Otra inteligencia artificial tan potente como ChatGPT da la razón al jefe de Nvidia: «China va a ganar la carrera de la IA»
El modelo Kimi-K2 Thinking, desarrollado por Alibaba, supera a GPT-5 en razonamiento complejo y vuelve a cuestionar la eficacia del veto estadounidense a los chips avanzados
Las grandes tecnológicas de EEUU invierten 115.000 millones en I+D en 2025, más de la mitad del presupuesto de toda la UE
A principios de 2025 el modelo DeepSeek R1 marcó un hito en el campo de la inteligencia artificial. Fue la primera prueba de que China había logrado sortear el embargo de semiconductores de EEUU con un sistema igual de potente que el de sus contrapartes americanas pero mucho más barato de entrenar, debido precisamente a no poder contar con los avanzados (y caros) chips de Nvidia. Ahora, una nueva IA llamada Kimi-K2 Thinking lo ha vuelto a hacer.
Se trata del último modelo de la familia Kimi, desarrollada por Moonshot, una compañía propiedad de Alibaba. Este gigante tecnológico, líder en comercio electrónico y computación en la nube en China, es una de las empresas más punteras en el desarrollo de inteligencia artificial del país. Su último producto es un modelo razonador, lo que quiere decir que muestra su cadena de razonamiento al usuario, quien puede seguirla, editarla o preguntar a la IA sobre un determinado eslabón.
En la práctica, Kimi-K2 Thinking es un ChatGPT con las mismas funciones excepto la generación de imágenes.
Imagen del portal de Kimi
Según los resultados en los test de rendimiento, solo tres meses después de la salida a la luz de GPT-5 —el motor más avanzado de ChatGPT, lanzado en agosto y en el que OpenAI llevaba tres años trabajando— ya ha logrado superarlo en razonamiento complejo, uso de herramientas externas y procesamiento de grandes volúmenes de datos.
Son campos en los que también mejora a Gemini 2.5, el último modelo de la IA de Google. La nueva máquina de Alibaba es especialmente capaz a la hora de investigar y escribir de forma autónoma en flujos de trabajo con cientos de pasos sin sufrir alucinaciones, como se denomina al proceso que empuja a la IA a inventar cosas sin sentido. Los modelos de la competencia, incluso aquellos programados para destacar en esta tarea, empiezan a degradarse cuando llegan a los 30 o 50 pasos encadenados.
Son los resultados comunicados por la empresa china, pero son verificables por terceros. Al igual que DeepSeek, la familia Kimi es de código abierto, lo que significa que cualquiera puede analizar su programación para ver cómo funciona e incluso descargarlo y modificarlo basándose en sus intereses. Justo lo contrario que ChatGPT o Gemini, modelos privativos y cerrados.
Lo ha conseguido, además, por una fracción del coste de estos. OpenAI y Google no revelan cuánto ha costado el entrenamiento de sus modelos, pero la industria suele poner encima de la mesa la cifra de unos 1.500 millones de dólares. DeepSeek asegura (refrendada ya por análisis independientes) que invirtió unos 300.000 dólares en el R1. Sobre Kimi se filtró una cifra de 4,6 millones. Alibaba no la ha confirmado, aunque asegura que el “coste fue mucho menor” que los modelos occidentales.
El caballo ganador
Con todo, el lanzamiento de Kimi-K2 Thinking ha pasado casi desapercibido si se compara con la irrupción de DeepSeek R1. Este, además de intensos debates y una reconfiguración de los discursos geopolíticos en torno a la IA, derivó en la mayor destrucción de valor bursátil de la historia, haciendo que Nvidia perdiera 600.000 millones de dólares en una sola jornada.
¿El motivo? La mayoría de la industria ya da por hecho que China ha igualado a EEUU en muchos de los aspectos de la carrera de la IA, como el desarrollo de modelos de vanguardia. Actores como Jensen Huang, el jefe de Nvidia y verdadero primer magnate de la IA, creen que incluso tiene el caballo ganador: “China va a ganar la carrera de la IA”.
Huang hizo estas declaraciones momentos después de que Donald Trump ratificara que mantendrá el veto para que las empresas chinas accedan a los chips más avanzados de Nvidia. Es una manifestación de parte, ya que la compañía estadounidense pierde miles de millones con ese bloqueo. Pero la argumentación que la soporta es compartida por cada vez más voces, incluso dentro de la Casa Blanca.
Lo que han hecho, en esencia, es crear un competidor viable para Nvidia
David Sacks, el consejero estrella de Trump para la IA y las criptomonedas, lo ha expresado esta semana. “Mucha gente decía que China no estaría lista para vender durante años. Pero ahora vemos informes de que Huawei está intentando vender y exportar el chip Ascend”, ha advertido. Se trata de un sistema en el que la compañía china ha montado varios de sus chips juntos en una sola estructura, operados con un programa que los hace funcionar como una supercomputadora.
Supone, como en el caso de las inteligencias artificiales, una solución para adaptarse a las limitaciones impuestas por EEUU que termina pudiendo competir con sus rivales. “Lo que han hecho, en esencia, es crear un competidor viable para Nvidia”, avisa Sacks.
“Nvidia, AMD y otras empresas estadounidenses tienen un producto mejor, pero si no competimos en todo el mundo, estaremos entregando el mercado a China”, continuaba el asesor, partidario de levantar el bloqueo de chips avanzados que pesa no solo sobre el gigante asiático, sino también sobre todos los países que no sean aliados directos de EEUU. “Si dentro de cinco años vemos que Huawei tiene un 80%, significará que hemos perdido la carrera de la IA”.
Un bloqueo que espolea la innovación
Una de las últimas decisiones del Gobierno de Joe Biden fue vetar el acceso de China a los chips más avanzados de las empresas estadounidenses. Trump relajó más tarde esa prohibición a cambio de una comisión del 15% de las ventas, pero el bloqueo permanece para otros elementos de vanguardia. Este incluye no solo chips, sino también los programas para diseñarlos y operarlos.
Existe un gran debate sobre si esta media no está consiguiendo el efecto contrario al que se proponía. Lo explica Poe Zhao, un analista tecnológico radicado en Pekín: “Sin controles a las exportaciones, la mayoría de las empresas chinas habrían seguido optimizando sus productos dentro del ecosistema de Nvidia. Sabían que las alternativas nacionales podrían ofrecer una mejor rentabilidad a largo plazo. Pero la disrupción forzó el experimento, algo que la lógica económica por sí sola no habría propiciado”.
Sin controles a las exportaciones, la mayoría de las empresas chinas habrían seguido optimizando sus productos dentro del ecosistema de Nvidia
Zhao expone que, aunque Pekín era consciente de que utilizar tecnología estadounidense hacía dependiente al país de las decisiones de Washington y sus empresas, no podía forzarlas a dejar de utilizarla. Un movimiento así habría sido un ataque directo a su capacidad para competir en igualdad de condiciones. Las empresas chinas, por su parte, tampoco tenían ningún incentivo económico para invertir masivamente en el desarrollo de un ecosistema propio para diseñar y fabricar chips avanzados.
Era un paso atrás para dar dos pasos adelante, pero que China no había planificado dar. El bloqueo de EEUU, no obstante, la ha empujado a ello. “La lógica económica abrió la posibilidad, la presión geopolítica impulsó el experimento y los beneficios estratégicos están generando una situación de dependencia. Esto no es nacionalismo, sino una adaptación calculada a las nuevas limitaciones”, describe Zhao en su newsletter Hello, China Tech.
La energía y las infraestructuras, en la carrera de la IA
Los modelos de inteligencia artificial y los chips no son los únicos elementos en la carrera de la IA. La energía, clave para potenciar los costosos entrenamientos y operaciones con esta tecnología, y las propias infraestructuras para llevarlas a cabo, también juegan un papel clave.
Son aspectos en los que china también compite. Así lo resumía en octubre Jensen Huang: “China nos lleva mucha ventaja en energía. Nosotros vamos muy por delante en chips. Están a nuestro nivel en infraestructura. Están a nuestro nivel en modelos de IA”. Dos semanas antes de que saliera a la luz Kimi-K2 Thinking.
China nos lleva mucha ventaja en energía. Nosotros vamos muy por delante en chips. Están a nuestro nivel en infraestructura. Están a nuestro nivel en modelos de IA
En lo relativo a la energía, los datos dejan escaso lugar a la duda. Según el Instituto de la Energía, China generó en 2024 más de 10.000 teravatios hora de electricidad, superando la producción combinada de Estados Unidos, la Unión Europea e India. “Tan solo en 2024, en todas las formas de energía renovable, China incorporó el doble de la cantidad que Estados Unidos, Europa e India juntos”, continúa este organismo.
Respecto a la infraestructura, China cuenta con una de las mejores redes de telecomunicaciones del mundo y también se ha embarcado en la construcción de masivos centros de datos que impulsen su desarrollo de inteligencia artificial. “Tenemos que ir con mucho cuidado porque sus aplicaciones avanzan muy rápido. Su sociedad adopta la nueva tecnología con muchísima rapidez. Están poco regulados; no aplican una regulación estricta a nivel industrial. Y por eso las aplicaciones en China están avanzando increíblemente deprisa. Es un área que me preocupa bastante”, dice Huang.
Pese a las dudas que aún rodean algunas de las cifras y a la opacidad habitual del sector, el avance de Kimi-K2 Thinking, DeepSeek o Huawei pese a las restricciones para acceder a tecnología estadounidense ha reconfigurado el equilibrio de fuerzas. Aunque la intención de Huang o Sacks tenga como objetivo impedir que Trump frene la inversión en IA, la carrera por liderar esta tecnología parece más pareja que nunca.