El exdirector de Antifraude que conspiró con Fernández Díaz, condenado a devolver 82.000 euros por mala gestión
El Tribunal de Cuentas sentencia la «negligencia grave» de Daniel de Alfonso y le obliga a reintegrar los aumentos de salarios que aprobó de forma indebida cuando dirigió la OAC
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Además de conspirar contra el independentismo con el entonces ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, el exdirector de la Oficina Antifraude de Catalunya (OAC) Daniel de Alfonso gestionó de forma indebida los salarios que se abonaban en la entidad (sobre todo el suyo). Así lo ha sentenciado el Tribunal de Cuentas, que ha condenado al juez (a día de hoy en activo) a devolver 82.341,27 euros.
El Tribunal de Cuentas ha dictado sentencia tras el juicio celebrado en el que la Fiscalía y la Oficina Antifraude de Cataluña (OAC) pidieron que De Alfonso, director de este órgano entre 2011 y 2016, devolviese más de 205.000 euros por supuestos cobros indebidos en salarios suyos y de cargos que dependían de él.
En la sentencia, el órgano de cuentas considera que el perjuicio causado fue de 138.240,88 euros, pero la responabilidad ha prescrito en parte de los años en los que se hicieron esos cobros irregulares, por lo que la cantidad que tendrá que devolver De Alfonso queda fijada en 82.341,28 euros.
La sentencia estima de forma parcial la demanda de la Oficina Antifraude, a la que se adhirió la Fiscalía, y determina que durante su etapa en esa entidad, y por orden suya, se pagaron injustificadamente determinadas retribuciones en concepto de trienios a las que no tenían derecho sus perceptores.
Se benefició sobre todo él (119.889,84 euros), pero en menor medida también otras dos personas que en aquellos momentos desempeñaban otros cargos en la Oficina (12.030,78 euros en el caso del responsable de Recursos Humanos y 6.320,26 euros en el de la directora adjunta).
Descontadas las cantidades que se consideran prescritas -las anteriores al 27 de marzo de 2013-, se imputa al exdirector una responsabilidad contable de 71.363 euros por el dinero que cobró él y de 10.978,27 euros por los trienios cobrados indebidamente por los otros empleados.
De Alfonso sigue ocupando a día de hoy una plaza en la carrera judicial. Tras el escándalo de sus conversaciones con Fernández Díaz, abandonó Barcelona y actualmente es el juez de vigilancia penitenciaria de Santander. Su sucesor en la OAC, además de la crisis de imagen en la oficina derivada de la charla entre el ministro y De Alfonso, se encontró con una herencia de mala gestión.
Con su escándalo, De Alfonso torpedeó dos pilares básicos de Antifraude –la rendición de cuentas al Parlament y la confidencialidad de actuaciones– al compartir el contenido de informes y presentándose ante Fernández Díaz como “un cabo de tu cuerpo nacional”.
Más de nueve años después de la crisis que provocó su salida de Antifraude, De Alfonso tendrá que reparar el daño causado a los fondos públicos de la OAC mediante el reintegro de las cantidades que indebidamente se pagaron a las personas mencionadas.
A juicio del órgano de cuentas, en el ejercicio sus funciones, De Alfonso dictó las resoluciones de reconocimiento de antigüedad y trienios y ordenó el pago de las nóminas incluyendo trienios realizados en destinos previos como si lo hubieran sido en la oficina.
La actuación de De Alfonso “se ubica, cuando menos, en el ámbito de la negligencia grave”, sentencia el Tribunal, pues no solo no extremó las precauciones, “sino que, más bien al contrario, ha omitido toda precaución, haciendo completa dejación de sus responsabilidades en materia de gestión económica en el jefe del Área de Administración, Recursos Humanos y Presupuesto de la Oficina, dejación que, lejos de eximirle de responsabilidad (…), constituye, en sí misma, una actuación gravemente negligente”.