Una montaña declarada monumento natural, el último rincón de Tenerife amenazado por la especulación urbanística
Dos grandes empresas han pedido licencia al Ayuntamiento de Arona para construir viviendas y locales comerciales en la ladera de la Montaña de Guaza, afectando a un espacio protegido por Europa
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Dos nuevas obras alargan la lista de proyectos en marcha para seguir edificando el sur de Tenerife. En este caso, el entorno codiciado es la Montaña de Guaza, declarada Monumento Natural hace 21 años por sus valores geológicos, históricos y ambientales, y donde convergen diferentes figuras de protección. Dos grandes empresas han pedido al Ayuntamiento de Arona las licencias correspondientes para construir en cada una de sus parcelas viviendas, garajes y locales comerciales. Se trata de la madrileña Metrovacesa y de Lemwey Inversiones, vinculada al imperio de la familia belga Weytjens, propietaria de numerosos complejos de lujo en la zona y cuyos miembros se autodenominan Los Menceyes, en referencia a los reyes guanches que gobernaban la isla.
Las parcelas afectadas por estos proyectos inmobiliarios son la 15-2 y la 17. Las dos están atravesadas por la Red Natura 2000 -impulsada por la Unión Europea para la conservación de la biodiversidad- y por una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). La gestión de este espacio también está regulada en las Normas de Conservación del Monumento Natural de Montaña de Guaza, aprobadas por el Gobierno de Canarias en 2008.
El lagarto gigante de Tenerife y el guincho -ambos en peligro de extinción- son algunos de los animales que se pueden encontrar en la Montaña de Guaza. También se ha registrado la presencia de la pardela cenicienta o la viborina triste, una planta con protección especial conocida en el Archipiélago porque su presencia en el Puertito de Adeje permitió frenar temporalmente el macroproyecto turístico Cuna del Alma.
Las urbanizaciones se dibujan en la ladera de la montaña que limita con la Avenida del Palm-Mar, un barrio en el que han proliferado en los últimos años los alojamientos y negocios dedicados al turismo y donde el 51% de la población es extranjera, con la belga y la alemana como nacionalidades mayoritarias solo después de la española.
El Palm-Mar es uno de los núcleos de población de Arona, el segundo municipio más turístico de Tenerife. Solo en 2024 recibió 1,3 millones de visitantes, según los datos de Turismo de Islas Canarias, situándose solo por detrás de su vecino, Adeje (1,9 millones). Estas cifras superan el número de habitantes de Tenerife, que el año pasado superó por poco el millón de personas, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
El edificio ‘Gara’
El proyecto de Metrovacesa requiere un presupuesto aproximado de 4,6 millones de euros y consiste en un edificio de 28 viviendas de uso residencial, cuatro locales comerciales, trasteros, garajes y una piscina comunitaria. Según la documentación a la que ha tenido acceso este periódico, la superficie ocupada asciende a los 3.200 metros cuadrados y está cerca de la costa. La parcela se encuentra “parcialmente ubicada dentro de los límites del Espacio Natural Protegido Montaña de Guaza” y en las proximidades de la ZEC Teno-Rasca.
Infografía del edificio ‘Gara’
Entre los documentos incluidos en este expediente figura el Proyecto constructivo de estabilización del talud del edificio Gara. En él se presentan una serie de propuestas para poder construir el edificio y protegerlo “contra desprendimientos”. Las soluciones propuestas pasan por la instalación de una barrera dinámica de siete metros en la montaña y la “estabilización in situ del talud” que contempla el uso de hormigón.
Desde el Ayuntamiento de Arona han confirmado a esta redacción que la licencia de este edificio, denominado Gara, “está sin resolver y está judicializada”. “Al estar afectada la parcela por la Red Natura 2000, entendemos que sin la tramitación previa de evaluación ambiental no es posible el otorgamiento de la licencia. La interesada no comparte este criterio y ha acudido a la jurisdicción contencioso administrativo”, han asegurado desde la corporación municipal.
The Cliff
En la parcela 17, la promotora Lemwey Inversiones ha pedido licencia para construir otro bloque de viviendas y garajes. Tal y como han confirmado desde el Ayuntamiento de Arona a este periódico, esta obra se corresponde con el proyecto de lujo The Cliff (El Acantilado), promocionado ya en redes sociales.
Sin embargo, una noticia publicada en un medio belga en junio de este año informó de que la empresa, vinculada al grupo Los Menceyes que lidera el poderoso empresario Stan Weytjens -también cónsul honorario de Países Bajos en Tenerife- había tenido que paralizar la difusión de estos alojamientos al no tener los permisos necesarios para seguir adelante.
Infografía del proyecto ‘The Cliff’
Este expediente también contempla un proyecto de adaptación de la ladera y actuaciones de “contenciones y desmontes” en la pendiente de la Montaña de Guaza, así como también un proyecto de ingeniería hidráulica que desvíe un barranquillo que discurre por el interior de la parcela.
En esta línea, desde el Ayuntamiento de Arona explican que, como en el caso de Metrovacesa, este proyecto también está paralizado al estar incluido dentro del ámbito de la Red Natura 2000. “Se está a la espera de que se presente el documento ambiental para la tramitación de la evaluación. Mientras tanto, no puede otorgarse la licencia”.
Fuentes conocedoras de la zona advierten de que en julio de 2025 se procedió al cierre, por orden del Cabildo de Tenerife, de toda la zona colindante a la parcela por un supuesto riesgo de desprendimientos desde la Montaña de Guaza hacia la Avenida del Palm-Mar.
Parte del paseo marítimo permanece cerrado, pero fuentes de la zona aseguran que ni siquiera tras el paso de la borrasca Claudia se produjeron desprendimientos. Estas fuentes cuestionan que la decisión de adaptar la ladera amparándose en el riesgo de desprendimiento pueda poner en jaque los valores de este enclave y dar así vía libre a la edificación de la montaña.
En este sentido, desde Arona afirman que “existe un estudio que alerta del riesgo por desprendimientos en la Montaña de Guaza” que ha obligado a acotar un espacio de seguridad en el Palm-Mar. “Se ha presentado una solicitud de licencia para la colocación de unas mallas que eviten los desprendimientos”, aseguran.
“Estamos en el trámite de solicitud de informe al órgano gestor del Espacio Natural Protegido, dependiente del Cabildo, sobre la procedencia de sujetar esa intervención a evaluación ambiental, ya que también se halla afectada por la delimitación de la Red Natura 2000”, apostillan. Este periódico ha preguntado al Cabildo insular sobre estas actuaciones, pero aún no ha obtenido respuesta.