Dentro de un centro integral para mujeres que han sufrido violencia sexual: “De esto se sale, hay que decirlo siempre”

Dentro de un centro integral para mujeres que han sufrido violencia sexual: “De esto se sale, hay que decirlo siempre”

Hablamos con un equipo multidisciplinar de mujeres que trabajan en el nuevo centro de Toledo: abogada, trabajadora social y psicólogas. Desde que abrió en junio, han atendido más de 80 casos de todas las edades, por encima de lo previsto, según indican

Hemeroteca – Los centros de atención para víctimas de violencia sexual han atendido a más de 250 mujeres en Castilla-La Mancha

La violencia sexual sigue, desgraciadamente, a la orden del día. En España se denuncian 14 violaciones al día, es decir, una cada dos horas, así como 55 agresiones sexuales diarias. Las denuncias han subido exponencialmente desde hace años, también las referidas a matrimonios forzosos, extorsión a través de medios tecnológicos o mutilación genital femenina, porque hay más concienciación y también más recursos.

Pero pese a ello, en muchas ocasiones, la atención integral no es la más utilizada. Las mujeres que sufren violencia sexual deben repetir una y otra vez su testimonio, lo que provoca que sean revictimizadas y que puedan replantearse la denuncia de los hechos. Eso las que denuncian. Porque el silencio y el miedo también siguen imperando, sobre todo en el ámbito rural.

La violencia sexual abarca un amplio abanico de conductas que vulneran la libertad y dignidad sexual de las personas. La Ley de garantía integral de la libertad sexual aprobada en 2022 introdujo cambios en la tipificación, garantizando que toda acción sexual sin consentimiento sea considerada agresión sexual.

Concretamente, esta normativa considera violencias sexuales, además de las agresiones, la mutilación genital femenina, el matrimonio forzado, el acoso con connotación sexual y la trata con fines de explotación sexual. Y pone el foco en las violencias cometidas en el ámbito digital, como la pornografía no consentida o la extorsión.

En el Gobierno de Castilla-La Mancha arrancó hace un año un servicio gratuito de atención integral a mujeres que sufren todas estas violencias a partir de los 16 años de edad. Pueden ser víctimas de violencia sexual reciente o pasada, y la atención incluye a sus familiares y personas del entorno, con independencia de si han interpuesto denuncia o no, de su nacionalidad y de su situación administrativa.


Visita de la consejera de Igualdad, Sara Simón, al Centro de Atención Integral a Víctimas de Violencia Sexual en Toledo

Estos centros están ubicados en las cinco capitales de provincia de Castilla-La Mancha, son recursos especializados, disponibles las 24 horas los 365 días del año, para la prevención y la atención integral y multidisciplinar en el marco de las violencias sexuales. Atienden casos a pie de calle, derivados del teléfono de atención a víctimas 900 100 114 o de los Centros de la Mujer.

Su función es acompañar a las víctimas en su proceso de recuperación de la violencia sufrida y de sus diferentes secuelas, proporcionando, a través de profesionales especializadas, una asistencia ininterrumpida, garantizando que las usuarias puedan acceder al servicio en cualquier momento que lo necesiten.

El pasado mes de junio abrió sus puertas en la ciudad de Toledo el centro integral cuyo ámbito de actuación es toda la provincia. En elDiario.es Castilla-La Mancha nos hemos acercado para hablar con sus trabajadoras y conocer de primera mano cómo funciona y si realmente está siendo efectivo. De momento, los datos corroboran que sí es viable: este centro ha gestionado 84 casos de la provincia solo en cuatro meses. Es mucho más de lo previsto, sobre todo teniendo en cuenta que este recurso todavía no lo conoce todo el mundo.

De la asesoría jurídica a la denuncia

Alexandra es la asistente jurídica del centro. Su papel es esencial para la primera toma de contacto. Una vez que una mujer o un familiar se pone en contacto con el centro o es derivado desde algún otro recurso, ella realiza la primera entrevista y el acompañamiento en todo el proceso.

“Hay que asesorarlas sobre sus derechos y sobre todo dejarles muy claro cómo va a ser el procedimiento judicial. Suele ser un muy duro y solemos indicarles todos los detalles para que tengan toda la información”, precisa.

Para ello existe un protocolo establecido, tanto si las mujeres llegan a pie de calle, derivadas de los centros de la mujer o a través de la mencionada línea telefónica. “Los siguientes pasos dependen de si se trata de agresiones en infancia o de si son hechos recientes. En este último caso, lo primero es ir al hospital para activar el Código Violeta, es decir, que se tomen muestras de la agresión, con acompañamiento continuo, y posteriormente para que interponga la denuncia”.

«Siempre hay miedo, hay culpa, hay vergüenza, y nuestra labor es fundamental para ver a la víctima su situación y tratar de neutralizar esas emociones”

Eva
Psicóloga

A nivel jurídico, ese proceso de acompañamiento termina en ese momento, pero en realidad, precisa Alexandra, el asesoramiento continúa en el tiempo, en este caso a nivel psicológico.

Lo constata Eva, una de las psicólogas del centro: “Debemos partir del hecho de que siempre hay miedo, hay culpa, hay vergüenza, y nuestra labor es fundamental para hacer ver a la víctima su situación y tratar de neutralizar esas emociones”. Es lo que estas trabajadoras llaman la “estabilización” de las usuarias.

“Nuestro objetivo es que puedan centrarse en su situación con una terapia continua específica, en cómo afecta una agresión sexual. Desde que la afectada solicita ayuda, tiene a su disposición la asistencia psicológica, sobre todo si es reciente y urgente. Y si viene de un proceso anterior, de una vivencia que está ya tramitándose o de otros recursos, también cuenta con esa terapia”.

Andrea, otra de las psicólogas del centro toledano de atención integral, insiste en la importancia de las labores de acompañamiento, y añade que para ello es fundamental la coordinación con los centros de las otras cuatro provincias castellanomanchegas: puede suceder que haya mujeres que se desplacen de una a otra.

Pero ¿deben las mujeres contar varias veces su testimonio ante este proceso? La abogada lo niega. Explica que la primera entrevista es integral y conjunta “para evitar la revictimización”. En ese objetivo trabaja también Cristina, la trabajadora social de centro. Su papel es esencial teniendo en cuenta que en el 80% de los casos que llegan, la violencia sexual procede del entorno familiar o de allegados. “Ahí es imprescindible apoyar sus necesidades”.

«Es fundamental que la primera entrevista se haga en profundidad»

Cristina
Trabajadora social

Por ejemplo, en el caso de tener hijos, la situación se vuelve más compleja. “Por eso es fundamental que la primera entrevista se haga en profundidad para detectar de qué forma podemos ayudarla y en ese sentido también realizamos apoyo familiar que en muchos casos son los fundamentales para que la usuaria realice todo el proceso. Ante todo, nunca deben quedarse con el papel de víctima. Hay que decirles que de esto se sale. Hay que repetirlo. Se puede sanar y deben quedarse con ese sentimiento”.

No hay un único perfil de víctima

Las cuatro trabajadoras coinciden en que no existe un perfil único de víctima. Desde los 16 años hasta mujeres muy mayores, los casos oscilan desde agresiones a jóvenes que se han producido apenas una hora antes del contacto con el centro, a ancianas que requieren atención psicológica por algún tipo de violencia sexual sufrida hace tiempo.

En total el Gobierno de Castilla-La Mancha ha atendido a 251 mujeres en toda Castilla-La Mancha a través de su Red de Centros de Atención Integral cuando se cumple casi un año de su entrada en funcionamiento.

La consejera de Igualdad, Sara Simón, considera que esta red no solo está sirviendo para informar, acompañar y proteger a mujeres que sufren ahora o han sufrido en el pasado la violencia sexual, sino también “para emprender una importante labor pedagógica y de sensibilización que debe llevarnos a hablar de muchas cosas, como de educación sexual”.


Guías y folletos

La acción formativa, especialmente dirigida a la población más joven, se ha centrado, por ejemplo, en traducir a cinco idiomas y adaptar a formato de lectura fácil su guía para la identificación, prevención y erradicación de la violencia sexual en cualquiera de sus formas, iniciando una nueva distribución de 2.500 unidades.

La guía ‘Consent Power’, que empezó a distribuirse hace un año, aborda con un lenguaje fácil términos y cuestiones básicas vinculadas a la violencia sexual, como el significado de la cultura de la violación, qué es el consentimiento y cómo se ejerce, cómo identificar la violencia y cómo pedir ayuda o las nuevas formas que la violencia sexual adquiere por el desarrollo y uso de las nuevas tecnologías.

La inversión inicial para la puesta en marcha de estos centros ha sido de 9,5 millones de euros de los que 7,4 millones proceden de fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Ejecutivo central. En esta red trabajarán 36 profesionales para prestar atención integral desde el punto de vista social, psicológico y jurídico.

Pese al abultado presupuesto, hay algunas carencias. Por ejemplo, las trabajadoras del centro toledano piden más recursos en movilidad. Sus desplazamientos por toda la provincia los están haciendo con vehículos privados y sin que se les pague la gasolina. “Al ser un recurso de atención directa, la demanda va creciendo, creemos que con el tiempo se pueden necesitar más medios”, concluyen.