La disputa por un tendedero entre una galería de arte y unos vecinos de Menorca provoca forcejeos, denuncias y un ictus
Lo que comenzó como un proyecto cultural con aspiraciones europeas ha derivado en una sucesión de conflictos que ha sacudido la tranquila vida del puerto viejo de Ciutadella. En el foco, el el centro de arte Numa, impulsado por una fundación perteneciente al financiero luxemburgués Jean Paul Goerens y a su esposa, la coleccionista de arte Marie Helène Beharel
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Lo que comenzó como un proyecto cultural con aspiraciones europeas ha terminado convertido en un caso de tensión vecinal que sacude la tranquila vida del puerto viejo de Ciutadella. Desde hace cuatro años, algunos vecinos del barrio de Dalt Sa Quintana acumulan desencuentros, promesas incumplidas y episodios cada vez más graves con sus nuevos inquilinos, los propietarios del centro de arte NUMA, un espacio impulsado por una fundación homónima perteneciente al financiero luxemburgués Jean Paul Goerens y a su esposa, la coleccionista de arte Marie Helène Beharel.
“El proyecto que presentaron en su momento dista mucho de lo que finalmente han hecho”, explica a elDiario.es el presidente de la Asociación de Vecinos de Sa Colàrssega, Esteve Olivé. “Es verdad que cuando anunciaron la apertura de la galería tuvieron la gentileza de invitar a los vecinos para contar su idea, pero de aquella presentación a lo que efectivamente está pasando hay un trecho bastante grande”, continúa Olivé, quien también señala la eventual responsabilidad del Consistorio: “Probablemente no han podido hacer todo lo que pretendían debido a los permisos del Ayuntamiento. En todo caso desde la Asociación estamos bastante descontentos”.
La galería Numa se encuentra emplazada en un solar ubicado dentro de la parcela llamada Unidad 44 –según el Plan de Ordenamiento Urbano–, adquirida en 2021 por los promotores de la fundación con la intención de construir la galería, que abrió sus puertas en el mes de mayo de 2024. Además de este bloque de dos pisos rodeado de piedra marés y de acero corten, los promotores se comprometieron con el Ayuntamiento a realizar obras en una plaza aledaña donde antes existía un parking y contenedores de reciclaje. “En su momento llegó a haber espacio para unos 30 ó 40 coches, no era un lugar bonito pero era funcional. Con la llegada de Numa, ese lugar se ha convertido en una extensión privada de la galería. Como asociación nunca tuvimos participación en el diseño y planeamiento de un espacio que ahora está lleno de cámaras de vigilancia y puertas metálicas”, explica Esteve.
En su momento, en la zona, llegó a haber espacio para unos 30 ó 40 coches. No era un lugar bonito pero era funcional. Con la llegada de Numa, ese lugar se ha convertido en una extensión privada de la galería. Como asociación nunca tuvimos participación en el diseño y planeamiento de un espacio que ahora está lleno de cámaras de vigilancia y puertas metálicas
Fachada de la Fundación Numa, en Ciutadella
Una vecina, hospitalizada tras un forcejeo
Antònia Moll, la propietaria de uno de los domicilios que comparte acceso con la galería, explica a este periódico que ese callejón “siempre fue un punto de encuentro entre vecinos”. “Mi madre, de 85 años, vive ahí desde los años 60 y nunca ha habido ningún conflicto, pero desde que este señor compró la parcela han ido surgiendo cada vez más”, relata. Moll cuenta que, poco después de la apertura de la galería, los propietarios colocaron “un bolardo hidráulico” para impedir el acceso de vehículos a toda la zona. El bolardo debió ser retirado tras una denuncia presentada por un vecino de Antònia ante las autoridades municipales. Ese vecino es Manuel Jesús Fernández Duarte, propietario de una casa colindante con la galería y con quien la tensión con los promotores ha llegado hasta los Juzgados.
Ese callejón siempre fue un punto de encuentro entre vecinos. Mi madre, de 85 años, vive ahí desde los años 60 y nunca ha habido ningún conflicto, pero desde que este señor compró la parcela han ido surgiendo cada vez más
Lo relata así: “El 21 de junio de 2025, dos operarios vinculados a Jean Paul Goerens accedieron al callejón que compartimos por una servidumbre de paso como espacio en común tres viviendas y la galería, y que desde hace un año está cerrado con una puerta metálica que solo permite el paso peatonal, impidiendo el derecho de carga y descarga reconocido en escritura pública. Entraron sin autorización e intentaron retirar por la fuerza un tendedero que yo había instalado días atrás”, explica Duarte en diálogo con elDiario.es. Según consta en la denuncia presentada ante la Policía Nacional ese mismo día, se produjo un forcejeo con los operarios, Duarte resultó agredido y se registraron daños en la fachada de su domicilio.
Minutos después, en el mismo callejón, la esposa de Goerens, Marie Hélène, mantuvo una acalorada discusión con Carmen, la mujer de Duarte, tras lo cual ésta sufrió un ictus o infarto cerebral por el que debió ser ingresada en la UCI. Los propietarios se encuentran a la espera de un juicio por lesiones y daños. “Mi mujer estuvo hospitalizada durante varios días y todavía se encuentra de baja médica, no puede trabajar y, aunque se recupera a buen ritmo, esta situación podría haberle costado la vida”, explica Duarte. Ninguno de los propietarios ni los trabajadores vinculados a la Fundación Numa han querido dar su versión a elDiario.es sobre los hechos ocurridos el pasado mes de junio.
Mi mujer estuvo hospitalizada durante varios días y todavía se encuentra de baja médica, no puede trabajar y, aunque se recupera a buen ritmo, esta situación podría haberle costado la vida
Puerta metálica instalada en el callejón y que solo permite el paso peatonal
Una de las cámaras de vigilancia instaladas en la zona
El abogado de Goerens: “Es un mero conflicto entre vecinos”
Quien sí ha ofrecido declaraciones tras ser consultado por este medio ha sido Pedro Pons Morales, el abogado de Marie Helène y Jean Paul Goerens. “Esto es un mero conflicto entre vecinos que no reviste mayor interés. Simplemente este señor (Duarte) puso un tendedero dentro de nuestra finca y se le pidió al encargado de mantenimiento que lo retirase, tras lo cual fue empujado (por Duarte) y casi se cae de la escalera a una altura de dos pisos. Al final no ocurrió nada”, señala el letrado, quien figura como administrador de IPAM Art SL, IPAM REAL ESTATE S.L. e IPAM DEVELOPMENTS S.L., empresas que orbitan el holding de Numa, todas ellas dedicadas a proyectos inmobiliarios en Menorca. Consultado a propósito del infarto cerebral sufrido por la vecina, Pons Morales afirma que es un hecho que “no tiene nada que ver”: “Si la mujer estaba ahí, cosa que yo no sé, y le dio un ictus es una cuestión que no guarda relación alguna con el hecho de que el vecino se encontraba forcejeando con nuestro operario y casi lo empuja por la escalera”.
Esto es un mero conflicto entre vecinos que no reviste mayor interés. Simplemente este señor (Duarte) puso un tendedero dentro de nuestra finca y se le pidió al encargado de mantenimiento que lo retirase, tras lo cual fue empujado (por Duarte) y casi se cae de la escalera a una altura de dos pisos
Sin embargo, a pesar de las aseveraciones del abogado y según figura en el parte médico del 21 de junio, al que ha tenido acceso este medio, según los profesionales de Urgencias la paciente refirió que había sufrido “una fuerte discusión con un vecino y que posteriormente comienza a notar pérdida de fuerza y sensibilidad en ES lzq. así como hiposensibilidad en hemicara izquierda (…) y que por este motivo ingresa al servicio de urgencias. Se realiza TAC de cráneo, donde no se evidencian lesiones intracraneales y posteriormente ingresa en UCl con diagnóstico de FOCALIDAD NEUROLÓGICA EN FORMA DE HEMIPARESIA IZQ y ACV ISQUÉMICO”.
Desde hace algunas semanas, las calles de Ciutadella acusan inequívocamente un sentir: “Jean Paul go home”
Las puertas de acero y la servidumbre de paso
Cuando el Ayuntamiento de Ciutadella autorizó a los promotores de la galería Numa a realizar diversas actuaciones urbanísticas en las inmediaciones de la calle Marino Benejam y la plaza Dalt Sa Quintana se preveía la instalación de una puerta metálica en el callejón (sobrante) que conecta las viviendas de Jesús Duarte y Antònia con la galería. El acuerdo establecía que los promotores debían entregar una llave a cada vecino y respetar la servidumbre de paso, siempre que el espacio no se utilizara para aparcar. Sin embargo, ambos vecinos subrayan que las llaves se entregaron con más de un año de retraso y tras reiteradas e injustificadas dilaciones. Según ha podido saber elDiario.es, los propietarios justificaron la demora argumentando que el Ayuntamiento aún no había –y aún no ha– recepcionado las obras, una explicación contradictoria si se considera que la galería funciona con normalidad pese a la falta del visto bueno del consistorio sobre las obras.
El acceso al callejón ha permanecido restringido para los vecinos mientras el espacio continúa abierto al público, lo que genera malestar por tratarse de un pasaje de uso común. Además del conflicto por las llaves y la servidumbre, se ha planteado una controversia estética y de seguridad: en el mismo callejón se ha instalado una serie de esculturas de distintos materiales —bronce, plata, oro, silicona, fieltro, epoxi y madera— pertenecientes a la colección Inner Voice del artista neerlandés Caspar Berger. La presencia de estas piezas en un espacio de tránsito plantea dudas sobre la responsabilidad en caso de accidente o daños materiales. “Si no puede colocarse un tender, tampoco debería poder colocarse una muestra de arte”, razona Duarte, quien consultó al Ayuntamiento sobre este punto.
Esculturas del artista neerlandés Caspar Berger, colocadas en el callejón
“En esta zona de paso, que se corresponde con el antiguo callejón, no está previsto ningún otro tipo de uso que el de comunicación entre los espacios expositivos 1 y 2”, declararon desde el consistorio. A pesar de esto, la galería mantiene las esculturas en el lugar. El tender fue retirado. Consultados por elDiario.es, desde el consistorio señalan que “no hay ninguna novedad que comentar sobre el espacio de Dalt Sa Quintana”. Más allá de estos episodios, algunos vecinos cuestionan la transparencia en la adjudicación de la parcela Unidad 44, clasificada como residencial según el Plan de Ordenación Urbana. A pesar de ello, el Ayuntamiento concedió una licencia de obras para una galería de arte, una actividad encuadrada en el sector servicios.
Resulta difícil explicar cómo, en apenas un año y pocos meses de existencia, un proyecto cultural que buscaba originalmente ser un punto de encuentro se ha convertido en la semilla de una sucesión de incomodidades vecinales. Algunas fuentes vinculadas a la galería afirman que no consideran que existiera conflicto alguno con los vecinos, lo que contrasta con la tensión generada por el cerramiento del sobrante de la Unidad 44, los bolardos ilegales, la falta de diálogo con la Asociación de Vecinos en una plaza de uso común y un accidente isquémico que podría haber resultado fatal. Desde hace algunas semanas, las calles de Ciutadella acusan inequívocamente un sentir: “Jean Paul go home” es quizás la pintada más elocuente de cuantas han aparecido en la ciudad menorquina.