Guerra en la atención primaria gallega: todos contra la propuesta de la Xunta

Guerra en la atención primaria gallega: todos contra la propuesta de la Xunta

Colegios de médicos, sindicatos de clase y de facultativos, sociedades científicas y partidos de la oposición se oponen al plan de Sanidade, que tiene como medida más contestada la extensión de una categoría de profesionales que atiende en ambulatorios y puntos de atención continuada

Los colegios médicos gallegos exigen a la Xunta retirar el plan de Primaria contra el que se han convocado tres días de huelga

La Atención Primaria gallega está en pie de guerra con una unanimidad que retrotrae a casi 20 años atrás, aunque en un sentido bien distinto. Si entonces era una docena de entidades las que suscribían un plan de mejora que fue tumbado por el PP tan pronto como regresó a la Xunta, hoy son los sindicatos de clase, los sindicatos médicos, las sociedades científicas y los cuatro colegios de facultativos los que se oponen a la reforma propuesta por el ejecutivo de Alfonso Rueda, “una agresión tan grande que necesita una respuesta contundente”. Esa respuesta ha sido una huelga, convocada en principio para el día 26 de noviembre, pero que la central O’Mega amplió hasta las 72 horas y que —según el preaviso presentado el pasado viernes— incluye también cuatro fechas en diciembre. Mientras, tras haber recibido ya varios portazos por su “intransigencia”, el conselleiro de Sanidade persiste en su intención de negociar su propuesta de reforma “con la cabeza abierta, aunque no tanto como para que se caiga el cerebro”.

El principal punto de fricción entre administración y profesionales, aunque no el único, es la figura de los Facultativos Especialistas en Atención Primaria, creada en 2022. Los FEAP son médicos de familia que no necesitan la formación MIR, ya que la obtienen a través de un curso, y que tienen la obligación de realizar al menos dos guardias al mes en los puntos de atención continuada (PAC). Tal y como trasladó a finales de octubre a los sindicatos presentes en la mesa sectorial, Sanidade pretende, de forma “transitoria”, responder a la avalancha de jubilaciones prevista —cerca de 200 hasta finales de 2026— transformando en FEAP todas las plazas que queden vacantes. La negativa rotunda del colectivo ha llevado al conselleiro, Antonio Gómez Caamaño, a repetir que se trataba sólo de una propuesta que, ahora, está dispuesto a “modular”.

Los primeros en plantarse fueron, ya en octubre, los sindicatos de la mesa sectorial. CIG, CC.OO., UGT y CSIF exigieron la “retirada inmediata” de las propuestas de la Xunta y respondieron con un listado de 17 medidas, entre las que destacaba la eliminación de la categoría de FEAP. “Quieren que los pocos profesionales que tenemos hagan más trabajo”, denunció el secretario nacional de CIG-Saúde, Manuel González, quien aseguró que “en los años que lleva puesta en marcha, ya demostró que no aportó nuevos profesionales ni fue una acción atractiva para los profesionales que se incorporaban al sistema para trabajar”. Para él, la atención primaria sufre “una agresión de una magnitud suficientemente grande como para necesitar una respuesta contundente por parte de las organizaciones sindicales”. Esa respuesta se encarnó en una jornada de huelga.

El sindicato médico O’Mega, el más representativo en el sector en Galicia —sin presencia en la mesa sectorial— fue más allá. Amplió la convocatoria del 26 de noviembre al 27 y al 28 y, en el preaviso presentado el viernes, a los días 9 a 12 de diciembre. O’Mega destacó que su reivindicación cuenta con el apoyo explícito de todos los colegios médicos de Galicia. Un día después de su anuncio de paro, el Consello Galego de Colexios Médicos, que agrupa a los cuatro colegios provinciales, exigió en un comunicado la retirada del plan de la Xunta.

“No parece lógico que nos enteremos tarde y por terceros de un cambio sustancial en el modelo asistencial cuando tenemos grupos de trabajo específicos”, afirmaba el presidente del Consello, Eduardo Iglesias, quien, en referencia a los FEAP, advertía sobre el peligro de abrir la puerta a posibles atajos en la incorporación de profesionales extranjeros: “Para trabajar como médico de familia debe continuar siendo obligatorio haber obtenido la especialidad a través del MIR”. El viernes, otro sindicato médico, el Simega, rompía las negociacciones con el Servizo Galego de Saúde (Sergas) por la “intransigencia” del conselleiro, empeñado en mantener un plan “que toda la profesión médica de Atención Primaria, las centrales sindicales y los colegios médicos rechazan”.

Por el medio, asambleas de médicos de familia como la del área sanitaria de Santiago-Barbanza decidieron secundar los tres días de huelga. Por su parte, las sociedades científicas gallegas SEMG, SEMERGEN y AGAMFEC-SEMFYC, aunque no se han pronunciado todavía sobre el paro, sí comparten las mismas demandas. “Los médicos de familia no tenemos por qué pagar las consecuencias de una mala planificación y las unidades docentes y los tutores no se van a prestar a ninguna actividad que no sea el programa MIR oficial”, explican sobre los FEAP en un comunicado conjunto.

El enterramiento del plan del bipartito

Esa mala planificación de la que hablan las sociedades científicas acompaña al PP desde su vuelta a la Xunta en 2009. Utilizando como argumento la austeridad derivada de la crisis, un Alberto Núñez Feijóo recién llegado a la presidencia paralizaba el Plan de Mejora firmado dos años antes por el presidente socialista Emilio Pérez Touriño y su conselleira de Sanidade con una docena de sindicatos y asociaciones. Un documento consensuado por todo el sector que recogía la creación, en un lustro, de 360 plazas de medicina de familia, con el objetivo de llegar a incrementar la plantilla en un millar de profesionales y 60 centros de salud.

Hoy, a los socialistas, la excusa de la crisis sigue sin resultarles creíble. “No, porque —por poner un ejemplo—, hasta 2019 no se empezó a hablar de renovar los acuerdos para recuperar la equiparación salarial con la media del Estado”, explican fuentes del PSdeG. El modelo de dotación de centros “se rechazó y ahora van por otra vía” en la que “aprovechan fondos europeos, eso sí”.

Y, lo más importante: “No, no hubo mil facultativos nuevos”. Los socialistas “persistieron” año tras año en ese objetivo hasta que “cambiaron el sistema de contabilización para no publicar cuántos eran de Primaria y cuántos de Hospitalaria y no poder tener el dato exacto para comprobar que los incrementos eran paupérrimos”. La modificación llegó con los presupuestos de 2022, el año en el que se crearía la categoría de FEAP.

“El Plan de Mejora era un gran documento estratégico que se paró y se rechazó”. Desde el grupo parlamentario del PSdeG recuerdan que “allá por el año 2017 o 18” la Xunta encargó a una empresa externa un nuevo plan “razonablemente bueno”. “Propusimos en Pleno un acuerdo gallego para que todos suscribiésemos ese acuerdo y fijar compromisos concretos”. Curiosamente, quien se negó fue el PP y “quedó en un cajón”. “Una lástima, porque era razonable y dejaba muy en evidencia algunas decisiones de la propia Xunta”, concluyen los socialistas, que defienden la necesidad de un “plan de choque” para la gran puerta de entrada al sistema sanitario.

En septiembre, el PSdeG propuso —sin éxito— en el Parlamento gallego que se garantizase en 48 horas la atención del medicina de familia y pediatría. Este miércoles será el BNG el que pregunte al presidente de la Xunta por la situación de la primaria, donde destacan la “unanimidad” de todas las personas que trabajan en el ámbito sanitarios frente a la “política de demolición” del Partido Popular. Tras ironizar con lo “difícil” que es poner a todo el mundo de acuerdo, la portavoz nacional Ana Pontón ejemplificó esa política con el “recorte de 1.650 millones” en los últimos años 16 años. “Por eso tenemos lista de espera para ir al médico de cabecera, por eso hay 11.000 niños y niñas sin pediatra o un problema tan grave de falta de cobertura de profesionales”, concluyó.