Qué hacer si llegas tarde a recoger a los niños, según una psicóloga: «Lo ideal es que sepan que hay esta posibilidad»

Qué hacer si llegas tarde a recoger a los niños, según una psicóloga: «Lo ideal es que sepan que hay esta posibilidad»

La psicóloga Silvia Álava explica cómo acompañar a los niños cuando la espera se alarga, qué decir al reencontrarse y cómo transformar un imprevisto en una oportunidad para reforzar la confianza

El nutricionista Aitor Sánchez, sobre cómo organizar la compra: “No sabemos gestionar los excedentes en el hogar”

El ritmo y la velocidad del día a día pueden conllevar imprevistos que dificultan llegar a la hora exacta para recoger a los niños a la salida del colegio o las actividades extraescolares, especialmente en ciudades grandes con más tráfico y mayores distancias. A veces no solo los niños sufren durante esa espera, sino que también muchos padres viven con culpa ese retraso, que realmente puede pasarle a cualquiera. Pero lo realmente importante es cómo actuamos ante este tipo de situaciones. 

“Si sabemos que no vamos a llegar a tiempo, lo ideal es que estén avisados y que hayamos podido tener esa conversación con ellos explicándoles que van a tener que esperar, pero que no se tienen que preocupar”, recomienda Silvia Álava, doctora en psicología y psicóloga infantil-juvenil. “Sin embargo, como hay veces que no lo podemos prever, es interesante hablar con ellos para que sepan que hay esta posibilidad: que si papá o mamá tardan algún día un poco en llegar será porque hay mucho tráfico, pero siempre van a llegar”.

Cómo prepararles

Además, la psicóloga apunta a darles pautas para reaccionar en esa misma conversación. Por un lado, que no deben tener miedo, y por otro establecer un protocolo. “Normalmente, cada colegio cuenta con su lugar de espera, les podemos decir que se queden ahí, ya sea en la portería, o con la profesora, y que no se preocupen”, comenta Álava, que apuesta por normalizar la situación de este modo, aunque no sea habitual, para que el menor no se ponga en el peor escenario o piense que ha podido pasar algo malo.

“Podemos aprovechar algún día, por ejemplo, de los que vamos un pelín más tarde al cole por la mañana porque a lo mejor hay más tráfico, para poder decirle: ‘Mira, algunos días hay tráfico, nos hemos levantado con tiempo y aun así estamos llegando un poquito más tarde, si algún día mamá o papá no están en el colegio cuando salgas, te voy a pedir que pienses que seguramente están en un atasco o se han entretenido por algo y por eso llegan más tarde’”, aconseja la experta, para poner ejemplos cercanos.

Cómo reaccionar

Más allá de las pautas y conversaciones previas, el momento del reencuentro es crucial para cerrar el ciclo de manera positiva. “Una vez que ya les hemos recogido, lo primero es preguntarles cómo están y no minimizar lo que están sintiendo, sino siempre validar su emoción”, destaca Álava. “Es normal que estuvieras un poco nervioso, porque como mamá o papá siempre llegan pronto, pues es normal”, pone como ejemplo la experta, que subraya el valor de ayudarles a poner nombre a las emociones.

Después de este primer paso, convendría explicar el porqué del retraso. “Validamos y nombramos la emoción, justificamos el retraso y les ofrecemos una pequeña estrategia de regulación, que puede ser decirles: ‘si vuelve a pasar es importante que pienses que mamá te quiere mucho o que papá te quiere un montón, y que a veces surgen inconvenientes y tardamos un poco más en llegar pero quédate tranquilo que siempre vamos a venir”, aconseja la experta, para transmitirles tranquilidad.  

“La principal fuente de aprendizaje de los niños es el modelado, copian a sus adultos de referencia, y si desde pequeños les inculcamos que hay que llegar puntuales es más fácil que lo interioricen que si los padres no le dan importancia”, apunta la psicóloga. Así, un retraso puede convertirse en una oportunidad para enseñarles empatía y a saber reaccionar ante imprevistos, porque los padres tampoco son perfectos.