Escapada a una de las ciudades más bellas del sur de Francia: perfecta para recorrer a pie y llena de historia

Escapada a una de las ciudades más bellas del sur de Francia: perfecta para recorrer a pie y llena de historia

Con un pasado marcado por la cruzada albigense y el desarrollo del comercio interior, Béziers conserva un patrimonio que explica la evolución del sur occitano

Una escapada a la pequeña ciudad del sur de Francia que conserva la primera calzada que unió el imperio romano y España

Está considerada como una de las ciudades más antiguas de Francia y entre sus calles alberga más de 26 siglos de historia. En el sur del país, Béziers se alza sobre una colina que domina el valle del río Orb. A apenas diez kilómetros del Mediterráneo, su posición ha favorecido desde antiguo el paso entre la costa y el interior, convirtiéndola en un punto de enlace natural dentro de Occitania. La ciudad, perteneciente al departamento de Hérault, conserva un trazado compacto y fácil de recorrer, con calles que suben y bajan siguiendo la pendiente hacia el río y que aún reflejan las transformaciones acumuladas a lo largo de los siglos.

Su pasado está ligado a algunos de los episodios más relevantes del sur de Francia. En la Edad Media formó parte del Languedoc y fue escenario de la cruzada albigense, que marcó su desarrollo posterior. Varios siglos más tarde, en el XVII, Béziers volvió a adquirir protagonismo con la construcción del Canal du Midi, una obra de ingeniería impulsada por el ingeniero Pierre-Paul Riquet, nacido en la propia ciudad.

Hoy, Béziers mantiene un equilibrio entre su carácter urbano y su entorno fluvial. Las calles del centro, los edificios históricos y las orillas del canal componen un recorrido que se puede hacer a pie y que resume buena parte de la historia del sur francés. Desde la catedral que domina la ciudad hasta las esclusas del canal, el visitante encuentra una continuidad entre el pasado medieval y la herencia industrial que explica cómo esta localidad se ha ido adaptando al paso del tiempo.

Patrimonio y recorrido por Béziers


Béziers adquirió protagonismo con la construcción del Canal du Midi.

El recorrido por Béziers suele comenzar en su parte más elevada, donde se levanta la Catedral de San Nazario y San Celso. El templo actual fue construido entre los siglos XIII y XV sobre el emplazamiento de una catedral románica destruida en 1209, durante la cruzada albigense. Representa el estilo gótico meridional y su posición domina el valle del Orb y el conjunto urbano. Desde su explanada puede apreciarse el trazado de las calles que descienden hacia el río.

El itinerario continúa en dirección al Orb y conduce hasta el Puente Viejo, una estructura de piedra levantada en el siglo XII que sustituyó un paso de origen romano. Durante siglos fue el único punto de cruce del río en la ruta que unía Provenza con Toulouse, lo que lo convirtió en un enlace esencial para el tránsito de mercancías y viajeros. Las reparaciones realizadas en los siglos XIV, XV y XVI garantizaron su conservación frente a las crecidas, y en 1963 fue incluido en la lista de Monumentos Históricos de Francia.

En el corazón del centro urbano se encuentra el Musée des Beaux-Arts, instalado en el Hôtel Fayet. Fundado en 1859, el museo conserva una colección de pintura europea de los siglos XVIII y XIX, esculturas y obras del artista local Jean-Antoine Injalbert. Este espacio, gestionado por la ciudad, permite seguir la evolución artística de la región y constituye uno de los principales referentes culturales del sur del país.


La Catedral de San Nazario y San Celso en Béziers.

Cerca del casco antiguo se alza la Iglesia de la Madeleine, uno de los ejemplos más antiguos de arquitectura románica conservados en Béziers. Su construcción comenzó en el siglo XI y continuó con reformas entre los siglos XII y XV. El edificio fue dañado durante los conflictos del siglo XIII y restaurado posteriormente para recuperar parte de su estructura original. Desde 1987 forma parte del inventario de Monumentos Históricos de Francia.

Más allá del área central, el recorrido culmina en Les Neuf Écluses de Fonseranes, un conjunto hidráulico integrado en el Canal du Midi. Este sistema, diseñado por Pierre-Paul Riquet en el siglo XVII, permite salvar un desnivel de más de veinte metros en apenas trescientos metros de recorrido. Las esclusas facilitaron durante siglos la navegación interior y el transporte de productos agrícolas entre el Mediterráneo y Toulouse. Hoy permanecen activas y representan uno de los ejemplos mejor conservados de la ingeniería vinculada a esta vía fluvial, declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO.