Que el funeral del emérito lo pague el jeque
La Casa Real ahora sabe cómo nos sentimos los republicanos desde hace cinco décadas, siempre es gratificante que te den la razón aunque sea por necesidad e interés. En Argentina tienen un dicho popular para lo que está ocurriendo con el emérito y próximamente con Carlos Mazón: “le están soltando la mano”
La Casa Real se avergüenza del Emérito hasta el punto de esconderlo cuando se cumplen los 50 años de monarquía parlamentaria en dos actos institucionales y conmemorativos al más al alto nivel que se celebrarán el 21 de noviembre. No han dejado de invitarlo porque haga loas a Franco en sus memorias, porque si fuese así Felipe VI habría aprovechado su reinado para homenajear a las víctimas de la dictadura y no insultar a nuestra inteligencia yendo a homenajear a las del nazismo en Mauthausen, como si significara lo mismo. Tampoco han dejado de invitarle por sus corruptelas, ni por sus líos con Corinna, sino por el perjuicio que causa a la corona la diferente tolerancia de la sociedad a sus canalladas. Su vergüenza es fingida y calculada.
Yo lo entiendo. La familia no se elige y el corrupto y defraudador ha dado motivos más que suficientes para que cualquiera con vergüenza y necesidad porque la institución sobreviva lo mande al ostracismo emiratí y no le gire invitaciones. La Casa Real ahora sabe cómo nos sentimos los republicanos desde hace cinco décadas, siempre es gratificante que te den la razón aunque sea por necesidad e interés. En Argentina tienen un dicho popular para lo que está ocurriendo con el emérito y próximamente con Carlos Mazón: “le están soltando la mano”.
Mi problema no está en que el tipo sea tan tóxico como para que consideren que no se le puede invitar a un besamanos porque eso afectará a la Casa Real, pero luego tengamos memoria, que el emérito está cerca de cesar en su emeritaje por cese biológico y nos van a querer endilgar un funeral de Estado con pompa y boato pretendiendo que olvidemos la infamia que ha supuesto este personaje. Porque lo que hace ahora es lo que lleva haciendo siempre, solo que ahora lo sabemos y no lo puede ocultar. Lo importante, lo más importante, es lo que intuimos y la historia apunta pero aún no se ha podido probar para evitar más quebranto al relato modélico de la transición que no fue más que un desfalco regio chantajeando con golpes y asonadas.
Es hora de ir abriendo el melón de qué va a pasar en España cuando el emérito deje de vivir a cuerpo de ídem y haya que abrir su testamento y repartir herencia. Todos sabemos que nos lo vamos a comer con patatas y ese día se obviará todo lo que sabemos para volver a intentar que nos traguemos ese relato dulcificado y falsario que intentaron hacer colar con propaganda, el CNI operando y medios comprados para el efecto.
El emérito ha devuelto los 4 millones de euros a los empresarios que se los prestaron para pagar el dinero que debía a la Hacienda pública y que nos birló con la complicidad de la agencia tributaria y los tribunales para exonerarle de responsabilidad. Los 4 millones de euros el emérito los ha “ganado” vendiendo derechos audiovisuales para documentales y con operaciones comerciales. Es una muy buena broma hacer creer a cualquiera que con derechos para documentales puedes recaudar ese dinero en los pocos años desde que lleva fugado en los Emiratos Árabes Unidos.
La canallesca del rey corrupto hace honor a su estirpe. A la de la ladrona María Cristina y a la del sinvergüenza Alfonso XIII. La indignación del emérito es sincera porque él ha hecho lo que hizo siempre, lo que le han enseñado, lo que es tradición en su familia y lo que todos los palanganeros de la corte le prometieron que era lo que le correspondía. El emérito no entiende que le hayan cambiado unas reglas que todos aceptaron y de las que muchos se beneficiaron. Pero lo que no entraba en la ecuación regia es el que pueblo, los vasallos sin voz, tuviera el poder para que todo eso ya no se tolerara más. Todavía nos queda un momento para sacar el orgullo. Si quiere un funeral de rey, que se lo paguen los empresarios que viajaban de cortesanos en sus negocios. Los que siempre pagamos la fiesta hemos dicho basta.