Una resaca de cuidado en el circo del Partido Popular

Una resaca de cuidado en el circo del Partido Popular

‘Política para supervivientes’ es una carta semanal de Iñigo Sáenz de Ugarte exclusiva para socios y socias de elDiario.es con historias sobre política nacional. Si tú también lo quieres leer y recibir cada domingo en tu buzón, hazte socio, hazte socia de elDiario.es

Vaya resaca tuvo el Partido Popular después de la comparecencia de Pedro Sánchez en el Senado. De las que no se quitan bebiendo agua ni asaltando el botiquín de los medicamentos. Lo veían todo borroso, una vez más porque habían creado unas expectativas que estaban fuera de sus posibilidades. No les vale con denunciar con dureza la política del Gobierno —lógico, son la oposición—, sino que pretenden hacer creer que en su día Sánchez acabará ante un tribunal como acusado de terribles delitos. Es una estrategia de aniquilación del adversario que en ocasiones es tan ridícula que requiere de la colaboración de ese mismo adversario.

Pusieron a un senador del montón para que se disfrazara de Tom Cruise en ‘Algunos hombres buenos’ y les salió un Torrente con manchas en el traje, una caricatura de fiscal que hablaba de forma atropellada sin saber seleccionar las preguntas adecuadas y presentarlas de forma que Sánchez lo tuviera difícil para escapar. Al final, el que acabó agotado y frustrado fue el senador mientras Sánchez aparentaba estar encantado de estar allí. Había mucho de fachada en la actuación del presidente. Llegó a decir que la candidatura de Ábalos en las listas de Valencia de las últimas elecciones fue una decisión del partido en esa comunidad y no suya. Eso no se lo cree nadie. Se ocupó de no responder a los temas que no le interesaba tocar en profundidad. ¿Qué podían esperar los del PP? ¿Que Sánchez trajera la soga de casa y se ahorcara ante las cámaras?

Como escribí en la crónica de la jornada, Feijóo había anunciado de forma melodramática unos días antes que Sánchez iba a acabar en los tribunales si decía la verdad en la comisión y si no la decía, también. Este hombre no deja de hacer pronósticos que no se cumplen. Supongo que dentro de su cabeza todo le parece fenomenal. Luego, viene la realidad que se abalanza como un tren de mercancías. 

El PP y algunos medios esperaban ver a Sánchez salir en una camilla conectado al oxígeno. El día anterior, José Antonio Zarzalejos, ya totalmente tirado a la trinchera, previó que habría una “reyerta”, porque el presidente es “un demostrado político navajero, un hombre sin clase ni elegancia moral”. Viendo lo que ocurrió, lo de reyerta es exagerado, pero si alguien intentó provocar el enfrentamiento fue el senador Alejo Miranda, del PP. Con resultados bastante escasos. Hasta El Español tituló en un editorial que “el PP no despeina a Sánchez”. Le iban a matar y resulta que ni siquiera le alborotan el pelo. 

Al día siguiente, en vez de encerrarse a llorar en su casa, Miranda dio alguna entrevista para admitir su frustración. Le preguntaron en Onda Cero qué nota se ponía y el hombre dijo que “la media me da más o menos el cinco”. Si él dice eso, está claro que se llevó un rotundo suspenso. El tipo fue tan malo que una columnista de ABC lo clavó en la cruz con el sarcasmo: “Me dicen que ha recibido un sobre del PSOE y me lo creo”. Y había más: “Si frente a él (Sánchez) pones un cuñado que chilla, no deja responder y no maneja bien los tiempos, Sánchez se reviste de gladiador”. Pobre Zarzalejos, que esperaba a un Sánchez navajero y se encontró con que los cuchillos volaban desde el otro lado. 


Un presentador de Telemadrid se retrata ante la pantalla.

Y luego están los payasos de la tele. El de la foto es Antonio Naranjo, un tertuliano de Telemadrid que daba tanta caña a la izquierda y elogiaba a Díaz Ayuso de forma tan entusiasta que le dieron un programa para él solo en el ‘prime time’ (por cierto, algo parecido ha hecho TVE con Gonzalo Miró). Se puso una careta de payaso por aquello de que Sánchez había dicho que la comisión era “un circo”. No cabe duda de que se autodefinió perfectamente y no voy a ser yo quien le contradiga. 

Ana Rosa Quintana tuvo una idea más práctica, que fue invitar (otra vez) a Víctor Aldama a su programa. Aldama ha salido tanto en Antena 3 y Telecinco que ya sólo le queda Masterchef para culminar su estatus de famoso televisivo.  

El PP estaba tan quemado por lo que había ocurrido en la comisión del Senado que por la noche soltó toda su rabia contra Óscar Puente. En su línea habitual en Twitter (chistes buenos, chistes malos, chistes penosos), el ministro se había burlado del aspecto físico de Feijóo. Qué necesidad hay sólo porque el PP se había referido a las gafas con las que apareció Sánchez. Pero en el PP decidieron que eso justificaba el insulto personal y compararon a Puente con un chimpancé con fotos incluidas.

A partir de ahí, ellos han abierto la veda. Lo dicen en el tuit: “Puesto que Óscar Puente se pone a hablar de la apariencia de las personas, vamos a seguirle el rollo”. Así que supongo que no se molestarán si alguien decide ‘seguir el rollo’ y comparar a Miguel Tellado con un hipopótamo. Sería barriobajero y deplorable, pero por lo visto en el PP alguien cree que estas cosas forman parte de la política y son graciosas. 

“Rata cobarde”


Mazón llega al funeral por las víctimas de la dana de Valencia.

Ha sido una semana horrible para el PP. Al fiasco del Senado hay que sumar la participación de Carlos Mazón en el funeral de Estado por las víctimas de la dana. Rata cobarde. Asesino. Fueron algunos de los insultos que le dirigieron los familiares de las personas fallecidas. El contraste era brutal con el acto que montó por la mañana el presidente de la Comunidad Valenciana con la misión de que 160 altos cargos le concedieran una larga ovación por una declaración en la que no contaba nada de interés.

Los medios se han llenado de comentarios anónimos de dirigentes del PP que ya no se engañan y que saben que la situación de Mazón es irreversible. “El funeral ha sido un punto de inflexión”. “La sensación es que el ciclo está terminado”. “Es insostenible. Los afiliados con los que hablamos nos trasladan que Mazón no puede continuar”.

La dimisión inmediata de Mazón siempre ha planteado problemas para el PP, porque no tiene mayoría en el Parlamento y dependería de Vox para un nuevo debate de investidura. De hecho, Vox defiende a Mazón. Los ultras creen que cada día que Mazón sigue en la Generalitat, son mil votos más del PP que le llegan. 

Sólo unos días antes del funeral los asesores de Mazón estaban tranquilos. Descartaban por completo la dimisión y aún guardaban esperanzas de que podría presentarse a las elecciones. Todo cambió con el acto de Valencia. Los comentarios en el PP coinciden en una cosa. Feijóo estaba presente en el funeral y lo vio todo. No puede engañarse por más tiempo. Lo único que puede salvar al partido, si eso es posible, es que anuncie cuanto antes que Mazón no será candidato a la reelección. Pero siempre quedará la mancha sobre el PP con lo que ocurrió ese día y cómo su Gobierno dejó abandonados a su suerte a los valencianos. 

En el PP valenciano, no han tardado en mover ficha para impedir que Génova lo haga por ellos. Los tres presidentes de las diputaciones provinciales se han movilizado para promover a uno de ellos, Vicente Mompó, como sucesor de Mazón en los próximos comicios. Está por ver si Feijóo lo aceptará.

Lo que parece claro es que Mazón está muerto. Políticamente. Como dijo uno de los familiares en el funeral: “Tú de comida y recogiendo premios y mi hermana ahogándose”. Eso es exactamente lo que pasó. La frase es de las que nunca se olvidan y perseguirá a Mazón toda su vida.