Vox exprimirá al PP valenciano y lo aboca a una investidura sin dejar claro su apoyo a Pérez Llorca
El partido de Santiago Abascal no quiere dar por cerrado un acuerdo con el PP y enmarca el registro de la candidatura del sucesor de Mazón a la presidencia en un mero trámite para visibilizar su dependencia de los ultras
El PP valenciano negocia in extremis con Vox para pactar antes del jueves la investidura de Pérez Llorca
“Registrará la candidatura porque termina el plazo, pero eso no significa que haya un acuerdo cerrado”. En Vox siguen manteniendo la mano sobre el PP valenciano, a ratos tendida, a ratos al cuello. El partido ultra no quiere anunciar un acuerdo antes de tiempo, conscientes de que la supervivencia del PP valenciano al frente del Palau de la Generalitat depende de ellos. De esta forma, evidencian la dependencia de los populares.
El partido de Santiago Abascal seguirá apurando los plazos para anunciar un acuerdo de investidura en la Generalitat Valenciana con el secretario general del PPCV y sustituto de Carlos Mazón, Juanfran Pérez Llorca. Cuando se daba por hecho que el deadline sería este miércoles, al vencer el plazo para registrar un candidato en las Corts Valencianes, en el cuartel general de Vox advertían que el registro no implicaba per se el apoyo. Así lo manifestó la portavoz de Vox en el Congreso, Pepa Millán, en una rueda de prensa, preguntada por la inminencia del acuerdo. Recalcó que las negociaciones siguen en marcha, aunque la realidad es que las posiciones están muy cercanas.
La posición de Vox lleva al PP valenciano, en un estado de debilidad absoluta tras la dana de 2024, a presentar a un candidato a la investidura que no tiene los apoyos garantizados. La dirección de Alberto Núñez Feijóo mantuvo más de una semana la incógnita sobre quién sería el sucesor de Carlos Mazón después de que este dimitiera. Vox puso como condición que se diera un nombre para iniciar las negociaciones, después de una reunión que el PP negó y los ultras sí anunciaron públicamente. Los cambios en la postura respecto a las negociaciones dan cuenta de la incomodidad de unos y otros, conscientes de que se necesitan para seguir en el poder en la Comunitat Valenciana, pero, a la vez, necesitan marcar distancia al inicio de una ola de elecciones autonómicas. Quieran o no, están condenados a entenderse.
Los ultras ya han ido poniendo sobre la mesa algunas condiciones para apoyar nuevamente al PP. Su voto les dará el segundo presidente en dos años y será el tercer pacto entre ambos: la investidura de Mazón, los presupuestos de 2025 y, si llega, la investidura de Pérez Llorca. Entre las medidas que deberá asumir el PP destacan las políticas contra los migrantes irregulares, la lucha contra el Pacto Verde Europeo y la construcción de presas como acción estrella en el marco de la reconstrucción.
Algunas han sido más concretas: este mismo martes, en vísperas de que se cierre el plazo para presentar candidato en las Corts, que mantienen congelada su actividad, Vox ha registrado una Proposición No de Ley urgente contra las zonas de bajas emisiones y contra la nueva tasa de residuos.
En el primer pleno tras la investidura se tendrá que debatir la propuesta sobre las zonas de bajas emisiones, una medida que ya tumbaron en el Ayuntamiento de València. También ha presentado enmiendas encaminadas a poner trabas a los inmigrantes para que puedan cobrar la Renta Valenciana de Inclusión.
La formación de Abascal tampoco esconde su incomodidad con algunos aspectos relativos al candidato ‘mazonista’. Tras la publicación en elDiario.es de la ‘mochila’ empresarial del también alcalde de Finestrat, los ultras quedaron descontentos con el candidato. El próximo viernes, 21 de noviembre, el candidato a la Generalitat declarará como testigo en la instrucción de la dana. Se le interrogará por la llamada que mantuvo con Carlos Mazón durante la tarde y la “ronda” de contactos con otros alcaldes y partidos que realizó en esa jornada.