Topos en la Policía, balizas para seguir a agentes y nexos con la mafia: así operaba la mayor banda de narcos de Mallorca
Tras dos años de investigación, la Policía Nacional y la Guardia Civil han desmantelado a una organización con una estructura similar a la mafia calabresa que presuntamente introducía ingentes cantidades de droga en España y Europa
Detenido Stefan Milojevic, líder de la banda ultra United Tribuns en España, por narcotráfico y organización criminal
Mallorca. 7 de marzo de 2025. Stefan Milojevic, presunto jefe de uno de los mayores grupos criminales del archipiélago, habla por teléfono con Faustino Nogales, inspector de la Policía Nacional y miembro activo del cuerpo. En esa conversación, Milojevic informa a Nogales que habían desaparecido “varias lapas” en sus vehículos de Eivissa y Alemania, es decir, balizas de seguimiento instaladas por los agentes especializados para vigilar a los narcos. Faustino es un policía con métodos de la vieja escuela, querido y odiado a partes iguales en la Jefatura Superior de Policía, donde lleva años trabajando y donde nadie sospecha que el que fuera jefe antidroga antaño se podría haber pasado ahora al lado oscuro. Esta es solo una de las conversaciones interceptadas por la Policía Nacional y la Guardia Civil en la mayor operación contra el narcotráfico en la historia del archipiélago, que se ha saldado con 76 detenidos y la incautación de, entre otros, 687 kilos de cocaína y 2.500 kilos de hachís, y a cuyo atestado ha tenido acceso elDiario.es.
—“¿Sabes qué ha pasado?”, pregunta Milojevic a Nogales. “¿El qué?”, le responde este. “Han desaparecido las lapas de Ibiza”, afirma. “¿Han desaparecido?”, cuestiona el inspector. “Una del parking que está el coche ahí tres cuatro meses sin moverse y la otra en Alemania”, afirma Milojevic. “Estaba claro”, termina diciendo Nogales. Antes de ello, el presunto líder de la red criminal le había comentado al inspector que uno de los coches ya no tenía el dispositivo cuando fue trasladado a la península, mientras que el otro fue enviado a Alemania con la baliza puesta, pero al llegar a un concesionario, también había desaparecido.
Nogales, que en la conversación muestra conocimiento técnico sobre el funcionamiento de estos aparatos, le responde que “era de esperar” y que se trata de dispositivos de larga duración, dando a entender que sabía cómo funcionaban. La grabación muestra una de las obsesiones que tenía la presunta organización criminal antes de ser desmantelada: cautela y sigilo para eludir el cerco policial y judicial. Utilizaban, además, según el atestado, métodos similares a los de los agentes especializados para seguir sus pasos y evitar detenciones que pusieran fin a sus actividades ilegales. Si los agentes instalaban balizas legales para perseguir a los presuntos narcos, estos respondían, según la investigación, con balizas a los coches de los agentes. El cazador cazado.
Horas más tarde, se registra una nueva llamada en la que Milojevic mantiene una conversación con una persona cuya identidad se desconoce, aunque los investigadores consideran que podría tratarse de uno de los dirigentes de la mafia albanesa. En dicha conversación, Milojevic le comunica que, aunque no pueden estar “mil por mil seguros”, no hay nada contra ellos, salvo “los de robos”. Un detalle que, según los investigadores, es de especial relevancia, ya que el Grupo de Robos de la UDEV de la Policía Nacional fue la que inició la investigación sobre la mafia albanesa. En consecuencia, la conversación da credibilidad a la hipótesis de que se accedió a información policial con el fin de informar a la trama. La investigación sobre esta rama albanesa está siendo instruida por el Juzgado de Instrucción número 3 de Eivissa, dentro de una pieza secreta declarada operación conjunta con las presentes diligencias.
Del mismo modo, en otro momento de la conversación, Milojevic comenta que “con los conejos y todo eso, si pasa algo, se puede saber fácil”. En este contexto, “conejos” es un sinónimo de “topos”, es decir, individuos que, aprovechando sus funciones laborales —posiblemente dentro de las fuerzas de seguridad—, podrían estar trasladando información a los ‘narcos’. El uso del plural, “conejos”, lleva a entender que los miembros de la presunta red dispondrían de varias personas dedicadas a dicha función.
El presunto líder de la banda comenta en una conversación que existen ‘conejos’, un sinónimo de ‘topos’, es decir, individuos que, aprovechando sus funciones laborales, tienen acceso a información privilegiada y se la trasladan a los narcos
Los presuntos narcotraficantes no solamente eran capaces de advertir los dispositivos que los agentes especializados introducían en sus vehículos, sino que ellos mismos llevaban a cabo esa práctica contra los investigadores, según estos últimos. De hecho, tanto la UDYCO (la Unidad de Droga y Crimen Organizado) como la Guardia Civil describen los métodos de la presunta organización criminal como de “alto grado de sofisticación”, lo que demuestra, afirman, la “peligrosidad” de sus miembros. El entramado llegó a instalar presuntamente sus propios dispositivos de seguimiento en vehículos policiales para controlar los movimientos de los investigadores y anticiparse a sus operaciones. Los agentes especializados reconocen que estas medidas de seguridad, vigilancia y contravigilancia adoptadas por los presuntos cabecillas de la trama han “dificultado enormemente la labor policial para desarticularla”, según figura en el atestado policial.
De hecho, a mediados de junio de 2025 hubo un gran despliegue en Eivissa en una operación conjunta de la UDYCO y la Guardia Civil para desmantelar el presunto grupo criminal, sin éxito. La organización descargó presuntamente 1.750 kilos de hachís, que iban a ser transportados posteriormente a Mallorca y distribuidos por España y Europa. Los agentes especializados no consiguieron capturar a los supuestos narcos, que habrían colocado balizas de posicionamiento en los vehículos policiales. De este modo habrían conseguido eludir la operación y materializar la descarga de costo. Milojevic abandonó territorio nacional para intentar desvincularse de los delitos por los que se le vigilaba, según los agentes.
687 kilos de cocaína y 2.500 kilos de hachís
Este es el ‘modus operandi’ que describen los investigadores de una presunta organización criminal que contaba con una estructura similar a la de la ‘Ndrangheta’, la mafia calabresa. Como presunto cabecilla aparece, además de Stefan Milojevic, el abogado Gonzalo Márquez. Entre otros, además de Faustino Nogales, fue detenido ‘El Vito’, considerado uno de los principales narcotraficantes de Son Banya —barrio epicentro de la droga en los suburbios de Palma—. El desmantelamiento de la red de narcotráfico terminó con 76 detenidos y la aprehensión de 687 kilos de cocaína; 2.500 kilos de hachís; tres kilos y 1.500 plantas de marihuana; y cerca de un kilo de metanfetamina, LSD, heroína y speed, así como más de millón y medio de euros. Una presunta organización criminal, con nexos con la mafia albanesa y el crimen organizado internacional, ha sido desmantelada.
Para no levantar sospechas, Milojevic aparentaba llevar una vida normal. Dirigía presuntamente las actividades del crimen organizado con extremo sigilo y cautela. Lo hacía, según el atestado policial, a través de su “mano derecha”, C. H. G., cuyo cometido consistía en ocultar y distribuir la mercancía. Milojevic se reunía con él esporádicamente, de forma presencial o mediante comunicaciones de extrema seguridad. Utilizaba teléfonos adquiridos bajo identidades falsas, encriptados o con tarjetas SIM de otros países. Además, se comunicaba “a través de aplicaciones encriptadas comúnmente empleadas por el crimen organizado, tales como Signal o Telegram, lo que dificulta su interceptación”, destaca el atestado.
En estos momentos, a Milojevic se le imputan los delitos de tráfico de drogas; pertenencia a organización criminal; blanqueo de capitales; usurpación/suplantación de identidad; tenencia ilícita de armas y cohecho activo, tras su detención el 12 de agosto de 2025. Detenido el mismo día, a Gonzalo Márquez se le imputan los delitos de tráfico de drogas; pertenencia a organización criminal; blanqueo de capitales y cohecho activo. Faustino Nogales, por su parte, está acusado de colaboración con una organización criminal vinculada al narcotráfico, según apuntaron fuentes de la investigación.
El desmantelamiento de la red terminó con la aprehensión de 687 kilos de cocaína; 2.500 kilos de hachís; tres kilos y 1.500 plantas de marihuana; y cerca de un kilo de metanfetamina, LSD, heroína y speed, así como más de millón y medio de euros
Los agentes también intervinieron armas a la organización.
Un policía corrupto en la trama
El 9 de agosto de 2025, unos días antes de su detención, una conversación entre Stefan Milojevic y su socio Gonzalo Márquez prueba que Milojevic había sido informado de que existía una investigación policial de grandes dimensiones contra él. Según figura en los documentos de la investigación policial, el dispositivo de captación de sonido no logró captar la conversación íntegra entre los dos miembros de la trama, aunque de ella se desprende la preocupación del inspector Faustino Nogales y de Milojevic con motivo de dicha investigación.
El presunto líder de la organización mafiosa había coincidido unas horas antes con el hijo de Faustino, el cual le explicó que su padre estaba preocupado por el hecho de que le estuvieran investigando (“Me ha dicho el hijo que está cagado”) y que ello pueda repercutir en el inspector jefe de la Policía Nacional. Asimismo, en otras partes de la conversación reaparece esta preocupación, así como las medidas de extrema seguridad que el inspector investigado pretendería adoptar a partir de ese momento para comunicarse con la banda. Faustino Nogales tenía miedo, según los investigadores, de que pudieran relacionarle con la red debido a la interceptación de las comunicaciones entre ellos (“Dice el hijo que ha empezado a escribir en papeles para no hablar”, recoge el atestado).
El hijo del inspector explicó al presunto lider de los narcos que su padre estaba preocupado porque le estaban investigando: ‘Me ha dicho el hijo que está cagado’
Según la investigación, Faustino advierte a Milojevic que extreme las medidas de seguridad en sus desplazamientos (“Lo del Faustino, tío, es la hostia… que vaya en taxi, en moto, no veas”). Por otro lado, Gonzalo Márquez especula sobre la investigación y cree que “no puede ser solo por blanqueo”, ya que están siendo investigados por la Policía Nacional y Guardia Civil a la vez. Milojevic, por otro lado, está convencido, tras la advertencia recibida por parte de Faustino, de que “van a intentar sobre todo” ir contra él. Las diligencias consultadas afirman que Márquez le recomienda que “hable con Faustino primero, porque habrá que saber más o menos qué decir”.
Esta filtración de información secreta queda probada cuando Milojevic dice “eso me ha dicho Faustino, que están mirando hasta Amok”, en referencia a que la investigación patrimonial afecta también al entramado empresarial relacionado con la presunta organización criminal. Respecto al abogado de la trama, prevé que él también está siendo investigado, ya que menciona a Milojevic que Faustino evita comunicarse con él. Por este hecho, el abogado cree que él tiene “que salir por algún sitio” porque, si no, a él le contestaría.
Los ideólogos de la presunta red criminal no intentaban, exclusivamente, captar a agentes de la Policía Nacional o de la Guardia Civil para su organización. Cabe destacar que Milojevic, en unión con el abogado Márquez, se encontraba en búsqueda permanente de captación de miembros de la judicatura y de la prensa con el fin de “intentar corromperlos para obtener información sobre posibles investigaciones a las que pudieran ser sometidos”, según ha quedado constatado durante la investigación policial.
Los narcos buscaban la captación de miembros de la judicatura y de la prensa con el fin de ‘intentar corromperlos para obtener información sobre posibles investigaciones a las que pudieran ser sometidos’
En este sentido, uno de los miembros de la presunta banda criminal, A. L. L., amigo íntimo de Milojevic, consigue introducirse como agente de la Policía Portuaria de Palma. Según el atestado, en su primer día de trabajo, envía fotografías de la comisaría a Milojevic y, en connivencia con Márquez, ambos corroboran “que ya tienen garita en el puerto”. Es decir, vía libre para la introducción de cocaína y hachís por vía marítima, mediante embarcaciones de recreo en puertos competencia de la Policía Portuaria.
De igual forma, son constantes, además del cambio de vehículos —principalmente por parte de sus líderes—, las búsquedas en estos de posibles medios técnicos de seguimiento o de captación de audio que pudieran tener instalados por estar bajo investigación. Para ello empleaban “raquetas” u otros medios técnicos utilizados para detectar sistemas de seguimiento de vehículos, según el atestado policial.
Cómo blanqueaban el dinero
La investigación policial señala a Gonzalo Márquez Díaz, alias “el abogado”, en su rol de inversor y jefe administrador del capital, como principal socio de Milojevic. Su labor consistía presuntamente también en crear complejos entramados empresariales, a través de la adquisición de cadenas hoteleras, con el objetivo de blanquear el dinero de la droga.
Una de las presuntas formas de blanqueo de dinero se realizaba a través de la apertura de empresas. C. H. G., previa orden de Milojevic y Márquez, según los investigadores, abrió un establecimiento de compra-venta de vehículos en Inca con el único fin de blanquear el dinero de la venta de drogas. La investigación considera probado que la red criminal cobraba en diferentes ocasiones la mercancía a través de un intercambio con vehículos por parte de los compradores.
Otro hecho significativo para el presunto lavado de dinero de los beneficios obtenidos del tráfico ilícito de drogas, señala la investigación, era la compraventa de una pequeña cadena hotelera por parte de Milojevic a través de una de sus sociedades constituidas por Márquez para el “lavado de dinero”. Los hoteles estaban ubicados en Mallorca, Almansa (Alicante) y Pamplona, respectivamente. Por otro lado, los agentes especializados detectaron la compra de un terreno en la zona de Llucmajor (Mallorca), en la que Milojevic pretendía construir un chalet de unos 180 metros cuadrados con terreno para utilizarlo como vivienda principal.
Las actividades criminales de la trama son probablemente anteriores al año 2020, según el atestado. En los diferentes hechos recogidos, se destaca cómo Milojevic y Márquez, a través de C. H. G., M.F. y otros miembros de la red —principalmente testaferros— compraban productos químicos a través de una empresa que eran utilizados “como sustancias de corte para la cocaína”. Es de especial interés que estas compras realizadas por los miembros vinculados a la red investigada, indica la documentación consultada, se remontan a largo tiempo atrás. Esto denota “el prolongado periodo de actividad de la organización criminal en la actividad delictiva del tráfico de drogas”.