Miles de personas se manifiestan en solidaridad con el pueblo saharaui: “Ni Trump ni Sánchez pueden frenar nuestra determinación para ser libres”
La marcha anual ha exigido en Madrid “que el gobierno español asuma sus responsabilidades históricas y legales” con la que durante casi un siglo fue colonia española
Opinión – El Sáhara fue traicionado en 2000, no en 2025
Unas diez mil personas, según los organizadores, se han manifestado hoy en Madrid para exigir la “libertad e independencia” del Sáhara Occidental con motivo del 50 aniversario de los Acuerdos Tripartitos de Madrid, en los que España entregó el territorio saharaui a Marruecos y Mauritania.
Bajo el lema “La existencia también es resistencia: 50 años de ocupación”, el movimiento de solidaridad con el pueblo saharaui se ha congregado en su marcha anual para exigir “que el gobierno español asuma sus responsabilidades históricas y legales” con la que durante casi un siglo fue su colonia.
Desde las doce de la mañana, y a pesar de la lluvia, miles de personas se han manifestado contra la ocupación marroquí del territorio y contra “la complicidad española y europea”.
“Instamos al Gobierno de España a volver a la senda del Derecho Internacional y recuperar el consenso que siempre ha existido en la política exterior española respecto del Sahara Occidental” aseguró la actriz Andrea Guardiola durante la lectura del manifiesto final en la Puerta del Sol. “Mientras alzamos nuestras voces en la misma ciudad donde se rubricó la ocupación marroquí, decenas de presos políticos saharauis se encuentran en las cárceles marroquíes sufriendo torturas y encarcelamientos en condiciones infrahumanas” dijo.
Banderas saharauis en la manifestación en Madrid
Para Hassana Aaila, preso político saharaui de 38 años y refugiado en España desde 2015, la situación que se vive en los territorios ocupados por Marruecos –cerca del 80% de la superficie total– es comparable “con el régimen de apartheid de Sudáfrica”. El activista saharaui asegura que en lo que va de año, “49 observadores internacionales, entre ellos periodistas, han sido expulsados al tratar de ingresar en los territorios ocupados”. Algo que ocurre, dice, “porque Marruecos no quiere testigos de las violaciones que comete”.
La marcha, que ha recorrido las principales calles de la capital, se celebra dos semanas después de que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobase, a instancia del gobierno estadounidense de Donald Trump, una resolución que pide a las partes alcanzar una “solución política definitiva y mutuamente aceptable” considerando “como base la propuesta de autonomía de Marruecos”.
Un espaldarazo diplomático a la monarquía marroquí, que en los últimos años ha conseguido el apoyo público a su plan de autonomía por parte de los principales gobiernos occidentales.
El propio presidente estadounidense ya apoyó en los últimos días de su primera administración, en diciembre de 2020, la “marroquinidad del Sáhara” a través de un mensaje en la red social X (antes Twitter).
En marzo de 2022, el presidente español Pedro Sánchez anunció sorpresivamente su respaldo al plan de autonomía marroquí al considerarlo la opción “más seria, realista y creíble”. Una decisión que provocó la reacción de sus socios de investidura y que llegó a ser rechazada por la mayoría del Congreso de los Diputados.
En términos similares se pronunciaron posteriormente las cancillerías de Francia, en julio de 2024, y del Reino Unido, junio de 2025. Una decisión celebrada por Rabat y fuertemente rechazada por el Frente Polisario y Argelia.
No obstante, para Abdulah Arabi, delegado saharaui en España, “la resolución aprobada por Naciones Unidas es muy ambigua” dice. “Se ha creado un relato que no se corresponde con su contenido. El texto no plantea la autonomía como la única solución, pide que negociemos sobre esa base sin condiciones previas, lo que es contradictorio. Piden que se busque una solución justa que permita al pueblo saharaui ejercer el derecho a la autodeterminación y para nosotros ese derecho debe incluir sí o sí la opción de la independencia”, asegura en declaraciones a este medio. “La independencia es irrenunciable en cualquier negociación”.
Además, Arabi advierte que “el Frente Polisario va a seguir apostando por la negociación y la vía pacífica, pero con la misma determinación de emplear todas las vías que nos ofrece el derecho internacional. La guerra lleva cinco años en marcha y estamos dispuestos a intensificarla y escalarla si la comunidad internacional sigue intentando ignorar nuestro derecho a la autodeterminación”.
Abdulah Arabi
El 13 de noviembre de 2020, el ejército saharaui dio por roto el alto el fuego, en vigor desde 1991, y comenzó una guerra de baja intensidad que dura ya un lustro, aunque con resultados discretos.
Entre los asistentes, también estuvieron presentes representantes de Izquierda Unida y el Partido Comunista de España (PCE), con el exeurodiputado Manu Pineda a la cabeza; de Sumar, con la eurodiputada Estrella Galán; de Podemos, con su secretario de sociedad civil, Pablo Quesada; además de representantes de Comisiones Obreras (CCOO) y la Unión General de Trabajadores (UGT).
La lluvia, que respetó gran parte del recorrido de la manifestación, descargó con rabia durante las intervenciones finales. “Hoy hace 50 años se tomó una decisión que arruinó la vida de cuatro generaciones de saharauis, pero estamos aquí esa cuarta generación dispuestos a conquistar nuestra libertad. Ni Trump ni Pedro Sánchez van a frenar nuestra determinación para ser libres” aseguró la joven saharaui Salka Mahfoud bajo un intenso aguacero.
Unos acuerdos “nulos” según el Derecho Internacional
El 14 de noviembre de 1975, seis días antes de la muerte del dictador Francisco Franco, los gobiernos de España, Marruecos y Mauritania acordaron en Madrid la partición del Sáhara Occidental, hasta entonces la provincia 53 española y último territorio pendiente de descolonización de África.
Los Acuerdos Tripartitos de Madrid, que Naciones Unidas declararía posteriormente nulos al considerar que no se puede transferir la soberanía de un territorio entre países, supusieron el estallido del conflicto en el Sáhara Occidental.
En febrero de 1976 España abandonó definitivamente la que durante casi un siglo fue su colonia, Marruecos y Mauritania ocuparon el territorio, gran parte de la población civil huyó a los campos de refugiados de Tinduf (Argelia) y el movimiento de liberación nacional saharaui –el Frente Polisario– comenzó una guerra contra sus dos vecinos.
Fue el comienzo de un conflicto armado que se prolongó durante 14 años y que se saldó con la derrota y retirada mauritana en 1979 y la firma del “plan de paz” entre Marruecos y el Frente Polisario en 1991 para la celebración de un referéndum de autodeterminación que nunca se ha llegado a celebrar.
Las estrategias dilatorias de Marruecos y su hábil diplomacia, siempre con el respaldo de Francia y Estados Unidos, posibilitaron que el anunciado referéndum de autodeterminación terminase perdiendo peso en las resoluciones que anualmente aprueba el Consejo de Seguridad de la ONU.
“Esto no frena al pueblo saharaui ni nos desmoraliza”, afirma Arabi en referencia a la última resolución aprobada en Nueva York. “Esto no es más que una nueva maniobra para tratar de anular nuestros derechos. No pudieron hace medio siglo y no podrán ahora”, sentencia.