El nutricionista Aitor Sánchez, sobre cómo organizar la compra: “No sabemos gestionar los excedentes en el hogar”

El nutricionista Aitor Sánchez, sobre cómo organizar la compra: “No sabemos gestionar los excedentes en el hogar”

El nutricionista ofrece las claves para planificar la compra semanal con alimentos de temporada, reducir el desperdicio y priorizar lo básico, sin renunciar a una dieta saludable

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Hacer la compra puede ser un reto: la falta de tiempo, la subida de precios y la búsqueda de opciones saludables y ecológicas nos obligan a hacer malabares constantes. En este contexto, la planificación semanal puede ser la mejor ayuda. 

“Si queremos empezar a centrarnos en que la compra sea asequible y saludable, la mejor forma de hacerlo es tener en cuenta lo que tenemos en casa”, aconseja Aitor Sánchez, nutricionista de Centro Aleris, también conocido por su divulgación tras la cuenta @midietacojea en redes. “Controlar el desperdicio alimentario tiene que ser un eje transversal porque eso nos va a permitir aprovechar al máximo la comida y no perder dinero, además donde más se desperdicia es en los hogares”, señala.

Por tanto, el primer consejo del experto es saber con qué contamos en casa, por un lado, para no repetir nuestra compra si no es necesario y, por otro, para saber qué necesitamos comprar para complementarlo. “Realmente el desperdicio no viene tanto por una compra sin control, sino porque no sabemos gestionar los excedentes en el hogar y cuando algo se está poniendo malo no actuamos porque muchas veces no tenemos los recursos de cocina suficientes, aunque claro que en la compra podemos evitar en gran parte esos excedentes”, afirma el nutricionista.

“Para que siempre tengamos una compra equilibrada sin perder mucho tiempo, lo que se suele hacer es tener un fondo de armario”, recomienda Sánchez en segundo lugar. “Si ya tenemos siempre comprado lo no perecedero, es decir, pastas, cereales, legumbres, patatas, cebollas y todo lo que tiene larga duración, solo tendremos que reponerlo si se va agotando”, comenta.

Hay otro tipo de productos que sí requieren más visitas al mercado. “Las fuentes de proteína muchas veces son frescas, nos referimos a la carne, al pescado, al huevo, incluso proteína vegetal, aunque éstas duran más, son productos refrigerados que requieren más rotación, por tanto es importante calcular bien las cantidades”, apunta el experto, que apuesta por favorecer las fuentes vegetales de proteína, como el tofu, por su durabilidad. 

Dos maneras de hacer la compra

Así, la estrategia general del nutricionista sería que en la compra grande se incluya todo lo no perecedero y que haya una compra más recurrente, por lo menos dos veces por semana, con vegetales y proteínas frescas, para evitar viajes innecesarios al mercado. “Si no le prestamos atención a esta estructura, estaremos más a la deriva y también más sujetos a caprichos que nos vayamos encontrando por el súper y menos conscientes de las prioridades”, advierte Sánchez.

Incluir productos de temporada en el menú no solo es saludable, sino que es más respetuoso con el medio ambiente y al ser de proximidad también es mejor para el bolsillo. “Cuando nos referimos a productos de temporada, normalmente nos referimos a productos vegetales frescos. Lo que se traduce muchas veces también en más compuestos reactivos porque cuando tomas la fruta en su tiempo está en su momento más recomendable, cuando ha tenido la capacidad de absorber más nutrientes”, explica el experto.

A la hora de apostar por este tipo de alimentos, tenemos la opción de recurrir a un calendario de temporalidad, pero si no tenemos accesibilidad o tiempo, el nutricionista defiende consultar a los propios vendedores. “Mi recomendación es no tener miedo a preguntar en la frutería del barrio, donde te van a saber asesorar, ahora tenemos que comprar mandarinas, chirimoyas, caquis…”, defiende Sánchez. “Y a la hora de incluir esos productos en el menú, lo más sencillo es seguir las recomendaciones de que en las comidas principales tiene que haber una ración de verduras y que siempre haya una fruta de postre”, zanja.

“Comer saludable no es ni mucho menos caro, a veces nos hacen pensar que lo saludable tiene que ser exótico, que son productos gourmet, pero lo saludable y lo que tiene que ser la base de nuestra alimentación sigue siendo lo más económico: las patatas, las cebollas, las lentejas, los garbanzos, los boniatos, la fruta y la verdura de temporada, que están a un precio muy competitivo”, defiende Sánchez. “Sabemos que ha subido el precio de muchos productos básicos pero lo que más se ha encarecido son los productos que no son tan prioritarios”.