Pedro Sánchez en el Senado

Pedro Sánchez en el Senado

Nadie puede dudar de que lo que se vivió el jueves en el Senado fue un circo, un intento de distraer la atención de la opinión pública española y desviarla de lo que de verdad estaba en el foco, la dejación de funciones de Carlos Mazón en la dana

No es casualidad que la semana del aniversario de la dana, que dejó 229 muertos sólo en la provincia de Valencia, el Partido Popular decidiera llamar a comparecer el Presidente del Gobierno a la Comisión de Investigación del Senado, en la que su abultada mayoría absoluta le permite hacer y deshacer a su antojo. Se alteraba así el foco el día después del funeral de Estado que nos dejó a un Presidente de la Generalitat aislado y abucheado por las víctimas. 

El formato de la comparecencia, muy agresivo, permitía interrumpir al presidente las veces que el senador interviniente considerara y se desarrolló en un tono muy abrupto. Los senadores de la derecha alternaban alegatos sobre la culpabilidad de Sánchez, de la que no tenían ninguna duda, con preguntas en tono inquisitorial que buscaban incriminarlo más que averiguar la verdad. 

Después de más de cinco horas de interrogatorio, nadie puede dudar de que lo que se vivió el jueves en el Senado fue un circo, un intento de distraer la atención de la opinión pública española para desviarla de lo que de verdad estaba en el foco, la dejación de funciones de Carlos Mazón en la mayor catástrofe natural que ha sufrido Valencia y del hecho de que lleva un año sin haber respondido por ello, un año de indignidad.