 
			Los reyes harán un viaje de Estado a China en plena apuesta de Sánchez por impulsar las relaciones pese a la tensión con la UE
Los ministros de Exteriores y Economía acompañarán a los monarcas dada la relevancia económica del viaje, que se produce en un momento en el que Trump se ha acercado a Xi Jinping mientras que la UE tiene reticencias hacia China, un país que define como un socio, un competidor y un rival
Europa busca una respuesta más dura contra China por restringir las exportaciones de minerales críticos
Los reyes realizarán un viaje de Estado a China entre el 11 y el 13 de noviembre. Será la primera visita de este tipo que realice la jefatura del Estado y se produce en un momento geopolítico en el que Donald Trump ha hecho un primer acercamiento a Pekín entre recelos de la Unión Europea, que tiene una relación compleja con el gigante asiático. En plenas tensiones del bloque comunitario con ese país, Pedro Sánchez optó por impulsar las relaciones, una decisión que otros países de la UE también miraron de reojo.
“Este viaje culmina la celebración del 20º aniversario del establecimiento de la Asociación Estratégica Integral entre España y China, y ofrece la oportunidad de continuar estrechando los profundos lazos políticos, económicos y culturales entre ambos países”, señala el Ministerio de Exteriores en un comunicado, que detalla que los reyes “serán recibidos oficialmente por el presidente Xi Jinping y su esposa, con una ceremonia oficial de bienvenida el miércoles 12”. Felipe VI “mantendrá también encuentros con el primer ministro Li Qiang y con el presidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional, Zhao Leji”.
Los reyes acudirán acompañados por los ministros de Exteriores y Economía, José Manuel Albares y Carlos Cuerpo, respectivamente, dada la relevancia económica de la visita por los intereses empresariales y comerciales de España en ese país.
El viaje de los reyes se produce siete meses después de que Sánchez realizara su tercer viaje a China en tres años, demostrando la importancia que tiene para el Gobierno. En abril, el presidente del Gobierno defendió a China “como socio de la UE” en un momento en el que la Unión Europea calibraba las relaciones con Pekín. El club comunitario define a China como un socio, un rival y un competidor, que es un triángulo prácticamente imposible.
España es uno de los países que ha mantenido un mayor acercamiento a Pekín en los últimos años en los que los 27 han tenido importantes tensiones con ese país. Uno de los mayores recelos en Bruselas se produjeron con el giro de Sánchez respecto a la imposición de aranceles a los coches eléctricos chinos. En otro viaje a Pekín, el presidente pidió “reconsiderar” esa medida, que acabó saliendo adelante con la abstención de España en una votación que demostró la división en el seno de la UE.
En Bruselas tampoco gusta nada el contrato que el Gobierno español, a través del Ministerio del Interior, tiene con Huawei para el almacenamiento de los datos de las escuchas judiciales. “Puede crear potencialmente una dependencia de un proveedor de alto riesgo en un sector crítico y sensible que aumentaría el riesgo de injerencia extranjera”, alertó la vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea a cargo de Soberanía Tecnológica, Henna Virkkunen, de la familia del Partido Popular Europeo.
A pesar de las claras reticencias de la UE con Pekín, en Bruselas asumen que están condenados a entenderse. Cada día hay intercambios por un valor de 2.000 millones de euros entre los dos bloques. De ahí que, a pesar de la tensión, la UE y China celebraran una cumbre para conmemorar el 50º aniversario de las relaciones diplomáticas, aunque la cita terminó en un cruce de reproches, sin acuerdos y con un comunicado conjunto circunscrito exclusivamente al clima y el compromiso con el Acuerdo de París.
“Nuestra relación comercial actual necesita más equilibrio. El reequilibrio es una necesidad y también redunda en beneficio de una relación más sólida entre nosotros”, dijo en esa cumbre celebrada en julio la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, junto al presidente del Consejo Europeo, António Costa. El desequilibrio comercial asciende a 300.000 millones de euros anuales.
A pesar de que la guerra comercial desatada por Trump obligó a la UE a mirar a China, la tensión se ha mantenido en los últimos meses. Además de las decenas de investigaciones comerciales que la UE tiene abiertas contra ese país, recientemente restringió la contratación pública de productos sanitarios chinos. Ante el anuncio del gigante asiático de ampliar las restricciones a las exportaciones de tierras raras y otros materiales críticos, los 27 han pedido a la Comisión Europea una posición más dura.
El viaje de los reyes se produce, por tanto, en un momento de tensión, pero mientras España busca oportunidades en China en el marco de un reequilibrio de las relaciones del conjunto del bloque comunitario.
 
			 
			