: “Va quedando claro que lo de las mujeres y el cribado ya no es lo importante. Qué manera de engañar más descarada”.

Otras cuentas de menor trascendencia retuitearon un vídeo apócrifo donde se vinculaba a AMAMA con el PSOE usando varias fotos con dirigentes socialistas de asociadas o de su presidenta, Ángela Claverol, quien denunció el uso “torticero” de esas imágenes, captadas en encuentros de la asociación: “Tengo las mismas fotos con el PSOE que con el PP y con cualquier partido político que nos quiera ayudar”.