Reabierto 38 años después en Gijón el caso de la desaparición de una mujer maltratada y su hija
Antonio ‘El Portugués’, marido y padre de las desaparecidas, guarda silencio en una residencia de mayores de León. La última vez que las dos mujeres fueron vistas fue hace 38 años cuando la esposa declaró en un juicio contra el marido por retención ilegal y maltrato
La Guardia Civil busca en la costa asturiana a una mujer de 33 años desaparecida hace seis días
Antonio María Da Silva tiene 81 años, es conocido por el apodo de “El Portugués” y vive en una residencia de mayores en León. Mantiene silencio sobre cuándo vio por última vez a su mujer, la asturiana Mari Trinidad Suardíaz, y a su hija Beatriz. Un juzgado de Gijón ha reabierto el caso de la misteriosa desaparición de ambas mujeres, de las que se perdió la pista en 1987.
Su última imagen fue en la Audiencia Provincial de León cuando, hace 38 años, la mujer abandonaba la sede judicial llevando en brazos a la pequeña que, en aquella fecha era una bebé, tras prestar declaración por una denuncia interpuesta contra el marido por sendos delitos de retención ilegal y maltrato. Desde entonces, no se halló rastro alguno sobre su paradero. Ni vivas, ni muertas.
De Mari Trini a Teresa
Mari Trini, originaria de Barzana, en el concejo asturiano de Villaviciosa, tenía entonces 23 años y Beatriz apenas 13 meses. La niña había nacido en una casa de acogida de La Guía, en Gijón.
La última vez que se las vio fue en Matadeón de los Oteros, un pueblo situado a unos 40 kilómetros de León, adonde se habían trasladado con “El Portugués” y donde los vecinos conocían a su esposa con el nombre de Teresa.
En Berbes, en Ribadesella, se centró la búsqueda de Mari Trinidad Suardíaz y Beatriz. La casa de la provincia leonesa fue demolida.
Un papel lanzado por la ventana
Una vecina había alertado de que se había encontrado un papel, lanzado desde una ventana, en el que una mujer alertaba de que estaba retenida en esa casa en contra de su voluntad.
La Guardia Civil acudió a la vivienda. No era la primera vez que los agentes se personaban en ese domicilio. En esa ocasión, su marido acabó en el cuartelillo. Poco tiempo después, la familia dejó Matadeón de los Oteros. Aunque algunos vecinos vieron a Antonio Da Silva de forma esporádica, de ellas no se volvió a tener noticia alguna.
La denuncia del hermano y tío, en 2001
El único vinculo familiar que Mari Trini mantenía en Asturias era su hermano Carlos, quien en 2001 se decidió a denunciar la desaparición de su hermana y su sobrina en la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Gijón, ciudad donde él residía.
Su denuncia activó una investigación que llevó a un equipo de excavaciones a la zona en la que se encontraba la vivienda del matrimonio, pero sin resultado.
También se inspeccionó una casa que tenían en el pueblo de Berbes, en el concejo de Ribadesella, donde dejó ropa, documentación, recuerdos y dinero, y otra vivienda cerca de Avilés. Tampoco se halló pista alguna de Mari Trini y de Beatriz.
Del archivo judicial a la búsqueda
La investigación volvió a activarse hasta en dos ocasiones: en 2016 y 2018 pero, de nuevo, la búsqueda resultó infructuosa. Los investigadores reconstruyeron los últimos pasos de la mujer y su relación con su marido, pero tampoco lograron localizar a las dos mujeres. Entre tanto, el marido y padre de las desaparecidas seguía guardando silencio.
Las intensas labores de búsqueda incluyeron trabajos de excavación con una pala excavadora de la Unidad Militar de Emergencia (UME) en la vivienda de Matadeón de los Oteros donde había residido el matrimonio.
‘El Portugués’, en libertad
El caso quedó archivado, por segunda vez, en marzo de 2018, después de que la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta (Udev) de Gijón diera con el paradero de Antonio Da Silva.
El hombre fue detenido, interrogado y puesto en libertad por la titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Gijón, Ana López Pandiella, por falta de pruebas. En aquella ocasión, tampoco colaboró con la justicia aportando algún detalle sobre el paradero de su mujer y su hija.
La Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (Udev) las busca ahora en la balsa de una bocamina de una explotación de espatoflúor en Berbes (Ribadesella), donde los vecinos aseguraron que ‘El Portugués’ había arrojado dos coches desde una altura de 40 metros. Él se mantiene en silencio sobre el paradero de su mujer y su hija
Dos coches arrojados desde 40 metros
También se buscó en el pozo de una antigua mina cercana a los acantilados de la localidad riosellana de Berbes, donde los vecinos sostenían que “El Portugués” había arrojado allí dos coches desde una altura de unos 40 metros que tiene el barranco.
Sendas boyas amarillas señalan la ubicación de los coches, a expensas de que se decida extraerlos con una grúa para comprobar si hay restos humanos dentro.
La reapertura del caso
A la tercera, a ver si es la vencida. El juzgado ha reabierto de nuevo el caso por la desaparición de las dos mujeres. Esta vez ha sido a petición de la Policía Nacional. La Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (Udev) las busca ahora en la balsa de una bocamina de una explotación de espatoflúor en Berbes.
En las últimas semanas los agentes de la Comisaría de Gijón, con la colaboración de los miembros del Grupo Operativo de Actividades Subacuáticas de la Policía Nacional, han constatado que en el fondo de la laguna hay dos coches. Sería así más verosímil la teoría de los vecinos.
Casi cuatro décadas sin resolver
Sin embargo, el estado en el que se encuentra la balsa, repleta de lodo, tierra y basura, ha imposibilitado hasta el momento revisar su interior. Con esta reapertura de la investigación, se intentará acceder a los vehículos.
De momento, es un nuevo hilo del que tirar para que la desaparición de Mari Trini y Beatriz no se cierre en falso, 38 años después, y se convierta en un caso sin resolver en los archivos policiales y judiciales.