De Atenas 2015 a Nueva York 2025: diez años de diferencia y la historia de Zohran Mamdani por escribir

De Atenas 2015 a Nueva York 2025: diez años de diferencia y la historia de Zohran Mamdani por escribir

La explosión de esperanza vivida estos días por el cambio en Nueva York recuerda al estallido de Atenas en 2015 por otra Europa posible

El socialista Zohran Mamdani conquista la alcaldía de Nueva York y marca un camino ante Trump desde la izquierda en EEUU: “La esperanza vive”

La explosión política de Nueva York estos días me recuerda a la vivida en Atenas hace diez años.

“First we take Manhattan, then we take Berlin”. La canción de Leonard Cohen sonaba en enero de 2015 en la plaza Omonia de Atenas en el cierre de la campaña que llevó a Alexis Tsipras al gobierno de Grecia. Y allí me encontraba yo, en una de las primeras coberturas internacionales que hacíamos en elDiario.es, que acababa de cumplir dos años y medio. Y también se encontraban diversos líderes europeos para arropar al nuevo referente de la izquierda europea, entre ellos un recién elegido eurodiputado Pablo Iglesias, que subió al escenario con el líder de Syriza. 

El ambiente que se vivía era de cambio de paradigma en una Europa dominada hasta el momento por la troika, las reglas fiscales y los rescates draconianos a cambio de sacrificios sociales tan grandes que destruían tanto tejido productivo que hasta hacía improbable el pago de la deuda.

Eran años de la mal llamada austeridad que en realidad eran recortes salvajes en los países del sur de Europa. Y Grecia dijo basta primero y luego Oxi –No– a los memorandos de rescate. 

Y lo que vino después, ya lo sabemos todos: el establishment europeo ahogó a Tsipras para que firmara un nuevo rescate más, amenazó a Grecia con expulsar al país del euro y al final consiguió dar la vuelta al país con el regreso de Nueva Democracia al poder en el verano de 2019 y la implosión de Syriza.

Con el tiempo, alguien incluso llegará a decir que aquello fue una anécdota dentro del turnismo entre los conservadores y el PASOK. Pero lo que se vivía en aquellos días, semanas y meses de 2015 en Atenas era una verdadera explosión de ilusión y esperanza política que se viven muy de vez en cuando en los países: era la esperanza de un futuro mejor, la emancipación de unas reglas ilegítimas y la reivindicación de una soberanía política frente al diktat neoliberal para gestionar la crisis de una manera más justa.

Atenas no dormía, Syntagma estaba siempre en ebullición y parecía que el poder era de la ciudadanía, que el demos volvía a ser el pueblo.

“First we take Manhattan, then we take Berlin”, decía la canción. Y en realidad la letra ha sido otra: primero se tomó Atenas y luego se ha tomado Manhattan, con diez años de diferencia. 

Es verdad que por el camino se perdió la ilusión en Grecia, y lo que hace diez años parecía una ola de desborde desde la izquierda y desde abajo, diez años después el desborde ha llegado a muchos países desde la derecha y desde arriba.

Pero esta semana, en los 100.000 voluntarios de Zohran Mamdani que han tocado tres millones de puertas durante la campaña para llevar el mensaje del candidato centrado en las condiciones materiales de vida; en esos zapatos gastados de pasear las calles desde la “república popular de Astoria (Queens)” hasta los demás barrios de Nueva York, el nuevo alcalde de Nueva York, acompañado de una permanente sonrisa; se percibía una explosión de esperanza y de ilusión que me recordaba a la vivida hace diez años en Atenas.

Imagino que es lo que pasa cuando gana el que no está previsto que gane, cuando entra en la fiesta aquel al que no invitan, cuando los que se lo han repartido todo históricamente ven que hay alguien nuevo con el que no contaban. Y no quieren contar.

Pero los que le han llevado en volandas desde el 1% en las encuestas hace un año hasta ganar la alcaldía de la ciudad más importante de EEUU y una de las más importantes del mundo, se les ha visto disfrutar toda esta semana como si estuvieran viviendo un sueño hecho realidad.

Toda esa voluntad será suficiente para sobreponerse a las resistencias internas de los demócratas, al poder económico de la ciudad al que quiere subir los impuestos Mamdani o a un Donald Trump que ya ha amenazado con dejar la ciudad sin fondos federales, como si la financiación de los estados dependiera de la voluntad del presidente y no de la ley.

Tsipras se encontró muy solo en Europa, no le acompañó ningún gobierno, al contrario, era el invitado indeseado en la mesa donde se gobernaba la UE. Tsipras, además, no estaba al frente de uno de los países grandes, por tamaño, de Europa. Y al final lo tumbaron.

¿Pasará lo mismo con Mamdani? La historia nos da herramientas para entender el presente, pero el futuro, también el de Mamdani, está por hacer.

Mucho antes que Mamdani y Tsipras, en Italia se teorizó la tesis del compromesso storico. Lo acuñó el líder comunista Enrico Berlinguer en 1973 tras el golpe de Pinochet y el asesinato de Salvador Allende. Berlinguer llegó a pensar que en aquel contexto histórico no había opciones de un gobierno monocolor de izquierdas, y que sólo una cooperación entre el poderoso PCI y la DC podía evitar una deriva autoritaria en Italia.

Es decir, Berlinguer abogaba por la colaboración en el gobierno de Italia entre el PCI, marginado de la política institucional italiana por el resto de partidos a pesar de ser el segundo más votado, y la DC, algo que nunca terminó de pasar: la respuesta de los demás partidos italianos, que sí participaban del poder institucional en Italia y de la exclusión al PCI, fue negativa desde el principio.

El compromesso storico como salvaguarda ante el autoritarismo para algunos puede ser una idea audaz y para otros puede tener música de derrota: cada contexto tiene sus singularidades.

¿Qué tendrá que hacer Mamdani para gobernar la cuna del capitalismo recortando privilegios fiscales a los multimillonarios para mejorar la vida del resto? ¿Qué compromisos adoptará el futuro alcalde de Nueva York para ganar voluntades frente a Donald Trump?

De momento, Mamdani parece firme en su primera declaración tras la victoria, en el Paramount Theatre de Brooklyn: “”Los multimillonarios han intentado convencer a quienes ganan 30 dólares la hora de que sus enemigos son quienes ganan 20. Quieren que nos peleemos entre nosotros para distraernos de la tarea de reformar un sistema que lleva mucho tiempo roto. Nos negamos a que sigan dictando las reglas del juego. Juntos daremos paso a una generación de cambio. Y si abrazamos este valiente nuevo rumbo, en lugar de huir de él, podemos responder a la oligarquía y al autoritarismo con la fuerza que temen, no con la complacencia que ansían. Después de todo, si alguien puede mostrarle a una nación traicionada por Donald Trump cómo derrotarlo, es la ciudad que lo vio nacer. Y si hay alguna manera de aterrorizar a un déspota, es desmantelando las mismas condiciones que le permitieron acumular poder. Así no solo detendremos a Trump, sino también al próximo“.

¿Podrá Mamdani resolver graves problemas de la ciudadanía y, al mismo tiempo, convertirse en un antagonista de Trump y en un ejemplo de cómo afrontar la batalla contra la ultraderecha y la ola reaccionaria?

Eso es lo que está mirando todo el mundo ahora mismo: si la resiliencia y cultura política de Mamdani serán suficientes ante el tsunami que supone Trump. Y es una respuesta que solo el tiempo podrá dar

Y hasta aquí hemos llegado por hoy. Te mando un saludo muy afectuoso.

Un abrazo,

Andrés