El Gobierno dará el próximo martes la nacionalidad española a casi 170 descendientes de brigadistas internacionales

El Gobierno dará el próximo martes la nacionalidad española a casi 170 descendientes de brigadistas internacionales

El presidente anuncia la medida durante el acto de homenaje a 18 víctimas de la guerra civil y la dictadura con el que el Ejecutivo va saldando, según Sánchez, «una deuda de gratitud»; el Gobierno también aprobará en el Consejo de Ministros el Real Decreto por el que se elaborará una lista de símbolos fascistas para su retirada

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El Consejo de Ministros otorgará la nacionalidad a casi 170 descendientes de brigadistas internacionales que participaron en la Guerra Civil española. Será el próximo martes, según ha anunciado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante el acto celebrado este viernes en Madrid con motivo del Día de Recuerdo y Homenaje a todas las víctimas del golpe militar, la Guerra Civil y la dictadura. El presidente también ha recordado –porque ya lo había anunciado previamente– que durante este mes de noviembre el Consejo de Ministros también aprobará el Real Decreto que regule el catálogo de símbolos y también de elementos contrarios a la memoria democrática, “para que sean retirados de una vez por todas de nuestras calles, de nuestras plazas, de nuestros pueblos y de nuestras ciudades. Sin excusas y sin demoras. Por sentido común, porque ninguna democracia, y menos la nuestra, honra a golpistas”, ha defendido Sánchez.

Durante el acto, que se ha celebrado por cuarta vez presidido por Sánchez desde que la Ley de Memoria Democrática estableciera el 31 de octubre como día de recuerdo y homenaje a todas las víctimas del golpe militar, la Guerra Civil y la dictadura –el año pasado tuvo que posponerse por la DANA de Valencia– el Gobierno ha homenajeado a 18 víctimas de la Guerra Civil y la dictadura. Nombres famosos, como Federico García Lorca o María Moliner, pero también anónimos, como María Luisa Ramos Barril, que fue deportada a Mauthausen, o las 12 costureras de la fosa de Víznar, en Granada.

En nombre de las víctimas ha intervenido Laura García Lorca, sobrina del poeta, quien ha agradecido al presidente “su compromiso con la memoria democrática y entender que la reparación moral es un deber. No solo con los nuestros, sino con todos los que fueron víctimas de la guerra y de la dictadura. Hoy al recibir este reconocimiento no pensamos solo en Federico, sino en las decenas de miles de mujeres y hombres que perdieron la vida, la libertad o el derecho a su palabra, en quienes fueron fusilados, encarcelados, exiliados, depurados o condenados al silencio y también al exilio interior durante años”, ha reivindicado visiblemente emocionada.

Como todos los intervinientes, García Lorca ha reivindicado que “reconocer hoy a las víctimas, recordar sus nombres, es también decir que la democracia se construye sobre la memoria, nunca sobre el olvido”, y ha puesto en valor que “durante muchos años la esperanza se veía lejana, pero la memoria paciente, tenaz, ha seguido su camino, ha pervivido en los archivos, en la poesía, en las pozas, en las manos de los familiares que nunca dejaron de recordar y de buscar”.

“Es imposible no estar de acuerdo”

Antes había intervenido el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, quien defendió que este tipo de reparaciones son “inherentes a la democracia” y con los que “si se tiene un mínimo de empatía” es “imposible” no estar de acuerdo. El ministro ha recordado que “la democracia se conquistó en las calles aunque el dictador muriera en la cama”, y ha advertido de que los actos de memoria y conmemoración con motivo del 50 aniversario de la muerte de Franco no acaban el 20-N (día de la muerte del dictador) ni cuando acabe el año. “Seguiremos con el reconocimiento a las personas, instituciones y colectivos que lucharon por la democracia”, ha explicado. “Es importante que la juventud de ahora conozca nuestro pasado”, en un momento en el que “proliferan los mensajes machistas, racistas, homófobos”, ha advertido Torres, que también ha señalado la particularidad española.

“Mientras en otros países ser antifascista es consustancial a cualquier demócrata, sea de izquierda o derecha, en España escuchamos a representantes públicos decir que el franquismo fue una época de progreso”, se ha sorprendido. En esta línea, Torres ha calificado de “inconcebible” el rechazo de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a que se ponga una placa en la sede de la Comunidad de Madrid recordando que fue un lugar de tortura, algo que el Gobierno hará igualmente. “Reacciones de este tipo justifican la labor divulgativa de los actos”, ha defendido el ministro.

El ministro, que participaba en el acto por segundo año, ha homenajeado a presentes y ausentes. A las personas que eran “la voz del feminismo en el siglo XX, de la vanguardia, del arte, voces que hablaron contra la opresión de minorías”, como lo hizo Lorca. Ha homenajeado Torres a María Luisa Ramos, presente en el acto, que “con 98 años sigue difundiendo los valores de la democracia y la libertad”. A Luis Buñuel, exiliado en América, a María Moliner o Cristino Mallo, “exiliados interiores”. Y ha cerrado con un deseo: “Que la memoria sea nuestro bálsamo porque memoria es democracia”.

Además del presidente y Torres han asistido la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz; la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aagesen; el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños; la ministra de Defensa, Margarita Robles; la ministra de Vivienda y Agenda Urbana, Isabel Rodríguez; el ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, Óscar López, y la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego.