Recuperar la vida, no solo la respiración: soluciones a la apnea del sueño

Recuperar la vida, no solo la respiración: soluciones a la apnea del sueño

La apnea del sueño es una afección común que provoca interrupciones de la respiración durante el sueño

Dormir de un tirón, sin pausas ni interrupciones, es todo un reto para las personas que sufren apnea del sueño, un proceso por el que, al dormir, hacen pausas, es decir, se producen momentos en los que paran su respiración. La apnea del sueño es esencialmente un trastorno en el que, mientras dormimos por la noche, las vías respiratorias se cierran por completo o se estrechan tanto que el nivel de oxígeno disminuye. 

Nuestro cerebro intenta protegernos despertándonos para que podamos respirar, pero esto impide un sueño reparador y saludable. Con el tiempo, esta afección puede causar complicaciones graves. 

En España, la apnea del sueño afecta a más de 600.000 personas, una cifra que, según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), crece cada año entre un 8% y un 10%, aunque se estima que cerca de dos millones de personas la sufren ya que la mayoría no han sido diagnosticadas. 

Muchas tendrán una de las dos formas de apnea del sueño, en función de las causas: la apnea obstructiva del sueño, en la que las vías respiratorias superiores se bloquean por tener la lengua demasiado gruesa, las amígdalas engrosadas, la mandíbula pequeña o una obstrucción nasal. La apnea central del sueño, en cambio, es menos frecuente, y se describe como una respiración que se para porque el cerebro no envía las señales necesarias para inspirar y espirar. 


Mujer con problemas para conciliar el sueño

Cada caso es particular y se evalúa de manera individualizada, de manera que cada uno recibe el tratamiento más adecuado, desde los no intervencionistas a la cirugía ortognática, efectiva en pacientes con apnea del sueño que no toleran otros tratamientos, como bien saben desde el Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial del Hospital Universitario Rey Juan Carlos, que lleva más de 700 intervenciones de este tipo, más precisas y adaptadas y con un impacto directo en la calidad de vida.

Pausas respiratorias más allá de los ronquidos

En las apneas del sueño se producen interrupciones temporales de la respiración durante el sueño. Estas pausas pueden durar desde unos pocos segundos hasta más de un minuto, repitiéndose varias veces por la noche. Cada una de estas pausas reduce los niveles de oxígeno en la sangre, cosa que hace que el cerebro nos despierte para recuperar la respiración, a menudo con un fuerte ruido, un bufido o un sonido de ahogo. 

Hay varios indicios que pueden hacernos sospechar que tenemos apnea del sueño, además de las pausas respiratorias, y algunos pueden ser más evidentes para la persona que convive con nosotros, como los ronquidos, que suelen ser fuertes y molestan y que pueden aparecer y desaparecer durante la noche. 

Pero hay más síntomas, como movimientos corporales bruscos al dormir, ahogos nocturnos, somniloquia —hablar mientras dormimos—, somnolencia diurna, cansancio, dolor de cabeza y cambios en el estado de ánimo. Todo ello impide desarrollar las actividades diarias con normalidad y, además, al recibir menos oxígeno del necesario, pueden aparecer problemas cardiovasculares y pulmonares.

La apnea del sueño está relacionada con diversos factores, entre los que se encuentra un índice de masa corporal elevado y alteraciones o anomalías anatómicas de las vías aéreas superiores, malformaciones en el sistema respiratorio o maxilofacial, deformidad en la columna vertebral, cambios hormonales, tabaquismo o problemas digestivos.

Diagnóstico de la apnea del sueño

La detección precoz de la apnea del sueño es importante. En la mayoría de los casos, el diagnóstico se produce cuando la persona tiene un mínimo de cinco pausas de respiración en una hora, aunque suelen ser muchas más. Este diagnóstico puede llegar de la mano de varias pruebas. Una de ellas es la polisomnografía, que se realiza en el hospital, donde la persona pasa una noche y se controla el funcionamiento del corazón, los pulmones y el cerebro, además de los episodios de apnea, las fases del sueño, los movimientos involuntarios, los patrones de respiración y los niveles de oxígeno en sangre.

Otras pruebas comunes son la espirometría para comprobar el funcionamiento y la capacidad pulmonar; un electrocardiograma para detectar posibles alteraciones en el corazón; una gasometría arterial o pulsioximetría para medir el nivel de oxígeno y dióxido de carbono en sangre; y un análisis de sangre para detectar posibles alteraciones en la tiroides o los riñones.

Aunque no se puede prevenir de manera infalible, sí hay algunas pautas que se pueden seguir para reducir el riesgo, como mantener un peso saludable, dejar de fumar, realizar ejercicio de manera regular, dormir de lado y cuidar la higiene del sueño manteniendo siempre los mismos horarios.

Tratamiento de la apnea del sueño

Hay distintas maneras de tratar de manera eficaz la apnea del sueño. La elección del tratamiento dependerá del motivo y la gravedad. Las recomendaciones generales pasan por mantener un peso adecuado, evitar el tabaco y dormir de lado. Una de las formas habituales de tratarla y que continúa siendo el tratamiento fundamental establecido para la apnea obstructiva del sueño es la máquina de presión continua en las vías respiratorias (CPAP), máscara que se lleva durante la noche y que impulsa aire a presión hacia la tráquea para mantenerla abierta mientras se duerme. Otra alternativa es el dispositivo DAM (dispositivo de avance mandibular) que, a modo de férula dental, proyecta la mandíbula hacia delante mejorando fundamentalmente los ronquidos, pero con indicaciones muy limitadas en el síndrome de apnea obstructiva.


Un paciente con apnea del sueño usa una máscara CPAP

En el caso de que estos tratamientos no funcionen, se opta por la cirugía, como la ortognática. “Con la cirugía ortognática no solo mejoramos la función masticatoria y la respiración, sino también la autoestima y la calidad de vida de los pacientes”, afirma la Doctora Lorena Pingarrón Martín, jefa del Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial del Hospital Universitario Rey Juan Carlos, que forma parte también de la Unidad Multidisciplinar del Sueño del hospital.

En combinación con la ortodoncia, esta cirugía se convierte en un plan terapéutico adaptado a cada caso ya que con el trabajo conjunto —ortodoncista y cirujano maxilofacial— se consiguen resultados seguros.

Esta técnica, más allá de tratar problemas de oclusión o deformidades faciales, es efectiva en “pacientes con apnea obstructiva del sueño que no toleran la máquina CPAP. En estos casos, la cirugía ortognática ofrece una alternativa eficaz y definitiva, al aumentar el espacio aéreo faríngeo y mejorar la respiración durante el sueño”, explica la Doctora Pingarrón.

Además, y gracias a los avances en este campo, así como los sistemas de planificación digital, “las intervenciones son cada vez menos invasivas y el postoperatorio más rápido y confortable”, admite la Doctora Pingarrón.