El aval a la amnistía del abogado general del Tribunal de Justicia de la UE allana al PP el camino hacia Junts

El aval a la amnistía del abogado general del Tribunal de Justicia de la UE allana al PP el camino hacia Junts

La aplicación integral de la norma está en manos de los jueces desde hace año y medio y Puigdemont sabe que si alguien tiene ascendente sobre los togados es la derecha, no Sánchez. Con el aval de Europa y el del Constitucional, Feijóo podrá “poner el contador a cero”, tal y como ofreció ya a los independentistas

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Alberto Núñez Feijóo es de esos líderes capaces de gritar en una manifestación “Puigdemont, a prisión” y a los pocos días ofrecer al ex molt honorable “poner el contador a cero”. Es de los que patrocinan hasta siete manifestaciones contra la ley de amnistía, pero luego reconoce que también estudió el perdón para el de Waterloo en el marco de la negociación previa a la que resultó su investidura fallida. Es de los que flirtean con la idea de ilegalizar a los partidos independentistas, pero pone en valor la tradición y la legalidad de Junts. Es de los que un día sostiene que no tiene ningún tipo de confluencia política con los ex convergentes y al siguiente, defiende que los junteros forman parte de una formación con la que se entiende en materia económica y fiscal.

Alberto Núñez Feijóo es el presidente de un partido que, como tantos otros, cabalga a lomos de las contradicciones. Y es, en definitiva, un político que, como Pedro Sánchez, cambia de opinión en función de la coyuntura, como acredita un buen repaso a la hemeroteca.

Ahora, tras el aval del abogado general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) a la ley de amnistía, todos los análisis especulan con una posible reconciliación de Junts con el Gobierno o sobre si el regreso de Carles Puigdemont a España está hoy más cerca. Nunca el viejo proverbio del dedo y la luna resultó más oportuno, porque de lo que apenas se habla, y será asunto nuclear para la futura gobernabilidad del país, es de si despejadas las dudas de la ley del perdón sobre su constitucionalidad y su encaje en la normativa europea, ante lo que verdaderamente estamos es ante un camino ya expedito para una próxima entente entre populares y ‘junteros’. 

No es descartable. El diálogo existe porque los canales de comunicación nunca estuvieron del todo cerrados. Y, por tanto, la convergencia es posible. Ahora o más adelante. Lo barrunta el Gobierno, se susurra en algunos círculos populares y lo tiene meridianamente claro el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, que ha sido el único en dar la voz de alerta desde hace tiempo: “Por mucho que se crea que no, el PP llegará a la Moncloa por Junts”. 

Rufián ha puesto voz a lo que otros callan, temen o disimulan y es que, con o sin moción de censura, el PP necesitará a Junts para llegar a la Moncloa y, los de Puigdemont, desmarcarse urgentemente de Sánchez para frenar la sangría de votos que se le está yendo a Aliança Catalana. De ahí la ruptura en diferido que los exconvergentes vienen anunciando desde hace semanas y sobre la que no han dado un paso atrás después del aval del abogado general del TJUE a la amnistía. Todo lo contrario. Mientras en el Gobierno celebraban “la validación jurídica y política” de la norma, los de Puigdemont redoblaron la presión contra Sánchez. Tanto que el diputado Josep Pagès exigió el viernes al presidente Sánchez que disolviera las Cortes y convocara elecciones anticipadas durante una comparecencia del ministro de Justicia en el Congreso. Una conminación que Puigdemont, Turull o Nogueras habían evitado hasta el momento y que en el Gobierno interpretaron como síntoma de que la anunciada ruptura era reversible. 

En la Moncloa saben que las palabras de Pagès representan lo que piensa y quiere Miriam Nogueras, pero hasta que “no salgan por boca de Puigdemont” prefieren no darlas por buenas. En el fondo, están seguros de que el dictamen del TJUE es un “paso más” para que el olvido penal alcance a todos los líderes del procés, incluido Puigdemont y que, ante ese escenario, Junts carece de “argumentos sólidos y creíbles” para la “ruptura definitiva”. Pero también saben que la aplicación de la amnistía está en manos de los jueces y que muchos de ellos se han rebelado contra la norma dilatando su ejecución desde hace año y medio porque quien la impulsó fue un gobierno de coalición progresista y no uno de derechas.

Es ahí donde entra en juego un PP cuya influencia sobre los togados está fuera de toda duda. En la memoria colectiva resuenan aún las palabras del que fuera portavoz de los populares en el Senado, Ignacio Cosidó: “Controlaremos la sala segunda (del Supremo) desde detrás”. Dicho de otro modo: si hay un partido que puede convencer a los jueces de que es el momento de la reconciliación política con Catalunya y de que hay que pasar página ese es el de Feijóo, y no el de Pedro Sánchez. Y esto es algo que, según fuentes del independentismo, ya deslizaron los populares durante la negociación con Junts previa a la investidura de Feijóo que en septiembre de 2023 resultó baldía. 


El presidente de Junts, Carles Puigdemont

El propio Puigdemont ya sugirió hace tiempo en una carta enviada a los eurodiputados que Junts recibió ofertas secretas del PP durante el verano de aquel año cuando los independentistas aún no habían decidido si apoyarían la investidura de Pedro Sánchez. “Hay otra cosa de la que estoy completamente convencido”, decía el texto del expresident. “Si mi partido hubiera permitido la investidura del candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, o hubiera impedido la de Pedro Sánchez, estos espectáculos se habrían ahorrado. Y de esto también hablaremos cuando toque”.

A elDiario.es también le consta de fuentes de aquella negociación que los populares ofrecieron a Junts la aprobación del uso del catalán en el Congreso y en el Senado, algo que el Gobierno de Sánchez puso finalmente en marcha en medio de una implacable crítica de los de Feijóo.

“Ilegal, inmoral e inconstitucional”

El caso es que los socialistas ya auguraron en su día que la amnistía era una ley impulsada y aprobada por su Gobierno, pero de la que se beneficiaría en el futuro la derecha si algún día llegaba a la Moncloa. Ese será el momento en que la derecha política, mediática y judicial harán borrón y cuenta nueva. Nadie recurrirá a la hemeroteca para recordar aquello de que la amnistía era “ilegal, inmoral y un obús contra la separación de poderes”. O que rompía los principios básicos del Estado de Derecho, que era un golpe contra la Constitución, la seguridad jurídica y la igualdad de los españoles ante la ley. Y ese será el momento también en que ya no habrá choques entre poderes del Estado, ni asaltos a la Constitución, ni democracias en peligro. Todo será en aras del interés general, por y para el bien de España. 

La única incógnita es si ese momento ya se está explorando. En el Congreso, por el momento, varios grupos sí han percibido que, desde hace semanas, la interlocución entre Junts y PP es constante en la Junta de Portavoces y en comisiones. Algo que no sucedía hasta que los de Puigdemont anunciaron la ruptura en diferido con el Gobierno. “Se alejan y se acercan, pero buscan interlocución a toda costa”, aseguran fuentes parlamentarias sobre ‘junteros’ y populares. 

Contador a cero y atentos a la nueva pantalla.

Continuará…