Cómo elegir bien un cepillo de dientes, según un odontólogo: «Una técnica incorrecta puede agravar la sensibilidad»
Manual o eléctrico, de cerdas duras o más blandas, más grande o pequeño… consultamos a un especialista cuál es la mejor de todas las opciones para elegir cepillo de dientes
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Hoy día, cuando queremos comprar un cepillo de dientes, nos encontramos con numerosas opciones. A menudo solemos preguntarnos si un cepillo de dientes eléctrico es mejor que uno manual, o si las cerdas suaves son más efectivas que las duras. Es normal sentirnos abrumados e inseguros sobre cuál es el mejor para nosotros.
Hay quien piensa que escoger cepillo de dientes no es importante. Sin embargo, es una idea errónea. Como nos explica Juan Carlos Camacho García, director de Villanueva Centro Odontológico Avanzado, “el cepillo es la herramienta diaria que protege el esmalte y las encías. Un cepillo inadecuado o una técnica incorrecta pueden agravar la sensibilidad, provocar retracción gingival o dejar placa que acaba en caries o enfermedad periodontal”.
Es clave, por tanto, prestar atención a este pequeño objeto de higiene diaria porque “el cambio a cepillo y técnica adecuados mejora la salud bucodental de forma notable”, admite Camacho García.
¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de elegir el cepillo de dientes?
La base de un cuidado bucal eficaz empieza con la elección del cepillo de dientes adecuado. Y la mejor manera de hacerlo es pedir consejo al dentista, que nos puede ayudar a evaluar aspectos como la estructura de la mandíbula y la sensibilidad. Es importante recordar que la boca de cada uno es distinta, de ahí que escoger el cepillo más eficaz según las recomendaciones personales es clave para una buena higiene bucal.
Sensibilidad dental, estructura de la mandíbula y el estado dental son factores clave a la hora de hacerlo. “No todo el mundo necesita el mismo cepillo. Nosotros realizamos una valoración individual —estado de encías, higiene, prótesis/implantes, aparatología, destreza manual— y recomendamos el tipo de cepillo más apropiado para cada caso”, explica Camacho.
Porque de cepillos hay de numerosas formas, tipos y variedades. Estas son algunas de las particularidades a las que debemos prestar atención:
Cerdas suaves o duras
Las cerdas de los cepillos suelen ser suaves, medianas y duras. Las primeras son las preferidas porque limpian la placa sin dañar el esmalte; además, son especialmente ideales para personas con dientes sensibles. Las de cerdas medianas proporcionan una limpieza más completa, pero aplican más presión al esmalte, cosa que puede no ser adecuado para personas con sensibilidad. Por último, las cerdas duras permiten tener una limpieza más exigente, pero pueden dañar los dientes sensibles y causar sangrado de las encías o desgaste del esmalte.
Cabeza grande o pequeña
La estructura y el material de la cabeza también son importantes a la hora de elegir un cepillo. Hay de distintas formas y características y la correcta es la que se adapta a las necesidades individuales de cada persona. Las más comunes son la estándar, rectangular y plana, usada sobre todo para el cepillado diario.
Los de cabeza redonda, en cambio, están diseñados para llegar mejor a la línea de las encías y entre los dientes. Los hay también de cabeza giratoria, sobre todo en cepillos eléctricos, que proporciona un movimiento automatizado para una mejor limpieza. Los de cabeza angular tienen una inclinación para mejorar el contacto con la superficie y una eliminación de la placa más eficaz.
El mango, una cuestión de comodidad
La elección del mango se reduce a la comodidad. Algunas personas prefieren un mango flexible, ya que les permite coger y maniobrar el cepillo con facilidad. Es importante que busquemos uno que nos sea fácil de agarrar y suficientemente largo para que lo podamos sujetar cómodamente.
¿Eléctrico o manual?
Es una de las dudas que más podemos tener a la hora de elegir un cepillo de dientes. Para Camacho, “ambos puede ser eficaces si se usan correctamente, aunque los eléctricos suelen aportar una limpieza más homogénea y ayudan especialmente a pacientes con poca destreza manual o con tendencia a acumular placa”.
Frente a toda esta amplia gama de opciones, Camacho recomienda uno de “cabezal pequeño para acceder a todas las zonas, cerdas suaves con puntas redondas para no dañar el tejido y un mango ergonómico que facilite el control”. Hay algunos casos concretos para los que la opción puede variar. Como admite Camacho, “para pacientes con encías sensibles, implantes u ortodoncia priorizamos cabezales todavía más pequeños y suaves”.
¿Cómo debemos cepillarnos los dientes?
Como indica el Consejo General de Colegios de Odontólogos y Estomatólogos, un uso correcto del cepillo manual para por colocarlo en un ángulo de 45 grados respecto a las encías y ejecutar movimientos suaves de arriba abajo o en círculos pequeños. Para no dejarnos ninguna superficie, lo más recomendable es dividir la boca en cuatro cuadrantes y dedicar 30 segundos a cada uno de ellos, sin olvidar la lengua. Para que sea efectivo, los expertos aconsejan que el cepillado dure, como mínimo, dos minutos.
Si usamos un cepillo eléctrico, también es importante inclinar el cabezal en un ángulo de 45 grados hacia las encías, aunque no es necesario aplicar presión. Nuestra mano será una simple guía del cepillo hacia todas las superficies de los dientes, cambiando de cuadrante de la boca cada 30 segundos.
Cada cuánto tiempo debemos cambiar el cepillo de dientes
No hay nada eterno, y aún menos un cepillo de dientes, cuyo uso diario hace que vaya perdiendo facultades y gane en menos higiene. Por tanto, es importante que lo cambiemos de forma periódica. ¿Qué significa esto? Que deberemos “cambiar el cepillo o el cabezal eléctrico cada tres meses, o antes si las cerdas se abren”, advierte Camacho.