El mayor puente ferroviario de piedra con forma de arco de todo el mundo fue construido hace más de 100 años en este pequeño país

El mayor puente ferroviario de piedra con forma de arco de todo el mundo fue construido hace más de 100 años en este pequeño país

Se encuentra en Eslovenia, a unos 100 kilómetros de la capital del país, y para su construcción se requirió el uso aproximado de unos 4.500 bloques de piedra

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Viajar en tren y recorrer paisajes que se cuelan por las ventanas de cada vagón siempre deja un buen recuerdo a un agradecido viajero. Si en ocasiones uno puede cruzar una frontera, recorrer varios kilómetros bajo un sinuoso túnel o cruzar un magnánimo puente, la experiencia se enriquece. Esto último es lo que viven en primera persona aquellas personas que cruzan, dentro de un tren, el puente de Solkan, en Eslovenia, una obra maestra de la ingeniería que se alza majestuoso en las pintorescas tierras de pequeño país europeo, concretamente cerca de la frontera con Italia. Este hito ferroviario se encuentra situado sobre el río Soča, en la región occidental, cerca de la joven ciudad de Nova Gorica. Y su característica más notable, la que lo hace único, es que es reconocido como el mayor puente ferroviario, construido en piedra con forma de arco, de todo el mundo.

Tal distinción lo convierte en un colosal punto de interés desde el momento en que uno decide viajar y visitar en profundidad la que fuera una de las repúblicas de la extinta Yugoslavia. La construcción del puente se llevó a cabo entre 1900 y 1906, siendo inaugurado oficialmente en 1906. Esta monumental estructura formaba parte crucial de la línea ferroviaria Jesenice–Trieste, un proyecto de conexión completado en 1908 por el ministerio austrohúngaro de infraestructuras ferroviarias. El objetivo de esta línea, promocionada como el “Nuevo ferrocarril alpino”, era enlazar Salzburgo con Trieste, mejorando significativamente la comunicación entre Viena y el puerto austrohúngaro de Trieste, que era el único puerto del antiguo imperio austríaco.

En cuanto a sus medidas impresionantes, el puente de Solkan cuenta actualmente con una longitud total que se extiende a lo largo de 220 metros. Este puente ferroviario en arco de piedra es el más largo de su condición en todo el mundo. Su construcción requirió el uso aproximado de unos 4.500 bloques de piedra, los cuales fueron traídos específicamente de la cantera de piedra caliza de concha de Nabrezini. Sin embargo, el rasgo de ingeniería más celebrado es su arco principal, que presenta una envergadura de 85 metros. Esta medida lo consagra como el arco de piedra más grande del mundo dentro de los puentes ferroviarios. Lograr esta hazaña fue un logro notable para su época, sobre todo si se tiene en cuenta que la obra fue complicada por las numerosas crecidas del río Soča, que en ocasiones impedían el trabajo de los operarios. 

Volado y reconstruido

Tras su finalización, fue denominado “el mayor puente ferroviario en arco del mundo”. Pero la historia de la construcción del puente no fue tan esplendorosa como su final, ya que no estuvo exenta de turbulencias. Construido a principios del siglo XX, sobrevivió a eventos históricos como la Primera Guerra Mundial. De hecho, en 1916, el puente fue volado por soldados del ejército austrohúngaro mientras se retiraban. Dada su gran importancia, fue restaurado posteriormente en 1927. Durante esta reconstrucción, se realizaron cambios sustanciales en su estructura, incluyendo el refuerzo de los pilares con la adición de cuatro arcos a cada lado del puente.

Su valor histórico y arquitectónico fue finalmente reconocido en 1985, cuando se decidió incluir la construcción dentro del Patrimonio Nacional de Eslovenia. Hoy en día, el puente de Solkan sigue ofreciendo una estampa realmente pictórica y es un símbolo de resiliencia y fortaleza, una de esas páginas de la historia de Eslovenia que el país no quiere olvidar, a pesar de los diferentes episodios bélicos que ha sufrido, el último de ellos una rápida guerra que desembocó en la independencia de Eslovenia del resto de repúblicas ex yugoslavas. Su impresionante estructura se alza sobre el deslumbrante color esmeralda del río Soča, un río que fluye con un intenso color azul turquesa. Las descripciones de la época ya lo calificaban como “el puente más bello” sobre este río.

El puente sigue en uso como parte de la línea ferroviaria, siendo cruzado por el tren de época proveniente de Bohinj. Este tren realiza una ruta con vistas panorámicas de gran belleza que se adentra en un parque natural. Lógicamente, además de ser un hito ferroviario, el puente de Solkan proporciona una experiencia única tanto para los aficionados a la historia como para los amantes de la naturaleza. Los viajeros pueden disfrutar de paseos escénicos y maravillarse con la magnificencia de su arquitectura. Su ubicación, a poco más de 100 kilómetros al oeste de Liubliana, la capital del país, lo convierte en uno de los monumentos más fotografiados, tanto de día como de noche, gracias a su espectacularidad. 


Situado a poco más de 100 kilómetros al oeste de Liubliana, es uno de los monumentos más fotografiados del país

Este impresionante monumento, testigo del paso del tiempo y la historia, es una parada obligatoria para cualquier viajero que visite esta encantadora región europea. Otros de los alicientes de Eslovenia es su riqueza hídrica, ya que es uno de los países con más agua del mundo. Tiene más de 27.000 kilómetros de cursos de agua, de ahí sus numerosas cascadas, lagos naturales y arroyos cristalinos, cuya agua es en su mayoría tan limpia que incluso puede beberse sin riesgo alguno. La importancia del agua para Eslovenia está hasta recogida en su constitución.

Además, en Eslovenia viven más de 22.000 especies de animales y plantas, incluidas aquellas que se consideran raras e incluso en peligro de extinción. Uno de los países con mayor biodiversidad de Europa, en este pequeño país también se han descubierto más de 13.000 cuevas kársticas, cifra que asciende cada año, ya que los espeleólogos siguen descubriendo nuevas. De ahí que albergue una de las cuevas más visitadas de Europa con una biodiversidad extremadamente variada, un cañón subterráneo digno también de todo elogio y un nacional, el del Triglav, con un pico de 2.864 metros (el más alto de todo el país) y donde viven más de 7.000 especies de animales y 1.600 especies de plantas.